El Espíritu Santo que recibimos al momento de arrepentirnos y convertirnos a Cristo luchará con la tendencia pecaminosa que tenemos ¡y prevalecerá! Esto es para hacernos cada día un poco más semejantes a Jesús. Nuestros gustos van cambiando, empezamos a rechazar el pecado y amar las cosas de Dios. Es por eso que no debemos tratar de auto-reformarnos solo con nuestras propias y limitadas fuerzas SINO QUE DEBEMOS PRIMERO RECIBIR A CRISTO EN NOSOTROS Y NACER DE NUEVO DEL ESPÍRITU SANTO, PARA PODER HACER LAS OBRAS QUE AGRADAN A DIOS Y VIVIR UNA VIDA DE ACUERDO A SU VOLUNTAD. Sin el Espíritu Santo en nosotros no podemos cumplir los mandamientos de Dios como por ejemplo amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, por eso nos sentimos que estamos en falta y que no alcanzamos las metas requeridas por Dios y es así hasta que entregamos la vida a Jesús y el viene a vivir en nosotros, entonces empezamos a notar que comenzamos a amar lo bueno, nos rechaza lo malo y los pecados que antes no le dábamos importancia, notamos que nos apena lo que apena a Dios y no nos deleitamos de ciertos pecados sino todo lo contrario. Amamos lo bueno y rechazamos lo malo pero notamos que eso es algo sobrenatural que sucede en nosotros desde que realmente nacimos de nuevo del Espíritu Santo y no sentimos más ninguna condenación y que estamos justificados delante de Dios. Romanos 8:1; 5:1; 2 Corintios 5:17.

Print Friendly, PDF & Email
Clic acá para calificar este articulo
[Total: 0 Average: 0]
Translate »