Vive la Realidad de Cristo en Ti: Una Transformación Sobrenatural

Vive la Realidad de Cristo en Ti: Una Transformación Sobrenatural

¿Sabías que la vida de Cristo no solo está contigo, sino que trabaja a través de ti? Como cristianos, estamos llamados a vivir plenamente conscientes de esta verdad y a practicarla diariamente. Para más enseñanzas como esta, visita nuestra sección de Salvación.

Cristo Vive en Ti: Versículos Fundamentales

La Palabra de Dios afirma que Cristo no solo está a tu lado, ¡sino dentro de ti! Considera estas promesas:

Soy Colaborador de Dios

La Escritura nos recuerda que somos colaboradores de Dios, no solo siervos, sino co-laboradores en su obra redentora:

Somos Templo del Espíritu Santo

En Cristo, somos un templo del Espíritu Santo. Esto significa que Su presencia habita en nosotros, guiándonos y fortaleciendo nuestra fe:

Soy Embajador del Reino de Dios

Como cristiano, eres un embajador del Reino de los Cielos, respaldado por el poder de Dios. Esto significa que representamos a Dios en la tierra, proclamando Su mensaje y realizando Su obra:

La Autoridad de Cristo en Nosotros

La autoridad de Cristo nos ha sido delegada para que actuemos en Su nombre, haciendo milagros, sanaciones y liberaciones. Somos poderosos en Cristo, no por nuestra fuerza, sino por la Suya:

Transformación y Salvación para Todos

El amor de Dios se extiende a todos, y todos pueden ser transformados en nuevas criaturas a través de la obra redentora de Cristo:

Algunas cosas…

ESTAS SON ALGUNAS COSAS (ENTRE OTRAS) MUY IMPORTANTES PARA LOS SIERVOS DE DIOS Y PARA CADA CRISTIANO.

SABER COMO OIR LA VOZ DE DIOS ¡Y OIRLA!
SABER Y ENTENDER LA VISIÓN DE DIOS PARA TU VIDA E IGLESIA (Si estás al frente de una).
SABER EL TIEMPO Y MOMENTO EN QUE VIVES
SABER LO QUE QUIERE HACER DIOS EN ESTE TIEMPO
ORAR Y PASAR MUCHO A TIEMPO A SOLAS CON DIOS
SABER CUALES SON TUS DONES Y TALENTOS COMO TAMBIÉN TUS PUNTOS DÉBILES
SABER ¡A QUE! TE HA LLAMADO DIOS Y ENFOCARTE EN ESE LLAMADO.
SER UNA PERSONA BUENA (SIMPLEMENTE) PORQUE DEJASTE QUE EL ESPÍRITU SANTO TE HAGA MÁS COMO JESÚS.
RODEARTE DE PERSONAS FIELES CON TU MISMO SENTIR
RODEARTE DE PERSONAS QUE SEPAN LO QUE TU NO SABES HACER Y ESTÉN DISPUESTAS A CUBRIR ESAS ÁREAS.
RODEARTE DE BUENOS CONSEJEROS.
SABER QUE TODO LO QUE TIENES TE LO DIÓ DIOS ASI QUE DEBES SER HUMILDE. NO TIENES RAZÓN PARA ENORGULLECERTE.
CUMPLIR EL PROPÓSITO DE DIOS PARA TU VIDA CON PERSEVERANCIA Y SIN DESVIARTE.
SABER LO QUE ERES.
Jesús, Pablo etc lo sabían…nosotros si oramos pidiéndole a Dios que nos lo muestre, podemos saberlo también
(Juan 13:13)
Ustedes me llaman “Maestro” y “Señor” y tienen razón, PORQUE ES LO QUE SOY.
(1 Timoteo 2:7)
Para esto yo fui constituido predicador y apóstol..y maestro de los gentiles en fe y verdad. (pablo no decía… y …no sé si soy apóstol..

(Juan 17:4) Jesús dijo al Padre:
Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
"No muchas obras" sino lo que Dios había asignado que hiciera.

Predicador Gustavo Isbert

Lección 63. La importancia de los buenos fundamentos

a) Escrituras clave
Hebreos 5:11-6:3
Lucas 6:46-49
Corintios 3:10-15
1 Pedro 2:5

b) Introducción
Un fundamento es una sustancia encima de la cual construyes una estructura. El fundamento en realidad apoya el edificio, cada parte del edificio depende del fundamento. Si tiene fundamentos buenos, profundos y seguros, el edificio se mantendrá firme, no importa lo que venga contra él. Si no, cuando ocurran problemas el edificio se caerá. Como discípulos de Jesús nuestras vidas son estructuras espirituales. En las Escrituras, esta estructura se llama «templo del Espíritu Santo» (1 Corintios 6:19), «el templo de Dios» (1 Corintios 3:16), «edificio de Dios» (1 Corintios 3:9) y «una casa espiritual» (1 Pedro 2:5). Sólo se puede construir fuerte, alto y capaz de resistir problemas si los fundamentos son debidamente echados.

e) Jesús, el fundamento
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
(1 Corintios 3:11)
El mejor fundamento de todos para un edificio es la roca sólida. Otros estratos menos estables tales como grava, arena, tierra, arcilla y roca porosa deberían ser quitados para que una estructura grande pueda ser construida en roca sólida. En nuestra vida cristiana es igual. No deberíamos construir nada a menos que lo fundásemos en Jesucristo. El es nuestra «roca» (1 Corintios 10:4) y no deberíamos ni hacer ni construir nada que El no esté apoyando. Si intentamos construir algo fuera de esta verdad, entonces el día (el Día del Juicio) lo traerá a la luz, porque todo lo que hayamos construido será probado y sólo recibiremos recompensa por lo que sobreviva (1 Corintios 3:10-15). Jesús apoyará sólo lo que ve que el Padre está haciendo (Juan 5:19). Debemos, pues, pedir a Dios el Padre que su voluntad se cumpla en nuestra vida y hacer solamente lo que él desea de nosotros. Entonces sabremos que Jesús lo estará apoyando y podremos empezar a construir.

d) ¿Roca o arena?

En Lucas 6:46-49 Jesús describe dos maneras de construir: o encima de la arena (un fundamento inestable) o encima de la roca (un fundamento estable). Mucha gente, incluido muchos cristianos, está construyendo su vida encima de fundamentos inestables tales como el materialismo, ambición, deportes, educación, filosofías, tradicio­nes del hombre, sabiduría humana, etc. El único fundamento estable de roca sólida es el Señor Jesucristo, que es la Palabra viva (la Verdad).
De este pasaje en Lucas podemos notar los siguientes puntos:



(I) ¿Qué constituye una vida sólida? (v. 47)
«Todo aquel que viene a mí»                        – relación con Jesús.
«Oye mis palabras»                                     – oír su palabra.
«Ponlas en práctica»                                   – hacer su voluntad.

(II) ¿Puede uno oír y no hacer? (v. 46)
«¿Por qué me llamáis `Señor, Señor’ y no hacéis lo que yo digo?» Esto es conocer la Palabra y no hacer (Véase también Santiago 1:21-25.)



(III) ¿Cómo es el que oye y hace la Palabra? (v.48a)
«Semejante es al hombre que al edificar una casa, cayó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca Quitó todo entre él y la roca. Se aseguró que estaba en una posición sólida incluso habiendo tenido q cavar profundo, lo cual es costoso y tarda tiempo.



(IV) ¿Por qué se debe construir la casa en la roca? (v.48b)
«Cuando vino la inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa». Es la naturaleza de la vida q haya tormentas (Hebreos 12:25-29). Nadie se escapa de las tormentas.



(V) ¿Qué le pasó a la casa en la roca? (v.48b)
La casa no pudo ser movida porque estaba bien construida, estaba fundada en la roca. Habrá tormenta en nuestra vida cristiana, pero si estamos oyendo y haciendo la Palabra de Dios, las tormentas no n moverán.




(VI) ¿Cuál es el peligro al construir nuestra vida cristiana? (v.49a)
«El que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento». (0 so la arena, Mateo 7:26).


(VII) ¿Qué le pasa a la casa sin fundamento? (v.49b)
«Contra la cual el río dio con ímpetu (el mismo río y tormenta que dio contra la casa en la roca), y 1 cayó, y fue grande la ruina de aquella casa». Necesitamos reconocer cualquier fundamento inestable nuestra vida, admitirlo, y quitarlo para llegar a la roca sólida con la ayuda del Espíritu Santo.
e) ¿Y después qué?

Los fundamentos de nuestra vida como cristianos son tan importantes que es imposible seguir a la madurez sin e Hebreos 6:1-33 enuncia las verdades básicas fundamentales encima de las cuales nuestra vida cristiana ha de obrada (las llamaremos los fundamentos de nuestra fe) y nos insta a avanzar a la madurez con el permiso de No puede haber madurez sin el permiso de Dios. Si no echamos los fundamentos correctos, Dios no nos dar «permiso de construcción» para continuar la edificación de nuestra casa espiritual. Muchos cristianos son inmaduros incluso muchos que son nacidos de nuevo desde hace años. Esto es una tragedia. Muchas de estas personas deberían estar enseñando a otros o entrenando a sus propios discípulos, pero en vez de ello todavía son como espirituales en Cristo, todavía con necesidad de leche espiritual en vez de comida sólida (Hebreos 5:11-14).
f) Evidencia de inmadurez en los cristianos
(1) Tardo de oído
Estos cristianos son letárgicos y no quieren ser movidos; no tienen impulso ni energía en su interior; jul empezaron con entusiasmo pero a través de los años han llegado a ser de esta manera.
(II) Sin responsabilidad
Estos son cristianos que no han madurado nunca, son infantiles cuando deberían ser profesores maduros.
(III) Sin participación
Estos cristianos no contribuyen nada más que a aumentar el número de miembros en las iglesias, muchos son así desde hace años.
(IV) Sin discernimiento
Estos cristianos la mayoría del tiempo ni siquiera saben distinguir entre lo bueno y lo malo.
(V) Sin estabilidad
Cada problema derriba a estos cristianos; suelen ser mariposas espirituales yendo de una enseñanza o iglesia a otras.

g) Razones de inmadurez


(I) No son realmente nacidos de nuevo
Existe evidencia inequívoca cuando nacemos de nuevo:


– El testimonio del Espíritu (Romanos 8:16).
– Somos «nuevas criaturas» (2 Corintios 5:17).
Deseamos obedecer a Dios (1 Juan 2:3).
Amamos a otros cristianos (1 Juan 3:14).
Hacemos la voluntad de Dios (Mateo 7:21).
– Tenemos sed de Dios (Salmos 42:1-2).

(II) Negligencia
No se han preocupado de mantenerse en forma espiritualmente, sino que se han dejado llevar por los demás.

(III) Desobediencia
Dios les ha pedido que hagan algo y está esperando con paciencia hasta que decidan hacerlo.

(IV) Transigencia
Han dejado entrar «las zorras pequeñas» que echan a perder las «viñas» (Cantar de los Cantares 2:15). Han hecho las cosas de una manera contraria a la que Dios tenía para ellos. Han obedecido sus propios deseos egoístas en vez de a Dios. Estas cosas ahora tienen poder sobre ellos y están estropeando su caminar con Dios. Intentan vivir una vida equilibrada entre agradarse a ellos mismos y agradar a Dios. Por lo tanto, en vez de tener una vida fructífera y realizada al servicio de Dios, acaban frustrados e insatisfechos, sin agradarse ni a ellos mismos ni a Dios.

Lección 59. Adopción como hijos

a) Escrituras clave
Romanos 8:15-18                                       Gálatas 4:5-7
Romanos 8:23-25                                       Efesios 1:4-5
b) Introducción
En el corazón del discipulado está la idea de pertenencia. Esto es un compromiso para toda la vida, y la vida del discípulo llega a estar íntimamente involucrada con aquel al que está siguiendo. Existe la idea de elección por ambas partes. El maestro escoge a los discípulos (Juan 15:16), y luego nosotros debemos elegir: o responder y seguirle, o no. Jesús nos ha escogido y su elección exige una respuesta por nuestra parte. Podemos aceptar que nos ha escogido y seguirle a El, o podemos rechazar que nos ha escogido y rechazarle a El. Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador nacemos de nuevo (Juan 3:5-6). Esta imagen del nuevo nacimiento es una analogía muy poderosa porque es exactamente lo que pasa en términos espirituales cuando venimos a Cristo en fe. Es un nuevo principio: todos los factores negativos antiguos que nos mantenían en esclavitud son vencidos a través del poder del Espíritu Santo, nuestros pecados son perdonados y somos llevados a una nueva relación con Dios (2 Corintios 5:17).

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 5:1)
Esto es un principio fundamental de salvación. Tiene un significado legal en que estamos situados ante Dios que es juez de un tribunal, y aunque somos hallados culpables por nuestro pecado, somos declarados inocentes por la fe en Jesucristo. La justificación es «Ahora, pues,
ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte», porque el castigo que yo debía fue llevado por Cristo Jesús (Romanos 8:1-2)
Qué es adopción?
La adopción es una idea de familia presentada en términos de amor, con Dios como Padre. Nuestro pecado nos ha separado de nuestro verdadero Padre en el cielo, pero Dios, en su misericordia y gracia, nos ha acogido otra vez en su familia, un lugar que no merecíamos y que no era nuestro según nuestra naturaleza humana (1 Juan 3:1). Esto es el corazón del discipulado, porque nos recuerda que no seguimos por obligación sino por amor. Este sentido de pertenecer a la familia de Dios, y el gran privilegio que tenemos al estar unidos con Cristo Jesús, es la fuerza motivadora en nuestra vida por Cristo. Existe una ley en la experiencia cristiana, pero ya no es la letra de la ley que mata, sino el Espíritu que trae vida y poder.
e) El plan de adopción
Esta idea de adopción revela el corazón de nuestro Padre celestial. Planeó hace mucho adoptarnos en Cristo (Efesios 1:4-5). ¡Ninguno de los que hemos nacido en la familia de Dios lo hemos hecho por casualidad! Dios lo tenía en su corazón antes de la fundación del mundo (Salmo 139:13-16; Efesios 2:10). Si nos pudiéramos agarrar plenamente a esto, nos libraría de tantas ataduras a las que estamos sujetos, nos habilitaría para estar de pie en la libertad que pertenece a los que conocen el poder de sus derechos de nacimiento. Nosotros no tomamos linaje de cualquier descendencia humana. ¡Tomamos nuestro linaje de los propósitos de Dios, en Cristo Jesús, antes de la fundación del mundo! Fuimos escogidos en El. ¡Y es de esta fuente que tomamos todo el poder de nuestra nueva vida en El!
f) El poder de nuestra adopción
Un niño humano adoptado recibe un nuevo nombre. Toma el nombre de sus nuevos padres y también toma todos los privilegios y potencial de su familia nueva. Este también es el caso para nosotros en Cristo (1 Pedro 2:10). En el primer capítulo del evangelio de Juan, éste recalca el hecho de que no somos hijos en la familia de Dios por ningún derecho o poder que tenemos a nivel humano. Nacemos naturalmente fuera de la familia y vida de Dios. «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios» (Juan 1:12-13). La Palabra traducida «potestad» es una palabra griega «exousia» la cual significa «autoridad» o «poder». Es una palabra de autoridad inalienable. Este derecho o potestad ha sido ganado para nosotros por medio de la muerte del Señor Jesús y ha sido dado a cada uno de nosotros por medio de la fe. A través de ello hemos entrado en todos los derechos y herencias de estar en la familia de Dios (Gálatas 4:6). Se describe al Espíritu Santo como «el Espíritu de adopción», su labor es traer a nuestro corazón la certeza o realidad de pertenecer a Dios. Es esta certeza la que opera como un fundamento tan fuerte para nuestra vida cotidiana como cristianos. Tal fuerza y poder proviene de conocer quién somos y a quién pertenecemos.
g) El propósito de nuestra adopción
El propósito que el Padre tiene al adoptarnos como sus hijos es el de «ser santos y sin mancha delante de E (Efesios 1:4). A través de la adopción, no sólo compartimos en la familia, sino también en el carácter de nuestro Padre. Este es el verdadero propósito y llamamiento del discipulado, que lleguemos a ser como El en nuestras acciones actitudes, y que nuestra vida refleje el hecho de que somos hijos de nuestro Padre celestial. En Jesús, Dios ha revelado el anteproyecto para cada hijo que le siga por fe. Es su propósito que lleguemos a ser como Jesús en todo nuestro vivir y en el compromiso de nuestra vida con el Padre (Romanos 8:29). Pedro nos recuerda que esto no es solamente llamamiento de Dios en nuestra vida individual, sino que el propósito de Dios al escogernos es que lleguemos a como un cuerpo de personas que refleje esta misma naturaleza en nuestra vida juntos (1 Pedro 2:9).
h) La promesa de nuestra adopción
Como hijos del Reino hemos sido adoptados en la tremenda promesa de que la salvación no es solamente p ahora, ¡sino para siempre! (Romanos 8:17). Nuestra adopción es eterna. Esta es la motivación de nuestro serví al pensar con mucha ilusión, como lo hizo Pablo, en la corona de justicia que está preparada para nosotros al final de nuestro camino. También es la motivación para nuestra santidad (1 Juan 3:2-3). En Cristo no sólo tenemos nueva vida, sino también una nueva esperanza. No sólo tenemos el derecho de llegar a ser hijos de Dios, s además tenemos el derecho de recibir la herencia como hijos propios de Dios.
i) El principio de nuestra adopción
La esencia de nuestra vida como discípulos es que somos llamados para vivir diariamente el sencillo principio de confianza y franqueza que existe entre un padre y su hijo verdadero. El secreto del poder visto en Jesús era su relación con su Padre. En el Sermón del Monte Jesús introduce a sus seguidores en algunos secretos del Reino de Dios. Les enseña a confiar en su Padre y a vivir una vida para su gloria y honra.
– Glorificar al Padre (Mateo 5:16).
– Imitar al Padre (Mateo 5:44, 45, 48).
– Hablar con el Padre (Mateo 6:7-9).
– Confiar en el Padre (Mateo 6:25-26).
– Agradar al Padre (Mateo 6:17-18).
j) El ejercicio de nuestra adopción
Dios quiere que vivamos en lo bueno de nuestra adopción. Saber una verdad y no vivirla, no hará que la verdad sea real para nosotros. Por el Espíritu Santo nos ha sido dado todo lo necesario para hacer esta verdad efectiva en nuestra experiencia cotidiana (2 Pedro 1:3).
Una última verdad de nuestra adopción es que Dios sí que nos trata como hijos, no como a parientes lejanos. Esto significa que de vez en cuando conoceremos la mano de disciplina del Padre en nuestra vida, corrigiéndonos y recordándonos nuestras responsabilidades como hijos (Hebreos 12:7-11).
k) En resumen
Estamos ahora en la familia de Dios por fe. Compartimos en la vida de Cristo y en la herencia de los Santos. Nos ha sido dada una gran motivación para vivir en santidad y experimentamos el poder transformador del Espíritu Santo en nuestra vida. Porque conocemos a quién pertenecemos podemos comprender la disciplina de nuestro Padre en nuestra vida, y sobre todo, vivimos con una experiencia profunda y afectuosa del amor del Padre en nuestro corazón (Efesios 1:3).
l)Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Por qué te escogió Dios el Padre, a ti? Discútelo.
2. ¿Cuál debería ser nuestra reacción en respuesta a Dios al escogernos para ser sus hijos?
3. Si nuestra adopción no es una cosa casual, ¿por qué crees que Dios te ha puesto donde estás, y qué puedes hacer para El allí?
4. Discute las semejanzas y diferencias entre la adopción natural en una familia y la adopción espiritual en la familia de Dios.
5. ¿Conoce Dios por todo lo que estamos pasando en nuestra vida, a dónde vamos y cuál es nuestro propósito en Cristo? ¿Cuál debería ser nuestra respuesta, y podemos confiar en Dios en ello?
6. ¿Cómo podemos estar seguros de que somos los hijos de Dios y por tanto pertenecemos a la familia de Dios?
7. ¿Cuál debería ser la meta principal de nuestro discipulado como hijos de Dios?
8. ¿Qué cosas prácticas podemos hacer para hacer la verdad de nuestra adopción como hijos de Dios efectiva en nuestra vida cotidiana?
m) Resumen y aplicación
1. Adopción es haber recibido el lugar y condición de hijo aun sin pertenecer a la familia por naturaleza.
2. Necesitamos escoger vivir en lo bueno de ser hijo de Dios y escoger seguir a Jesús, el Hijo unigénito, y hacer como hizo El. Es una especie de hermano mayor que nos ha dado el ejemplo perfecto a seguir de cómo ser hijo de Dios.
3. Somos muy privilegiados de ser amados por Dios, tanto que nos escogió para ser sus hijos eternamente y esto debería ser nuestra motivación para amar y servir a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
4. Dios nos conocía antes de la creación del mundo. Sabía que éramos sus escogidos y sabía cuáles serían nuestros propósitos.
5. Dios no sólo nos deja viviendo nuestra vida, sino que El viene y nos ayuda por el Espíritu Santo para vivir lo bueno de la herencia disponible para nosotros como hijos de Dios.
Translate »