Estas son palabras de Dios para advertir sobre pecados que son muy comunes en nuestros días pero que pueden traer consecuencias terribles (a los que de ellos participan) ahora y por toda la eternidad.
(Hebreos 13:4)
Honren el matrimonio, y los casados manténganse fieles el uno al otro. Con toda seguridad, Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.
(1 Corintios 6:18)
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
(Judas 1:6)
Y les recuerdo de los ángeles que no se mantuvieron dentro de los límites de autoridad que Dios les puso, sino que abandonaron el lugar al que pertenecían. Dios los ha tenido firmemente encadenados en prisiones de oscuridad, en espera del gran día del juicio.
(Judas 1:7)
Asimismo no se olviden de Sodoma y Gomorra ni de las ciudades vecinas, las cuales estaban llenas de inmoralidad y de toda clase de perversión sexual. Esas ciudades fueron destruidas con fuego y sirven como advertencia del fuego eterno del juicio de Dios.
(Hechos 17:30)
En la antigüedad Dios pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él.
Esto es palabra de Dios y le pido que medite en ella:
(1 Corintios 7:10)
No obstante, para los que ya están casados, tengo un mandato que no proviene de mí sino del Señor. La esposa no debe dejar a su marido.
(1 Corintios 7:11)
Pero, si lo deja, que no se case de nuevo o bien que se reconcilie con él. Y el marido no debe dejar a su esposa.
(1 Corintios 7:39)
Una esposa está ligada a su esposo mientras el esposo vive. Si su esposo muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, pero solamente si ese hombre ama al Señor.
Medite por favor en estas palabras de Dios y si tiene que arrepentirse y dejar alguno de ellos ¡Hágalo!
(1 Corintios 6:9)
¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad
(1 Corintios 6:10)
o son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de ésos heredará el reino de Dios.
Si usted va en oración a Dios y le pide perdón Dios le perdona y limpia.
(1 Juan 1:9)
Pero, si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
(1 Corintios 6:11)
Algunos de ustedes antes eran así. Pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.