(Jeremías 3:19) Este es el deseo maravilloso de Dios para con todas las personas.
»”Me dije a mí mismo: ‘¡Cómo quisiera tratarlos como a mis propios hijos!’. Sólo quería darles esta hermosa tierra, la posesión más maravillosa del mundo. Esperaba con anhelo que me llamaran ‘Padre’, y quise que nunca se alejaran de mí.
El quiere darte el cielo eterno: Arrepiéntete y vuélvete a Dios.

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