USTED DEBE SABER ESTAS COSAS:

2.

Dios hizo al hombre para que sea feliz, para tener amistad eterna con el y lo puso en el paraíso. Génesis 1:27-28, 31; Génesis 2:7-9, 15; Génesis 3:8;

Pero el hombre al desobedecerle y pecar eligió ser independiente de Dios y no aceptó que lo que dice Dios siempre es lo mejor.

Entonces vinieron grandes consecuencias sobre el y sus descendientes. Isaías 59:2.

El pecado entro en el mundo y el hombre fue buscando muchas perversiones, hacer su voluntad y no la de Dios actuando independientemente de El. Hoy la mayoría de las personas hace lo mismo.

Romanos 5:18-21; Eclesiastés 7:29

Pero Dios nos ama a pesar de todo e hizo TODO para que podamos estar otra vez en el paraíso (cielo) con El eternamente. Apocalipsis 22:1-5.

Los hombres pecamos porque somos pecadores por naturaleza y no es que somos pecadores porque pecamos. Ejemplo: El manzano es un manzano y como fruto da manzanas. El fruto sale de adentro. Mateo 15: 18-19.

No hay hombre en la tierra que nunca peque. Eclesiastés 7:20.

Por lo cual TODOS debemos arrepentirnos y convertirnos a Dios.

Hechos 3:19

Debemos decidir que Jesús sea nuestro señor y Rey es decir someter de nuevo nuestra voluntad a la de Dios y decidir obedecerle, sometiéndonos a su autoridad, mandatos y leyes. Es decir debemos hacer lo contrario a lo que hizo Adán. (Hablo de Dios y no de una determinada religión cristiana)

De esa manera Dios nos hace sus verdaderos hijos Juan 1:12-13. y somos trasladados del reino del diablo al cual la mayoría pertenece y obedece (sin saberlo) al Reino de Jesús, de Dios. Mateo 12:26; Colosenses 1:13.

La decisión es suya.

Le ruego que lea los versículos de la palabra de Dios citados anteriormente que están escritos a continuación, así su fe se fortalecerá:

(Génesis 1:27)

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

(Génesis 1:28)

Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

(Génesis 1:31)

Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.

(Génesis 2:7)

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

(Génesis 2:8)

Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

(Génesis 2:9)

Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

(Génesis 3:8)

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

(Isaías 59:1)

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;

(Isaías 59:2)

pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

(Romanos 5:15)

Pero hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor inmerecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos. Pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo.

(Romanos 5:16-21)

Y el resultado del regalo del favor inmerecido de Dios es muy diferente de la consecuencia del pecado de ese primer hombre. Pues el pecado de Adán llevó a la condenación, pero el regalo de Dios nos lleva a ser declarados justos a los ojos de Dios, a pesar de que somos culpables de muchos pecados.

Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos. Pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo.

Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos.

Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores. Pero, por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos.

La ley de Dios fue entregada para que toda la gente se diera cuenta de la magnitud de su pecado. Pero, mientras más pecaba la gente, más abundaba la gracia maravillosa de Dios.

Entonces, así como el pecado reinó sobre todos y los llevó a la muerte, ahora reina en cambio la gracia maravillosa de Dios, la cual nos pone en la relación correcta con él y nos da como resultado la vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.

(Eclesiastés 7:29)

He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.

(Apocalipsis 22:1)

Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.

(Apocalipsis 22:2)

En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

(Apocalipsis 22:3)

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

(Apocalipsis 22:4)

y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.

(Apocalipsis 22:5)

No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

(Mateo 15:18)

Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.

(Mateo 15:19)

Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

(Eclesiastés 7:20)

Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

(Hechos 3:19)

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

(Juan 1:12)

Pero, a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.

(Juan 1:13)

Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.

(Mateo 12:26)

Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?

(Colosenses 1:13)

El cual (Dios) nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

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