Sirve a Dios porque lo amas y por lo que El hizo por ti, lo que El está haciendo y hará, pero no lo hagas por condenación o para ganarte su favor (El ya te ama con amor eterno). Nunca caigas en el engaño de tratar de servir a Dios o predicar para ganarte la salvación de tu alma.

El ya hizo todo lo que debía hacer en la cruz para salvarte.

La salvación es por la gracia de Dios y una vez salvo su gracia te sostendrá.

(Judas 1:24)

Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien es poderoso para evitar que caigan, y para llevarlos sin mancha y con gran alegría a su gloriosa presencia.

(1 Corintios 10:13)

Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.

(Efesios 2:1-9)

Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados.

Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios.

Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.

Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)

Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús.

De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús.

Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.

La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.

(Gálatas 2:16)

Sabemos que una persona es declarada justa ante Dios por la fe en Jesucristo y no por la obediencia a la ley. Y nosotros hemos creído en Cristo Jesús para poder ser declarados justos ante Dios por causa de nuestra fe en Cristo y no porque hayamos obedecido la ley (los mandamientos) Pues nadie jamás será declarado justo ante Dios mediante la obediencia a la ley. (Pues nadie puede cumplirlos todos).

(Romanos 5:17)

Pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de Jesucristo.

(Romanos 5:1)

Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.

¡DELE GRACIAS A DIOS POR SU SALVACIÓN TAN GRANDE Y COMPLETA!

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