En cada situación tanto hay una manera correcta (según la perfecta voluntad de Dios) para realizarla, como el tiempo exacto de Dios para hacerlo.
Esperar en el Señor y orar hasta conocer su voluntad ayuda a los líderes de Dios (y a todos) a hacer lo correcto en ambos casos.
Para esperar en Dios debemos saber que es Dios es el que está al control de todo y tiene un tiempo perfecto y una manera perfecta para hacer las cosas.
Esperar hasta saber su voluntad es un acto de fe y demuestra que uno tiene el deseo de hacer la voluntad de Dios.
Hay que tener dominio propio para esperar en Dios y no salir precipitadamente a la acción o amargarse pensando que no se abren las puertas que esperábamos inmediatamente.
Saber que Dios es el responsable del resultado de una situación o problema puede ser que esperar en El se convierta en un alivio.
Josué tuvo que esperar cuarenta años antes de entrar en la tierra prometida pero cuando finalmente entró en el tiempo de Dios, sus ejércitos se hicieron invencibles.
Josué vivía en constante relación con Dios y estaba a su disposición total y Dios le hablaba constantemente y le daba sus instrucciones.
El pueblo de Dios necesita de líderes que estén en la presencia del Señor, hablen con El y conozcan su voluntad.