Jesús trabajó en el poder del Espíritu Santo. No en el poder de la segunda persona de la trinidad, sino que lo hizo de la misma manera que nosotros hoy podemos hacer también al tener al Espíritu Santo y ser llenos de El.
(Lucas 4:14)
Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.
(Lucas 4:18) Fue ungido para ese propósito:
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
(Lucas 4:19)
A predicar el año agradable del Señor.
(2 Corintios 1:21) También nosotros fuimos ungidos para ese propósito y al igual que Jesús debemos trabajar para El con el poder de su Espíritu Santo (que ya tenemos).
Esto fue dicho a todos los cristianos en unas cartas generales.
Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
(1 Juan 2:20)
Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
(Lucas 6:17) Jesús hacía estas cosas:
Y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón, que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;
(Lucas 6:18)
y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos eran sanados.
(Lucas 6:19) Tenía el poder del Espíritu Santo.
Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.
(Hechos 1:8) Jesús prometió lo mismo para nosotros: ¡Y lo recibimos!
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
(1 Juan 4:17) Las escrituras dicen que somos como El en ese sentido:
… pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
(Juan 20:21) Jesús nos envió de la misma manera que el Padre lo envió a El para hacer las mismas cosas y aún mayores cosas de las que El hizo.
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
(Juan 14:12)
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. (Y nos deja a nosotros para que continuemos su obra, en el poder del Espíritu Santo de la misma manera que El lo hizo).
(Mateo 10:1) El dio a todos sus seguidores esa autoridad, unción y poder.
Entonces llamando a sus… discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
(Marcos 3:14)
…. para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar,
(Marcos 3:15)
y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:
(Lucas 9:1)
… les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.