a) Escrituras clave
1 Corintios 1:17-18
Filipenses 2:5-11
Gálatas 6:14
Filipenses 3:20-21
Isaías 52:13-53:12                                                 
b) Introducción
La cruz de Cristo está en el corazón de nuestra fe cristiana. Sin ella no tenemos fe, y fuera de su verdad el cristianismo pasa a ser sólo otra filosofía de la vida, un asunto de palabras e ideas. Jesús no vino para darnos otra clase de ideas acerca de Dios, sino al contrario, vino para morir por nosotros. (Marcos 8:31). El concepto de la cruz era una parte esencial, en lo que a Jesús se refiere, del entrenamiento de sus discípulos. El usó la realidad de la cruz para recalcar la necesidad de sometimiento absoluto a la vida del Reino. Ya sabía dentro de sí mismo lo que significaba «tomar la cruz», y quería que los discípulos tomasen su propia cruz y que le siguiesen (Lucas 9:23).
No hay ninguna virtud en destacar el dolor y horror de la cruz porque sí, pero sí necesitamos entrar, hasta cierto punto, en la realidad del padecimiento de Cristo si alguna vez vamos a apreciar: primero, lo que significó para Dios el salvarnos por medio de la cruz; y segundo, lo que Dios ha logrado para cada uno de nosotros en la muerte de Jesús. Llevamos viviendo mucho tiempo con un concepto doméstico de la cruz. La hemos refinado de su horror, y al hacer eso le hemos robado su poder. El Espíritu Santo quiere que conozcamos la importancia del sacrificio de Cristo, porque esta obra de la cruz debiera ser central en nuestra vida y ministerio. Las Escrituras no esconden nada de la vergüenza y agonía que llevaba envuelta para el amado Hijo de Dios. No es sencillamente el hecho de que muriese lo importante; la manera en que murió tiene la mayor significación para cada uno de nosotros. Las profecías del Antiguo Testamento concernientes a la muerte de Cristo pusieron el mismo énfasis en los detalles de sus padecimientos (Isaías 50:6; Salmo 22:12-18). En la iglesia, en general, hemos reducido a Cristo a nuestra medida y hemos reducido su muerte a dimensiones que podemos manejar espiritual, emocional y teológicamente. Si sintiéramos el profundo horror de la cruz, conoceríamos toda la extensión de nuestro pecado y esto es de lo que huimos dentro de lo más profundo de nuestro corazón y mente. Lo que sucedió aquel día en el Calvario no fue bonito. No había sentimiento en los azotes romanos, y la crucifixión romana ha sido reconocida universalmente como la forma más cruel de ejecución pública jamás inventada. Era una muerte horrorosa, lenta, dolorosa y humillante. Necesitamos ver la profundidad del Calvario. Necesitamos ver que todo lo que podemos tener o ser fluye de este acto de amor. Más que eso, necesitamos reconocer que si hemos de vivir para Dios, entonces necesitamos caminar de la misma manera nosotros mismos.
d) El poder de la cruz
Jesús no experimentó una crucifixión normal y rutinaria. También fue sometido a la humillación pública de un juicio burlesco ante Poncio Pilatos durante el cual abusaron de él. Fue golpeado y desfigurado, le arrancaron la barba y pusieron una corona de espinas en su cabeza como gesto de mofa a su declaración de ser un rey. En el jardín se había enfrentado con la horrorosa verdad de que esta copa era Su copa y no podría ser bebida La presión dentro de sí mismo eran tan intensa que sangró por la frente. Cuando los soldados fueron a vieron que ya estaba muerto, por tanto, no le rompieron las piernas. En vez de eso, le traspasaron el costado y  agua. Esto significa que Jesús había muerto literalmente de un corazón roto. Su corazón se había reventado había coagulado: la sangre y plasma se habían separado y cuando fue traspasado, fluyeron de su costado.
No podemos empezar a hablar de sus padecimientos espirituales. Estas cosas están escondidas de n no hay ninguna manera en que pudiéramos comprender jamás lo que significaba para el Hijo desamparado por su Padre. El grito que salió de sus labios resonaba con las palabras del Salmo 22′ Dios mío, ¿por qué me has desamparado? contiene profundidades de sufrimiento que jamás podremos Pero debemos ver que ninguna de estas cosas fue casual. Los hombres le llevaron ¡pero no estaban los procedimientos aquel día! Esta es la imponente verdad del Calvario. ¡Dios el Padre estaba en con entregaba a su Hijo por el alma del hombre! Nosotros huimos del hecho porque sólo sirve para recalcar claridad la extensión de nuestra culpa (Hechos 2:23). Dios, de algún modo misterioso, puso nuestra c y por medio de sus padecimientos fuimos liberados (Isaías 53:4-5). El poder de la cruz para nosotros hecho de que cada detalle de la experiencia de Jesús tiene significación dinámica para nosotros en nuestra necesidad. Desde la caída del hombre, Satanás ha mantenido a hombres y mujeres bajo su estado atados en cadenas de pecado y enfermedad, depresión y desesperación, que han sido experiencia humana. El hombre ha venido a estar sujeto a toda clase de sufrimiento y aflicción como su desobediencia a Dios. En la cruz toda atadura espiritual y emocional, toda aflicción que Satanás humanidad por la desobediencia del hombre, ha sido invertida en el poder del Calvario.
e) Los seis ayes del hombre
En el tercer capítulo de Génesis nos es dado profundamente los efectos del pecado. Después de la caída por su desobediencia a Dios somos introducidos a los tristes efectos de esa desobediencia. Aunque el vivido como un agente libre en comunión con Dios y se le había dado la autoridad para regir sobre en la tierra, ahora estaba en esclavitud. Satanás tenía dominio sobre él y desde aquel momento en a humana ha sido sometida a todo mal y aflicción como resultado del pecado. Aquí el hombre vino a seis terribles ayes que desde aquel momento en adelante han sido la fuente de todo dolor y aflicción alma y espíritu que la raza humana jamás haya experimentado.
(1) Culpabilidad y condenación
Tanto el hombre como la mujer, cuando fueron desafiados por Dios, intentaron evitar esta cu pasaron del uno al otro. Al final, ¡sólo la vieja serpiente tenía la voluntad de aceptar la culpa! el fracaso de la humanidad desde entonces. Ha sido el factor que ha dividido al hombre del hombre de Dios. Hasta que no aceptemos nuestra culpabilidad, no puede haber reconciliación. culpabilidad ante Dios es de tal naturaleza que nunca la podríamos expiar nosotros mismos. ser nuestro portador de culpabilidad. Llevó nuestros pecados en su cuerpo en el árbol (la cruz).
 (II) Opresión del diablo
Antes que el hombre cayera no estaba sometido al dominio de Satanás. Ahora que el hombre de Dios, está a la merced de Satanás. Sin embargo, la cruz ha acabado con el poder indiscutido (Colosenses 2:13-15).
(III) Dolor y sufrimiento
En ningún sitio de la Biblia leemos que la enfermedad y el sufrimiento sean la voluntad de humanidad. Son la consecuencia del pecado y encuentran su fuente en la obra de Satanás como resultado de la desobediencia del hombre. Esto no quiere decir que Dios no pueda usar el dolor y sufrí su propio propósito de gracia en nuestra vida: claro que puede. Pero sabemos que esto no es Dios para sus hijos, y en el perfecto Reino de Dios, todos estos elementos ajenos serán descartados «por cuya herida fuisteis sanados» (1 Pedro 2:24). III Dolor y sufrimiento
En ningún sitio de la Biblia leemos que la enfermedad y el sufrimiento sean la voluntad de humanidad. Son la consecuencia del pecado y encuentran su fuente en la obra de Satanás como resultado de la desobediencia del hombre. Esto no quiere decir que Dios no pueda usar el dolor y sufrimiento para su propio propósito de gracia en nuestra vida: claro que puede. Pero sabemos que esto no es Dios para sus hijos, y en el perfecto Reino de Dios, todos estos elementos ajenos serán descartados “por cuya herida fuisteis sanados» (1 Pedro 2:24).
(IV) Ansiedad y preocupación
El hombre fue sentenciado a una vida de trabajo duro (Génesis 3: 17-19). Aunque había vivido en un jardín de la munificencia de Dios, rodeado por todo lo que necesitaba para la vida y salud, ahora estaba condenado a dificultad y esfuerzo. Fueron espinas lo que usaron para hacer una corona para Jesús, y la llevó por nosotros. Llevó en sí mismo toda la agonía de espíritu y ansiedad de corazón que pertenece al hombre, mientras intenta encontrar su propio camino en el mundo sin Dios. ¡Qué contraste: el camino de Jesús y la maldición de espinas! Como la llevó por nosotros, somos libres en el poder de la fe, para caminar el camino del Reino (Mateo 6: 33-34).
(V) Muerte
El hombre fue aislado de la fuente de su vida por el pecado. La muerte es el resultado de nuestro pecado y es la suerte común de todo hombre (Romanos 5:12). Sin embargo, la Biblia nos dice-que la muerte física no es el fin, porque el hombre está destinado a morir una vez y después de esto enfrentarse con el juicio de Dios (Hebreos 9:27-28). Pero por medio de la muerte de Jesús el juicio de muerte ha sido quitado. El ha llevado el juicio por nosotros (Hebreos 2:14-15).
(VI) Rechazo y separación de Dios
El hombre fue echado del jardín y ha sido un náufrago espiritual desde entonces. El hombre en el fondo es un ser rechazado: su pecado ha causado una separación entre él y Dios. El grito más profundo de la cruz fue un grito de abandono: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» ¡Jesús vino a ser un abandonado por ti y por mí! No había nada más que pudiera suceder, porque al llevar nuestro pecado en sí mismo, se puso fuera de los límites de la presencia del Padre.
f) Unidos con El
El poder de la cruz está en el hecho de que Jesús llevó todos estos elementos en sí mismos en la cruz y rompió su poder. Venció todo factor negativo que jamás haya amenazado al hombre, y rompió el poder de Satanás que dirige todas estas fuerzas para llevar al hombre a la destrucción.
No es suficiente maravillarse de la obra de Jesús en la cruz; para que esa obra sea efectiva en nosotros, necesitamos recibirla en nuestra propia vida. Fue en el poder del Espíritu Santo que Jesús se ofreció por nosotros (Hebreos 9:14). Es mientras permitimos que el Espíritu Santo haga la misma obra de vencer el pecado, aflicción y el poder de la muerte en nosotros, que entraremos en la verdadera victoria del Calvario.
g) Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Qué hace que el cristianismo sea diferente de otras religiones, ideas y filosofías? Discútelo.
2. ¿Por qué tuvo que morir Jesús en la cruz por nosotros?
3. ¿Por qué tuvo que pasar Jesús por una muerte tan dolorosa, humillante e interminable?
4. ¿Cómo pudo Dios el Padre permitir a su Hijo hacer lo que hizo? Si está en control; ¿por qué era necesario? 5. ¿Fue la cruz el punto fundamental en la historia?
6. ¿Por qué ha vencido la obra de Jesús en y alrededor de la cruz el poder de Satanás, y qué significa para la gente en general?
7. ¿Cumple lo que leemos sobre la cruz en el Nuevo Testamento lo que fue hablado de ella en el Antiguo Testamento? Por ejemplo, lee Isaías 52:13-53-12.
8. ¿Cómo podemos tomar nuestra cruz y seguir a Jesús como lo pide cuando nos damos justa cuenta de cuánto hizo realmente Jesús cuando tomó su cruz? (Lucas 9:32).
h) Resumen y aplicación
1. La cruz de Cristo está en el corazón del discipulado cristiano.
2. Nuestra salvación le costó a Jesús todo.
3. Para que la cruz del Calvario sea efectiva necesitamos recibir el poder de ella en nuestra vida.
4. ¡Para ser verdaderos discípulos de Jesús necesitamos tomar nuestra propia cruz y seguirle!
5. El hombre ha causado su propia ruina, pero Dios todavía estaba dispuesto a mandar su propio Hijo Jesús a sufrir y morir por nosotros y darnos otra oportunidad.
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