"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."
Romanos 12:2

Conociendo a Dios, quien nos ha demostrado de tantas maneras su amor, perfección, sabiduría y omnisciencia, nos damos cuenta de cuánta razón tiene el apóstol Pablo al decir que la voluntad de Dios es "buena, agradable y perfecta".
Pero para conocer esa voluntad de Dios, es imprescindible entender que Él tiene un plan y un propósito para todo, y para cada uno en particular, y que no puede hacer nada sin un propósito absolutamente perfecto y bueno, y en armonía con su naturaleza santa. En la misma naturaleza vemos esa perfección y belleza, y que detrás de todo lo que existe hay un plan, un diseño armonioso.
Es el caso de la luz, cuya naturaleza última todavía es un misterio para la ciencia, pero que penetrando en nuestros ojos, tan complejos y delicados, produce impulsos eléctricos que llegan al cerebro, y nos permite ver todas las cosas y disfrutar de la creación de Dios. ¡Una maravilla de diseño!
Considera las estaciones del año. Una simple inclinación de 23.5 grados del eje terrestre nos permite tener la variedad de climas y de frutos de la tierra. Recuerda también los ciclos de la naturaleza y el delicado equilibrio entre los tres reinos que lo componen, proveyendo cada uno los elementos necesarios para el otro. Plan, propósito y diseño es el mensaje de la creación.
Si esto es cierto de la creación física que nos rodea, cuánto más lo será de las cosas espirituales, que son las de verdadero valor. Veamos, pues, lo que las Escrituras nos enseñan acerca del plan de Dios, sus propósitos y su voluntad.

A. LOS PLANES DE DIOS
Dios tiene un plan perfecto para cada persona, que forma parte y armoniza con un plan eterno de manifestación de su gloria, de su sabiduría y de su amor. Descubre algunos aspectos de esos planes divinos:

1. El plan de Dios para la creación
a. Según Efesios 1:9-10, ¿cuál es el propósito eterno en el corazón de Dios?
“dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.”
Reunir todas las cosas en Cristo
b. ¿Qué cosas o personas están incluidas en ese propósito?
Todas.
¿No es hermoso pensar que hay un plan integral de Dios; que formamos parte de él, y que nuestro amado Salvador y Señor es el centro de ese plan?

2. El plan de Dios para el ser humano
Gracias a Dios no somos descendientes del mono, ni producto de una casualidad ciega y sin propósito. Dios tiene propósitos para el ser humano, y un plan precioso.

a.Isaías 43:7:
“todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.”

b.Efesios 1:5:
“en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,”
A pesar de que el hombre cayó en desobediencia y rebeldía, y se apartó de Dios por el pecado, la voluntad de Dios sigue siendo de bendición.

c.Ezequiel 33:11:
“Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis?”
¿No es maravilloso el amor y la paciencia de Dios? Y por esa voluntad, que podríamos llamar terca de Dios, es que Él diseñó el plan de salvación, en el que incluyó a todos los hombres de Dios en la Biblia. En Juan 6:38, Jesús afirma que vino a este mundo sólo para cumplir la voluntad de su Padre que está en los cielos, la cual es la salvación del hombre perdido.

3. El plan de Dios para sus hijos
a. Efesios 1:5-6:
“en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,”

b. ¿Cuál es el propósito de Dios para sus discípulos? Juan 17:20-24:
“Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.”
Que sean uno y que participen de su gloria.

B. LA VOLUNTAD GENERAL Y LA ESPECÍFICA
1. La voluntad general de Dios
Hay muchos aspectos de la voluntad revelada de Dios que son universales, es decir, que rigen para todos en todas las circunstancias, y por lo tanto no necesitamos orar o preguntar a Dios acerca de ello. Son los mandamientos que se derivan de su misma naturaleza santa y amo¬rosa. Sólo tenemos que descubrirlos en la Palabra y obedecerlos. Recuerda algunos de ellos en los siguientes textos:

Juan 15:4 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.” 

Juan 15:17 “Esto os mando: Que os améis unos a otros.”

Efesios 5:18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,”

I Tesalonicenses 4:3 “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación”

2. La voluntad específica de Dios
Tiene que ver con situaciones específicas, para las cuales las instrucciones generales de las Escrituras no dan mucha luz, como por ejemplo: "¿Debo casarme?; ¿Con quién?"; "¿Qué carrera debo estudiar?"; "¿Debo dedicarme al ministerio?"; "¿Debo hacer este viaje?"
Para estas cosas, sólo la dirección del Espíritu Santo nos puede dar respuestas. El Espíritu puede usar muchos medios para hacemos conocer la voluntad específica de Dios para cada situación particular. Veremos algunos de estos medios más adelante.

C. LA VOLUNTAD DIRECTIVA Y LA PERMISIVA
Dios conoce lo que es mejor para sus fines eternos y perfectos, así como para nosotros, pero tiene que tratar con un ser humano limitado e imperfecto, no siempre atento a su voz y no siempre obediente. Por ello encontramos que la voluntad de Dios puede tener dos expresiones diferentes:

1. La voluntad directiva de Dios
Los mandamientos e instrucciones que encontramos en la Palabra de Dios revelan su voluntad directiva, es decir, lo que Dios quiere que hagamos, porque en su sabiduría sabe que es lo mejor. Así también cuando el Espíritu revela la voluntad de Dios para nosotros, está revelando su voluntad directiva.

2. La voluntad permisiva de Dios
Pero cuando el hombre no sigue la voluntad directiva de Dios, porque no supo discernir esa voluntad, o porque no la buscó, o porque sencillamente la desobedeció, entonces Dios puede, si así lo quiere, permitir al hombre seguir su propia iniciativa. Esto lo hará siempre que esa iniciativa no vaya en contra de los mandamientos expresos de la Palabra de Dios, ni de su naturaleza santa.
Lo concedido por la voluntad permisiva de Dios nunca será el mejor camino, y muchas veces habrán consecuencias desagradables.
En 2 Reyes 20:1-11 encontramos el caso del rey Ezequías, un buen rey, a quien Dios le comunica por medio del profeta Isaías que va a morir. Ezequías llora y ruega tanto, que Dios le concede 15 años más de vida. Pero el relato posterior nos muestra las consecuencias de ello: errores tremendos; le nace un hijo que sería uno de los más idólatras y blasfemos en la historia de Israel, y una muerte sin pena ni gloria (2 Reyes 20:12-21:9).
Lee Isaías 55:8-9, y medita si es sabio o vale la pena cambiar la voluntad directiva de Dios por la permisiva.
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”

 D. CÓMO PODEMOS CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS
1. Los medios para conocer la voluntad de Dios
a. Por su Palabra revelada

Salmos 119:105
“Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.”

Salmos 119:130
“La exposición de tus palabras alumbra;
Hace entender a los simples.”

Hechos 1:1
”En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,”

2 Timoteo 3:14
“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;”

2 Timoteo 3:15
“y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.”

2 Timoteo 3:16-17
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

Es el medio más seguro, porque es la revelación infalible de la voluntad de Dios. Debe controlar a todos los otros medios de conocimiento de la voluntad de Dios.
b. Por su Espíritu Santo
Juan 16:13
”Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”

1 Corintios 2:9-12
“Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,”

El está en el mundo convenciendo de pecado, pero muy particularmente en cada creyente, para guiarle en su camino a la perfección.

c. Por las circunstancias. Aunque no siempre, las puertas abiertas o cerradas pueden indicar la voluntad de Dios, como en el caso de Pablo en Hechos 16:6-10, donde Dios usa las circunstancias para guiarle.

Hechos 16:6-10
“Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia;
y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas.
Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio."
d. Por los dones del Espíritu: profecía, palabra de ciencia y de sabiduría (1 Corintios 14)

e. Por sueños y visiones.
Mateo 1:20
“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.”

Hechos 10:10
“Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis;”

Hechos 22:17-18
“Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis. Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí.”

Hechos 22:21
“Pero me dijo: Vé, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.”

2. La actitud para conocer la voluntad de Dios
Cualquier persona puede leer la Biblia y conocer intelectualmente la voluntad de Dios. Pero eso no garantiza que toque su corazón y lo mueva a hacer dicha voluntad. Tiene que haber una actitud correcta que permita la obra del Espíritu Santo en el corazón y el espíritu.

Salmos 1:2
“Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.”

Hechos 9:6
“El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.”

Romanos 12:2
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
3. El resultado de hacer la voluntad de Dios
Mateo 12:50
“Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.”

Juan 9:31
“Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.”

1 Juan 2:17
“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”

 
¡Qué hermosas promesas para los que siguen la voluntad del Señor! ¡Vale la pena! Por eso, escudriña tu Biblia todos los días, y medita en ella para conocer su voluntad agradable y perfecta, y ora para que Dios te revele su voluntad para cada día y cada decisión que tienes que tomar. ¡Él nunca te defraudará!

Memoriza el siguiente versículo:

"Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud."
Salmo 143:10
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