(Es decir como ir al cielo con Dios para siempre).
Debes saber que Dios te ama mucho.
(Juan 3:16)
"Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.
Pero tenemos un gran problema: Nuestro pecado.
(Romanos 3:23)
Todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.
(Eclesiastés 7:20)
No hay nadie en la tierra tan perfecto que haga siempre el bien y nunca peque.
Debes saber que:
(Romanos 6:23)
El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor.
Y que:
(1 Juan 1:9)
Si confesamos nuestros pecados, (a Dios) podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad.
Pero Cristo murió en nuestro lugar llevando nuestra culpa y castigo.
(Isaías 53:6)
Todos nosotros nos perdimos
como ovejas,
siguiendo cada uno su propio camino,
pero el Señor cargó sobre él la maldad
de todos nosotros.
(1 Pedro 2:24)
Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.
(1 Pedro 3:18)
Porque Cristo mismo sufrió la muerte por nuestros pecados, una vez para siempre. Él era inocente, pero sufrió por los malos, para llevarlos a ustedes a Dios.
Debemos reconocer a Jesús como nuestro Señor, Salvador y Rey y recibirle en nuestro corazón, invocándolo por medio de una oración.
(Romanos 10:9)
Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación.
(Romanos 10:13)
Porque esto es lo que dice: "Todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán la salvación."
Debemos también:
(Hechos 3:19)
Por eso, vuélvanse ustedes a Dios y conviértanse, para que él les borre sus pecados
(Juan 1:12)
Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios.
(Apocalipsis 3:20)
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Oración:
Le pido que usted haga esta oración de todo corazón:
Querido Dios: Te pido en este momento en el nombre de Jesús, perdón por todos mis pecados, me arrepiento de cada uno de ellos.
Creo que Jesús murió en mi lugar en la cruz, llevando mi culpa.
Tomo ahora estas decisiones: Invoco el nombre de Jesús para ser salvo y le recibo ahora como mi Señor, Salvador y Rey.
Gracias Padre porque me has perdonado y ahora soy un hijo/a tuyo.
Gracias por tu salvación, gracias por darme tu Espíritu Santo y por haber nacido de nuevo. Amén.
(1 Juan 3:5)
Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
(1 Juan 3:2)
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Predicador Gustavo Isbert
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