• Concéntrate en predicar y testificar de una manera sencilla a todas las personas el Evangelio de la salvación de N.S.Jesucristo…Orando en todo tiempo por cada persona que conozcas que no ha nacido de nuevo y pidiéndole a Dios sabiduría y gracia para hablarles de una manera sencilla y efectiva.
  • Jesús no le habló el Evangelio a todos de la misma manera, así que pide la guía de El para hacerlo, y para darte cuenta si es el momento apropiado y si la persona tiene sed de Dios y de los asuntos eternos, como la salvación de su alma etc.
  • Háblale a partir desde donde esa persona necesita, si está en una dificultad o no entiende algo de Dios y te pregunta sobre eso, parte de ese punto y explícale el evangelio.
  • La gente se convierte a Cristo solo cuando oye y entiende y cree en las buenas noticias, el tener buen testimonio de vida es muy importante para tener “peso” para hablarle, pero la gente se salva por la predicación.
  • “La predicación” no es un hombre detrás de un púlpito solamente, sino puede ser en cualquier lugar cuando se presente la oportunidad, puedes contar la buena noticia de Cristo, sencillamente con tus palabras y a tu manera.
  • ¡Jesús nos ordenó que lo hagamos en la gran comisión! Y es nuestro deber hacerlo, por amor a los perdidos.
  • ¡No predicar la salvación es mucho más malo que negarle el remedio a un enfermo que se está muriendo y debe tomarlo para sanarse!
  • Dile que Dios le ama a pesar de sus fallas y pecados y aunque no lo vea El está allí para perdonarle, salvarle y restaurarle su vida completamente. Juan 3:16
  • Dile que los hombres están separados de Dios a causa de su pecado (tengan la religión que tengan), pero Dios envió a su hijo Jesucristo a morir en la cruz para pagar la deuda de pecado de cada persona individualmente 1 Timoteo 2: 3-6; 1 Pedro 2: 14; 1 Pedro 3:18.
  • También debes decirle que es necesario un arrepentimiento total (apartarse del pecado) Hechos 3.19;
  • Creer en el sacrificio de Cristo muriendo en nuestro lugar y
  • Recibirle en su corazón (a Cristo) como su Salvador y Rey, mediante una oración sencilla con sus propias palabras. Juan 1:12; Apocalipsis 3:20 y luego seguirle en obediencia, orando, leyendo la Biblia y congregándose en una reunión casera dependiente de una Iglesia (o en la iglesia misma) que sepa bien el mensaje del evangelio y le pueda enseñar la palabra de Dios.
  • Se sabio cuando testifiques de Jesús.
  • Puedes contarle lo que El ha hecho en tu vida.
  • Recuerda que tu tarea es predicar el mensaje de Dios y la tarea de Dios es preparar los corazones para que estén bien predispuestos a escuchar el mensaje y quién actúa en el corazón de la persona.
  • Procura también que la otra persona al menos quede con sed de saber más de acerca de N.S.Jesucristo.
  • Deja que el amor de Cristo te llene de pasión por las almas, Romanos 5:5 y eso te impulse a buscar a los perdidos, deja que Cristo brille y actúe a través tuyo.

¡Debes ser solo como un guante en sus manos!

 

Recuerda: Cuanto más compartimos nuestra fe con otros, cada vez más fácil nos resultará hacerlo. Jesús dijo “venid en pos de mi y OS HARÉ pescadores de Hombres”, (nos formaría de a poco). Mateo 4:19

¡Sea usted un ganador de almas!

¡Experimente los milagros que Jesús puede hacer a través suyo para otras personas! ¡No hay nada mejor, ni más importante que eso!

 

(Marcos 16:15) Jesús nos mandó.

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

 

 

Recuerde y memorice estas escrituras:

 

(Romanos 5:6)

Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores.

(Romanos 5:7)

Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena.

(Romanos 5:8)

Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

(Romanos 5:9)

Y, como se nos declaró justos a los ojos de Dios por la sangre de Cristo, con toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios.

(Romanos 5:10)

Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo.

(Romanos 5:11)

Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios.

 

(Romanos 5:1)

Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.

 

(Romanos 4:7)

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,

Y cuyos pecados son cubiertos.

(Romanos 4:8)

Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.

 

(Mateo 5:8)

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

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