Dios, Jesús y el Espíritu Santo hablan HOY…

Dios, Jesús y el Espíritu Santo hablan HOY…

Dios, Jesús y el Espíritu Santo hablan HOY… y aquí explico porqué: a los que oran mucho y pasan tiempo con Dios,Dios les habla muchas cosas y les cuenta sus secretos. También el Espíritu Santo Hace lo mismo hoy. Esto no tiene el mismo valor de lo que Dios dice en la Biblia, y todo debe ser juzgado de acuerdo a lo que en ella está escrito, Dios no puso en la Biblia que tienes que hacer vos en particular pero si hablas con El en oración…seguro que de alguna manera te mostrará lo que debes hacer y te hablará al respecto. Esto le sucede a miles de sus hijos hoy y otros no lo entienden por diversas razones.

Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?
(Jeremías 23:18)
Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
(Jeremías 23:22)
Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
(Juan 15:15)
porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.
(Lucas 12:12)
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
(Juan 14:26)
Ministrando éstos al Señor, y ayunando, DIJO EL ESPÍRITU SANTO: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
(Hechos 13:2)

Y mientras Pedro pensaba en la visión, LE DIJO EL ESPÍRITU SANTO: He aquí, tres hombres te buscan.
(Hechos 10:19)

 

Dios, Jesús y el Espíritu Santo hablan HOY…

Y EL ESPÍRITU SANTO ME DIJO que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón,
(Hechos 11:12)

Y EL ESPÍRITU SANTO DIJO A FELIPE: Acércate y júntate a ese carro.
(Hechos 8:29)

Pero fue a nosotros a quienes Dios reveló esas cosas por medio de su Espíritu Santo. Pues su Espíritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios.
(1 Corintios 2:10)
Nadie puede conocer los pensamientos de una persona excepto el propio espíritu de esa persona y nadie puede conocer los pensamientos de Dios excepto el propio Espíritu de Dios.
(1 Corintios 2:11)
Y nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios (no el espíritu del mundo), de manera que podemos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado.
(1 Corintios 2:12)
Les decimos estas cosas sin emplear palabras que provienen de la sabiduría humana. En cambio, hablamos con palabras que el Espíritu nos da, usamos las palabras del Espíritu para explicar las verdades espirituales.
(1 Corintios 2:13)
Pero los que no son espirituales no pueden recibir esas verdades de parte del Espíritu de Dios. Todo les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque sólo los que son espirituales pueden entender lo que el Espíritu quiere decir.
(1 Corintios 2:14)
¡Dios habla hoy! ¡Esto sucede hoy!

VERSÍCULOS DE LA PALABRA DE DIOS QUE NOS HABLAN DE LA VICTORIA SOBRE EL PECADO A TRAVÉS DE LA OBRA DE CRISTO A NUESTRO FAVOR.

VERSÍCULOS DE LA PALABRA DE DIOS QUE NOS HABLAN DE LA VICTORIA SOBRE EL PECADO.                
          SI DIOS ES POR NOSOTROS / NINGUNA CONDENACIÓN

(Romanos 8:31)
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

(Romanos 8:1)
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

(Romanos 8:30)
Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
(Romanos 8:32)
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
(Romanos 8:33)
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

(Romanos 8:38)
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
(Romanos 8:39)
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

(1 Juan 4:9)
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
(1 Juan 4:9)
Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él.
(1 Juan 4:10)
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados. [4]

(1 Juan 4:19)
Nosotros amamos porque él nos amó primero.

(Apocalipsis 3:20)
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

(Romanos 5:1)
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

(Romanos 5:8)
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

(Romanos 5:10)
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
(Romanos 5:10)
Porque si Dios, cuando todavía éramos sus enemigos, nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte de su Hijo, con mayor razón seremos salvados por su vida, ahora que y a estamos reconciliados con él.

(Romanos 5:19)
Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

(Romanos 6:22)
Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

(Salmos 27:10)
Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá.

(Isaías 49:15)
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.

(Hechos 13:38)
Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados,

(Hechos 13:39)
y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
(Hechos 13:38)
Así pues, hermanos, ustedes deben saber que el perdón de los pecados se les anuncia por medio de Jesús. Por medio de él, todos los que creen quedan perdonados de todo aquello para lo que no pudieron alcanzar perdón bajo la ley de Moisés.

(Romanos 3:24)
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
(Romanos 3:25)
a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
(Romanos 3:26)
con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

(Romanos 4:5)
mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
(Romanos 4:6)
Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
(Romanos 4:7)
diciendo:
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,
Y cuyos pecados son cubiertos.
(Romanos 4:8)
Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.

(Romanos 5:1)
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

(Romanos 5:9)
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

(1 Corintios 6:11)
Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

(1 Juan 1:9)
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
(1 Juan 2:1)
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

(Hechos 3:19)
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

(Juan 5:24)
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

(Filipenses 3:13)
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,

(2 Corintios 5:17)
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

(Juan 3:17)
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

(1 Juan 4:9)
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
(1 Juan 4:10)
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

(1 Juan 4:16)
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor. 
Dios anhela que usted comparta ese amor.
El es bueno y solo desea el bien para usted.
Usted debe ser una fuente de amor y bendición.
Jesús no es una religión es una persona.
Debe vivir en usted para haceR las mismas cosas que hacía antes, cuando estaba en la tierra.

(1 Pedro 3:18)
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

(Juan 19:30)
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

(Colosenses 2:13)
Y a vosotros, … os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

(Hechos 3:19)
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

(Isaías 53:11)
Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

(Romanos 4:7)
diciendo:
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,
Y cuyos pecados son cubiertos.

(Hebreos 8:12)
Porque seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
(Hebreos 8:12)
yo les perdonaré sus maldades
y no me acordaré más
de sus pecados.

(Juan 5:24)
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

¡Que hermoso es estar hablando con Dios!

¡Que hermoso es estar hablando con Dios! lo cual podemos hacer en cualquier momento.

En su presencia hay plenitud de gozo y El puede solucionar todos nuestros problemas, sacarnos las angustias, llenarnos de paz y cubrir nuestra soledad.

Y la mayoría de la gente y de los mismos cristianos raramente lo hacen.

¿Cómo no nos damos cuenta de esto?

          Pr Gustavo Isbert

El Corazón Compasivo de Dios: Resurrección Espiritual y Llamado a la Santidad

El Corazón Compasivo de Dios: Resurrección Espiritual y Llamado a la Santidad

El Corazón Compasivo de Dios: Resurrección Espiritual y Llamado a la Santidad

Índice

Lucas 7:11-15 RV1960: Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.

Descubre cómo el corazón de Dios rebosa de compasión al ver la muerte espiritual en sus hijos y cómo nosotros somos llamados a ser instrumentos de su poder para resucitarlos a una vida nueva en santidad.

La Compasión de Dios ante la Muerte Espiritual

Jesús, al llegar a la ciudad de Naín, vio una procesión fúnebre. El joven que había muerto era el único hijo de una viuda. Al ver a la madre en su dolor, Jesús no pudo evitar sentir compasión. En Lucas 7:13, vemos cómo «su corazón rebosó de compasión». Esta misma compasión la siente Dios Padre al ver las caravanas fúnebres espirituales de hoy en día, aquellas almas que están muertas sin conocer a Cristo.

La Experiencia Personal del Dolor y la Compasión

La compasión no es solo un sentimiento pasivo; está profundamente arraigada en nuestras experiencias. Cuando pasé por la partida de mi padre en 2011, comprendí de una manera nueva el dolor de aquellos que atraviesan momentos similares. Mi corazón rebosaba de compasión, no por un simple deseo, sino porque conocía ese dolor. Dios utiliza nuestras experiencias para sensibilizarnos, permitiéndonos ser instrumentos de su amor y poder.

El Llamado de Jesús: Deja que los Muertos Entierren a sus Muertos

En Lucas 9:59-60, Jesús hace un llamado radical: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios». Esta declaración desafía nuestras prioridades, recordándonos que nuestra misión es más grande que nuestras obligaciones terrenales. Jesús nos llama a predicar el Reino de Dios, a enfocarnos en la vida eterna y en la resurrección espiritual de aquellos que están muertos en sus pecados.

La Resurrección Espiritual: El Milagro que Dios Quiere Hacer Hoy

Dios no solo quiere resucitar físicamente, sino espiritualmente. Él desea transformar a los muertos espirituales en hijos vivos, llenos de su Espíritu y comprometidos con su Reino. Esta es una obra que Dios quiere hacer hoy, y nosotros somos los instrumentos a través de los cuales Él lo hará. Pero para ser usados por Dios, debemos primero ser llenos de su Espíritu Santo.

Nuestra Falta de Compasión: Un Obstáculo a Superar

A menudo, reconocemos que no tenemos el mismo interés por ayudar con un milagro o por involucrarnos en la vida de los demás. Nuestra falta de compasión es un obstáculo que debemos superar. Si imaginamos la alegría de esa madre al ver a su hijo resucitado, también podemos imaginar la alegría de Dios Padre al ver a sus hijos espirituales volver a la vida. Dios quiere que participemos en este gozo, pero para ello, debemos ser transformados por su Espíritu.

Llamado a la Santidad: La Transformación Interna que Dios Demanda

Efesios 4:22-24 nos exhorta a deshacernos de nuestra vieja naturaleza, «corrompida por la sensualidad y el engaño», y a vestirnos con «la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo». Esta es una llamada a la santidad práctica, una transformación interna que nos prepara para ser instrumentos eficaces en las manos de Dios.

Conclusión: La Senda a la Santidad y la Felicidad del Padre

Dios nos llama a una vida de santidad, a ser renovados internamente para poder sentir la compasión que Él siente y ser instrumentos de su poder. Al hacerlo, no solo veremos milagros, sino que también pondremos una sonrisa en el rostro de nuestro Padre celestial. Nuestra misión es clara: ser llenos del Espíritu, vivir en santidad y llevar la luz de Cristo a un mundo en tinieblas.

Cómo poner en practica este mensaje: Una llamada a la acción

¿Estás dispuesto a dejar que Dios renueve tu corazón? Permite que el Espíritu Santo trabaje en ti, para que puedas ser parte del milagro de resurrección espiritual que Dios quiere hacer hoy.

Para continuar explorando el camino de la fe y las bases del cristianismo, te invito a leer más sobre 112 lecciones del cristianismo.

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