Caleb pidió conquistar el lugar más difícil y lo logró con la ayuda de Dios.
Caleb le dijo a Josué:
(Josué 14:10)
Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.
(Josué 14:11)
Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.
(Josué 14:12)
Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí,(Los Gigantes) y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.
(Josué 14:13)
Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad.
(Josué 14:14)
Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
Si Dios es por nosotros ¿Quién contra nosotros?
(Santiago 4:7)
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
(Lucas 10:18)
Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
(Lucas 10:19)
He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, (demonios) y sobre toda fuerza del enemigo (el diablo) y nada os dañará.