El Rey (Jesús) les dirá…(en el día del juicio): En cuanto lo hicisteis a uno
de estos mis hermanos más pequeños, A MÍ LO HICISTEIS. S. Mateo 25:40.
¿Cuál es el mayor bien que se puede hacer a alguien?:
Es mostrarle el camino al cielo, decirle como ser salvo para siempre por la obra de Jesucristo a favor de nosotros. Lograr que pase toda la eternidad en el cielo y no en el infierno. Hacerle que conozca a Jesús, su salvación, que tenga la vida eterna. 1 Juan 5:11-13. Explicarle que si se arrepiente, (Marcos 1:15; Hechos 3:19) cree las buenas noticias del evangelio y recibe a Cristo en su corazón (Juan 1:12; Apocalipsis 3:20) va a nacer de nuevo espiritualmente (Juan 3:3,7) y al nacer de nuevo recibirá el Espíritu Santo. También debemos procurar que sea sano completamente, y que reciba el llenamiento del Espíritu Santo, para poder actuar con su poder sobrenatural, para ayudar a otros y para vencer el poder del pecado en su propia vida.
Luego enseñarle a orar oraciones poderosas y a captar la voz de Dios y la guía del Espíritu Santo para su vida. También enseñarle las bases de la vida cristiana y enseñarle a descubrir sus dones o capacidades para servir a Dios y al prójimo en su entorno. “De hacer el bien y de la ayuda mutua no se olviden; porque de tales sacrificios se agrada Dios” Hebreos 13:16.
Dios quiere que mostremos su amor de distintas maneras, según las capacidades y talentos que nos ha dado. Nada le interesa más a Dios que encontremos a sus hijos perdidos, que los hagamos volverse a El, que consolemos a los que sufren y orientemos a los que están confundidos (que no encuentran el camino para el cielo), ni tampoco saben el propósito que Dios tiene para cada uno de ellos. ¡ESE ES NUESTRO LLAMADO! Dios está con nosotros, El nos guía y fortalece en este trabajo, nuestras obras se están escribiendo en el cielo y El nos recompensará eternamente.
Lo más importante para Dios es hallar a los perdidos, rescatar y limpiar a las personas de sus pecados, pues El “vino a buscar y a salvar a lo que se había perdido”. Lucas 19:10. ¡NADA LE IMPORTA MÁS! lo demuestra el hecho que El vino a morir por nosotros en la cruz. Hay recompensas eternas para los que trabajan en ganar almas para su Reino. S. Lucas 14:14.
Debemos trabajar para las cosas que no se ven y son eternas. 2 Corintios 4:18. S. Mateo 6:19-20. ¡HÁGANSE TESOROS EN EL CIELO! Dios demostró un amor inmenso (e incomprensible para nosotros) al dar su vida para salvarnos, al pagar nuestra culpa y nuestra deuda por nuestros pecados en la cruz. 1 Juan 4:9-10; Romanos 8:32. Lo que más le alegra a Dios es cuando alguien es salvo y pasa a ser su hijo y va a estar con El para siempre. S. Lucas 15:7, 10; 23-24,32. Debemos esforzarnos por ganar para el cielo a los perdidos y recuperar a los extraviados. No estamos completos hasta que el cuerpo entero de Cristo esté restaurado en su totalidad.
Aunque amas a tus hijos, sufrirás más por aquél que está enfermo o herido (como sufría el que había perdido una oveja, una moneda de gran valor o como el Padre del hijo pródigo en S. Lucas 15).
Dios también ama a todos sus hijos, pero los heridos, oprimidos o extraviados tienen la mayor parte de su atención y a enviado a cada uno de los verdaderos cristianos a buscarlos, (entonces, si estamos haciendo esta tarea estaremos agradándole a El). Por eso nunca debemos desanimarnos y seguir en esta labor que es la que más le importa y valora Dios.
Debemos buscar a los perdidos y restaurar a los caídos. Nuestra madurez espiritual se determina por nuestra disposición se sacrificar parte de nuestro tiempo, de nuestros propios deseos e intereses, por los intereses de Dios y de su Reino (o el bienestar de otros). Que Dios pueda decir también de cada uno de nosotros: “Este es mi hijo/a amado/a en quién tengo complacencia”.
S. Mateo 3:17.
Decirle a otros cómo pueden tener la vida eterna es lo mejor y lo más importante que puedas hacer por las personas. Debes decidirte a trabajar para lo eterno. Daniel 2:44; 7:14,27; 1 Juan 2:17; Santiago 4:13-15.
Los cristianos tenemos a Jesús en nosotros, somos embajadores del cielo 2 Corintios 5:20 y representamos a su glorioso Rey. Tenemos las buenas nuevas, y compartirlas, es el acto de bondad más grande que podés hacer a cualquier persona. Luego, guiarlos por el camino de Dios y orientarlos a servir a los demás en su entorno, redunda en el mayor beneficio para la comunidad y para la eternidad. Muchas personas no entienden esto, pero tú ¡GANA ALMAS PARA CRISTO! Mira alrededor tuyo, ¡ese es tu campo misionero! Solo tú puedes alcanzar a los que están cerca de ti. ¡Haz de esto el tema central del resto de tu vida! ¡Fuiste creado por Dios para esto! Todo esto tiene un resultado eterno, que afectará el destino de miles de personas,
¡Es el trabajo más importante de todos! Es más importante que cualquier logro, meta, sueño o cualquier cosa que puedas hacer en la tierra.
Las consecuencias de tu trabajo de evangelización y “pastoral” son para siempre. Ninguna otra cosa podrás hacer que sea más importante que esta.
Nada es más importante para Dios que ayudar a las personas a conocer a Jesús, a encontrar el camino al cielo, a ser salvas para siempre, a ayudarlas a que establezcan una relación de amistad con Dios, a conocerle y a motivarlas a trabajar para su Reino.
El mejor uso de la vida es emplearla en algo que sea eterno, en algo que dure para siempre y la verdad es que solo el Reino de Dios perdurará por la eternidad y también, los tesoros que tengas en el cielo por tu “trabajo” para Dios (y el prójimo) que hagas acá en la tierra.
Todo lo demás finalmente desaparecerá.
Ya has pasado parte de tu vida… ¿en qué emplearás los años (o días) que te quedan?: ¡Enfócate en ganar almas para Cristo y en hacer el bien! Dice la palabra de Dios en el libro de Proverbios 11:30 “El que gana almas es sabio”. Dios respalda y se agrada primeramente de los que trabajan en predicar y enseñar, estos serán tenidos de doble honor, 1 Timoteo 5:17 y su recompensa será muy grande en los cielos.
Es tiempo de tomar decisiones para tu vida. ¡Tómalas ahora! habla con Dios en oración y El te dará las fuerzas, ideas y medios para trabajar para lo eterno. Por favor lee en tu Biblia S. Mateo 10:42; 16:26; 2 Juan 1:8; Apocalipsis 22:12.
¿Cómo puedo ser amigo de Dios e ir al cielo con El para siempre?
Dios le ama.
1 Juan 4:9-10; Juan 3:16-17; Romanos 5: 6-10
Dios no se oculta pero…tenemos pecados.
Isaías 9:1-2; Romanos 6:23; Romanos 3:22-24
Debemos arrepentirnos.
Hechos 3:19; 17:30; Marcos 1:15; Lucas 24:47; Hechos 20:21
Estas son las buenas noticias.
1 Pedro 2:24; 3:18; Hebreos 10: 12, 14; 9:25; Isaías 53:5
Debemos recibirle en nuestro corazón.
Juan 1:12; Apocalipsis 3:20
Cristo en nosotros. Un Cristiano es alguien que tiene a Cristo.
Gálatas 2:20; 1 Juan 5:11-13; Colosenses 1:27; 2 Corintios 13:5
Somos salvos, tenemos vida eterna. Cuando partamos de este mundo iremos al cielo con Dios nuestro Padre, para siempre.
Romanos 6:22; 1 Juan 3:1-2; Romanos 5:2; Romanos 8:1; Tito 3:5; Filipenses 3:20-21; Hebreos 12:28.
ORACIÓN: Querido Dios gracias por lo que hiciste para que yo pudiera ser salvo, te pido perdón por todos mis pecados, creo que Jesús murió en mi lugar en la cruz llevando mi culpa y te recibo ahora en mi corazón como mi Salvador, mi Señor y mi Rey. Amén.