El Corazón Compasivo de Dios: Resurrección Espiritual y Llamado a la Santidad

Índice

Lucas 7:11-15 RV1960: Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.

Descubre cómo el corazón de Dios rebosa de compasión al ver la muerte espiritual en sus hijos y cómo nosotros somos llamados a ser instrumentos de su poder para resucitarlos a una vida nueva en santidad.

La Compasión de Dios ante la Muerte Espiritual

Jesús, al llegar a la ciudad de Naín, vio una procesión fúnebre. El joven que había muerto era el único hijo de una viuda. Al ver a la madre en su dolor, Jesús no pudo evitar sentir compasión. En Lucas 7:13, vemos cómo «su corazón rebosó de compasión». Esta misma compasión la siente Dios Padre al ver las caravanas fúnebres espirituales de hoy en día, aquellas almas que están muertas sin conocer a Cristo.

La Experiencia Personal del Dolor y la Compasión

La compasión no es solo un sentimiento pasivo; está profundamente arraigada en nuestras experiencias. Cuando pasé por la partida de mi padre en 2011, comprendí de una manera nueva el dolor de aquellos que atraviesan momentos similares. Mi corazón rebosaba de compasión, no por un simple deseo, sino porque conocía ese dolor. Dios utiliza nuestras experiencias para sensibilizarnos, permitiéndonos ser instrumentos de su amor y poder.

El Llamado de Jesús: Deja que los Muertos Entierren a sus Muertos

En Lucas 9:59-60, Jesús hace un llamado radical: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios». Esta declaración desafía nuestras prioridades, recordándonos que nuestra misión es más grande que nuestras obligaciones terrenales. Jesús nos llama a predicar el Reino de Dios, a enfocarnos en la vida eterna y en la resurrección espiritual de aquellos que están muertos en sus pecados.

La Resurrección Espiritual: El Milagro que Dios Quiere Hacer Hoy

Dios no solo quiere resucitar físicamente, sino espiritualmente. Él desea transformar a los muertos espirituales en hijos vivos, llenos de su Espíritu y comprometidos con su Reino. Esta es una obra que Dios quiere hacer hoy, y nosotros somos los instrumentos a través de los cuales Él lo hará. Pero para ser usados por Dios, debemos primero ser llenos de su Espíritu Santo.

Nuestra Falta de Compasión: Un Obstáculo a Superar

A menudo, reconocemos que no tenemos el mismo interés por ayudar con un milagro o por involucrarnos en la vida de los demás. Nuestra falta de compasión es un obstáculo que debemos superar. Si imaginamos la alegría de esa madre al ver a su hijo resucitado, también podemos imaginar la alegría de Dios Padre al ver a sus hijos espirituales volver a la vida. Dios quiere que participemos en este gozo, pero para ello, debemos ser transformados por su Espíritu.

Llamado a la Santidad: La Transformación Interna que Dios Demanda

Efesios 4:22-24 nos exhorta a deshacernos de nuestra vieja naturaleza, «corrompida por la sensualidad y el engaño», y a vestirnos con «la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo». Esta es una llamada a la santidad práctica, una transformación interna que nos prepara para ser instrumentos eficaces en las manos de Dios.

Conclusión: La Senda a la Santidad y la Felicidad del Padre

Dios nos llama a una vida de santidad, a ser renovados internamente para poder sentir la compasión que Él siente y ser instrumentos de su poder. Al hacerlo, no solo veremos milagros, sino que también pondremos una sonrisa en el rostro de nuestro Padre celestial. Nuestra misión es clara: ser llenos del Espíritu, vivir en santidad y llevar la luz de Cristo a un mundo en tinieblas.

Cómo poner en practica este mensaje: Una llamada a la acción

¿Estás dispuesto a dejar que Dios renueve tu corazón? Permite que el Espíritu Santo trabaje en ti, para que puedas ser parte del milagro de resurrección espiritual que Dios quiere hacer hoy.

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