FOLLETO EVANGELÍSTICO.
CÓMO PRESENTAR EL EVANGELIO
Lo que sigue es sólo una orientación fundamental para ayudarte a testificar a tus familiares y amigos, considerando que todavía no tienes mucho conocimiento de la Palabra de Dios, pero sí mucho deseo de dar a conocer a Cristo a ellos. Posteriormente podrás llevar un estudio de discipulado práctico para la evangelización, donde recibirás una capacitación mayor para ser un ganador de almas, a la vez que podrás luego enseñar a otros para que hagan lo mismo.
A. CONSIDERACIONES PREVIAS
a. Recuerda que tu responsabilidad es sólo presentar el mensaje de salvación de la mejor manera posible. No es tu tarea o responsabilidad convertir a la gente. La salvación de una persona es algo sobrenatural, que requiere del poder sobrenatural de Dios (Zacarías 4:6), y no depende de la elocuencia o la capacidad humanas.
b. Aunque vas a aprender algunos principios y pautas para testificar, y aunque debes hablar del Señor en toda oportunidad que se te presente, también debes DEPENDER DE LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO para determinar la persona, el momento apropiado y las palabras apropiadas para que tu testimonio tenga la mayor efectividad.
c. ORA de manera definida por la obra del Espíritu Santo sobre la persona antes, durante y después de testificarle.
d. HAZLO CON AMOR Y PACIENCIA.
e. ¡NUNCA DISCUTAS! Las discusiones nunca ayudan a ganar a las personas sino a alejarlas de Cristo. Podrás ganar la discusión, pero habrás perdido un alma.
f. NO TE DESANIMES si algunos no aceptan tu testimonio, o no se convierten. Otros lo harán. Sigue orando e insiste. No te están rechazando a ti, sino a Cristo. Recuerda la oración de Jesús en favor de los que le crucificaban: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».
B. CÓMO COMENZAR (Haz una lista de personas de tu radio de influencia para orar por ellas.
a. INTERÉSATE POR LA VIDA DE LA PERSONA a quien testificas. Quizá tengas que comenzar hablando de temas generales o seculares.
b. INTRODUCE GRADUALMENTE EL TEMA ESPIRITUAL, de una manera natural y no forzada. Si notas que la persona no quiere entrar en el terna, no insistas. Ora que Dios te dé otra oportunidad.
c. DA TU TESTIMONIO PERSONAL en forma breve, recalcando los aspectos positivos, y dando siempre el primer lugar al Señor.
C. LAS DOS PREGUNTAS DE DIAGNÓSTICO
Si no conoces a la persona, estas dos preguntas te ayudarán a descubrir con mucha probabilidad su verdadera condición espiritual. Si la conoces y sabes que no ha nacido de nuevo, te pueden ayudar a entrar en el tema. Puedes variar las palabras, pero manteniendo la idea principal.
a. Si murieras hoy, ¿estás seguro (o segura) de que irías al cielo? Si responde que no está seguro o segura, puedes contarle cómo tú tampoco lo estabas, hasta que descubriste por la Biblia que sí era posible estar seguro. Si te responde que sí está seguro, no lo contradigas. Entonces añade la siguiente pregunta
b. Supongamos que mueres esta noche y tienes que presentarte ante Dios. Si Él te preguntara: «¿Por qué debo permitirte entrar al cielo?», ¿qué le responderías? Si da cualquier otra razón que no sea la fe en la obra de Cristo en la cruz, sabes que probablemente no ha nacido de nuevo. Es muy común que estén confiando en sus buenas obras, o en que no hacen daño a nadie.
Sin necesidad de decirle que está equivocado, y reconociendo lo importante que es todo esto, puedes comenzar a presentarle el plan de salvación, con todo el entusiasmo que el Espíritu Santo ponga en tu corazón.
D. UN BOSQUEJO DEL EVANGELIO
Aprende de memoria este bosquejo, pero considéralo siempre sólo como una ayuda. Mantente flexible para variarlo según te dirija el Espíritu Santo, y de acuerdo con el desarrollo del diálogo y a las reacciones de la persona.
Regálale una fotocopia del bosquejo al final de la charla, (a la persona que le estas testificando el evangelio haya hecho o no su decisión por Cristo.
De preferencia usa la Biblia, haciendo que la persona lea los versículos por ella misma. Trata de añadir otros versículos similares de tu propia «cosecha», los que harán tu testimonio más auténtico, personal y variado.
EL BOSQUEJO
a. Dios ama al ser humano
Juan 3:16: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna».
b. Pero el hombre es pecador
Romanos 3:23: «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios».
c. Y el pecado tiene un castigo
Romanos 6:23: «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro».
d. Pero Cristo sufrió nuestro castigo
Romanos 5:8: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros».
e. Por eso nuestra salvación es gratuita
Efesios 2:8-9: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe».
f. Debemos recibir a Cristo como nuestro Salvador Juan L 12: «Mas a todos los que le recibieron (a Cristo), a los que creen en su nombre, les dio potestad de hacerse hijos de Dios.»
g. Y reconocerlo como el Señor de nuestra vida Romanos 10:9: «Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo».
E. GUIÁNDOLO A LA DECISIÓN
Este es el momento culminante de la presentación del Evangelio. Debe hacerse en oración, pidiendo que el Espíritu Santo obre en el corazón de la persona. Las preguntas que siguen son sólo modelos o ejemplos.
a. La pregunta calificadora
· ¿Has entendido bien lo que Cristo ha hecho por ti?»
· ¿Te das cuenta de que Cristo quiere entrar en tu vida como tu
Salvador y Señor; perdonar todos tus pecados y darte vida eterna? Si la respuesta es afirmativa, prosigue a
b. La pregunta de decisión
· «¿Quieres confiar solamente en Cristo para el perdón de tus pecados y para tu salvación?»
· «¿Estás dispuesto a arrepentirte de tus pecados y seguir a Cristo?»
· «¿Quieres recibir a Cristo como tu Salvador y como el Señor de tu vida?»
Si la respuesta es afirmativa, pídele que repita contigo
c. La oración de decisión, con palabras como éstas
«Señor Jesús, reconozco que soy un pecador (pecadora), y que necesito tu perdón. Me arrepiento de mis pecados. Creo que pagaste por ellos al morir en mi lugar, pero que luego resucitaste y que vives para siempre. Te invito a entrar en mi vida como mi Salvador personal. Te reconozco como el Señor de mi vida. Recibo la vida eterna que me ofreces. Gracias, Señor.»
Termina orando por la persona.
Dale confianza y reafirma la seguridad del perdón de sus pecados y de la vida eterna, dando gracias y la gloria a Dios!
Memoriza los siguientes versículos
«Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»
Mateo 28:18-20
«Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.»
1 Pedro 2:9