Quiero que formes un ejército para mí.
Como Josué, como Alejandro Magno, como Pablo, pero en definitiva quiero que sean como yo y que hagan mayores obras, porque es necesario por el tiempo en que vivimos.
(1 Crónicas 12:22) Esto se cumplirá contigo.
Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como ejército de Dios.

La valentía viene de saber que Dios está a tu lado y estás en su voluntad y en su tiempo.

(Josué 1:2) Este es tu momento, como lo fue para Josué.
Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
(Josué 1:3) Ya lo decretó.
Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.
(Josué 1:4)
Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.

Este momento de salvar almas es más importante que lo de Moisés y Josué y que las conquistas de David. Ellos eran diferentes a cualquier general común, ellos iban respaldados por Dios y en su plan (eran invencibles). Nosotros estamos bajo la gran comisión y en el tiempo del fin que habla Joel y Mateo 24:14 esto es más importante que aquello. También Dios levantará un ejército de niños.
Alejandro Magno se cansó de sufrir bajo los Persas y los atacó con 50000 contra millones y los fue derrotando basado en una frase de su madre: “Hijo eres invencible”. Cuando ganó su primera batalla le mandó un mensaje al rey Persa que decía “me menospreciaste”.
(Josué 1:5) Nosotros tenemos esta promesa de Dios.
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
(Josué 1:6)
Esfuérzate y sé valiente; porque repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
(Josué 1:7)
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
(Josué 1:8)
Nunca se apartará de tu boca (confesalo, declaralo, hablalo) este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
(Josué 1:9)
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
(Isaías 50:7) Debemos tener esta actitud.
Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.
(Isaías 50:8)
Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos.
(Isaías 50:4)
Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado.
(Isaías 50:5)
Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.

(Josué 2:24)
Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros.

(Josué 2:9) Rahab dijo: Y Así sucede cuando invade Jesús con su Reino a través de nosotros, cuando oramos, ayunamos, predicamos, conquistamos etc.
Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros.
(Josué 2:10)
Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.

(Josué 2:11)
Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
(Josué 3:5) Hacer esto para un pronto “mañana”.
Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.
(Josué 3:7) Es Dios el que levanta o baja a las personas.
Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo.
(Josué 5:13) Actitud de Josué.
Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?
(Josué 5:14) Jesús es el general y debemos seguir sus instrucciones.
El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró (porque era Jesús); y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? (Siempre hay que moverse bajo las instrucciones de Dios).
(Josué 6:1)
Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía.
(Josué 6:2)
Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.
(Josué 6:16)
Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad.
(Josué 6:20)
Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron.
(Josué 10:8)
Y Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti.
(Josué 10:12)
Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas:
Sol, detente en Gabaón;
Y tú, luna, en el valle de Ajalón.
(Josué 10:13)
Y el sol se detuvo y la luna se paró,
Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos.
¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero
(Josué 10:14)
Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel.
(Mateo 24:14) 1. Este es el tiempo de la conquista final.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
(Hechos 2:16) 2. Este es el tiempo de milagros, de derramamiento del Espíritu Santo y de salvación. en los postreros días.
Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
(Hechos 2:17)
Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
(Hechos 2:18)
Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
(Hechos 2:19)
Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
(Hechos 2:20)
El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
(Hechos 2:21)
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

(Josué 14:6) Debemos tener la actitud de Caleb.
Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.
(Josué 14:7)
Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón.
(Josué 14:8)
Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios.
(Josué 14:9)
Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios.
(Josué 14:10)
Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.
(Josué 14:11) Señor te pido eso para tus siervos.
Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.
(Josué 14:12)
Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos (los gigantes) están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.
(Josué 14:13)
Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad.
(Josué 14:14)
Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
(1 Samuel 14:52) Debemos hacer eso.
Y hubo guerra encarnizada contra los filisteos todo el tiempo de Saúl; y a todo el que Saúl veía que era hombre esforzado y apto para combatir, lo juntaba consigo.
También deben ser personas buenas:
(Hechos 11:22)
Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.
(Hechos 11:23)
Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
(Hechos 11:24)
Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor.

(1 Crónicas 12:22) Otros vendrán a ayudar.
Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como ejército de Dios.

(2 Samuel 8:6)
Puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, sujetos a tributo. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.

(2 Samuel 8:14)
Y puso guarnición en Edom; por todo Edom puso guarnición, y todos los edomitas fueron siervos de David. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.

(1 Crónicas 18:6)
Y puso David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, trayéndole presentes; porque Jehová daba la victoria a David dondequiera que iba.

(Jueces 6:12) GEDEON:
Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
(Jueces 6:12)
Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
(Jueces 6:14)
Y mirándole Jehová, le dijo: Vé con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
(Jueces 6:15)
Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.
(Jueces 6:16)
Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
(Isaías 42:13)
Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos.
Leer Libro: Llamado a ser un líder de Dios. Blackaby paginas 10 y 11.
Debemos ser una generación de cristianos esforzados y valientes.
(Daniel 11:32)
…mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.
(Daniel 11:33)
Y los sabios del pueblo instruirán a muchos;

(1 Samuel 25:28) David y Abigail:
Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días. (Estamos en los “negocios de mi Padre”).
(1 Samuel 25:29) Será con nosotros de la misma manera que Abigail dijo a David.
Aunque alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo, la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven delante de Jehová tu Dios, y él arrojará la vida de tus enemigos como de en medio de la palma de una honda.
(1 Samuel 25:30)
Y acontecerá que cuando Jehová haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te establezca por príncipe sobre Israel,
(2 Crónicas 32:8) Así dijo el rey Ezequías de sus enemigos.
Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.
(Génesis 39:2) Si hacemos lo correcto seremos como José.
Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.
(Génesis 39:3)
Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.
(Génesis 39:5)
Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
(Génesis 39:21) La diferencia la marca Dios con nosotros.
Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.
(Génesis 39:23)
No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

(Juan 8:29) Jesús decía.
Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
(Josué 10:24) Josué humilló a sus enemigos.
Y cuando los hubieron llevado a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de la gente de guerra que habían venido con él: Acercaos, y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
(Josué 10:25)
Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará Jehová a todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis.

(Josué 11:6)
Mas Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré a todos ellos muertos delante de Israel; desjarretarás sus caballos, y sus carros quemarás a fuego.
(Josué 11:15) Así se debe hacer.
De la manera que Jehová lo había mandado a Moisés su siervo, así Moisés lo mandó a Josué; y así Josué lo hizo, sin quitar palabra de todo lo que Jehová había mandado a Moisés.
(Josué 21:44)
Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos.
(Josué 21:45)
No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió.

(Josué 23:10)
Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo.
(Éxodo 4:21) Dios ordena que haga milagros.
Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano…

(Hechos 20:24) Pablo era así, pero yo quiero que lo superen, su meta es ser como yo: Jesús. Así deben ser en su entorno.
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
(Filipenses 3:13)
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
(Filipenses 3:14)
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
(2 Corintios 12:15)
Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas…
(Hechos 19:19) Los poderes de las tinieblas son derrotados.
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.
(Hechos 14:19) A pesar de que lo apedreaban se levanto y animó a muchos.
Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
(Hechos 14:20)
Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe.
(Hechos 14:21)
Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
(Hechos 14:22)
confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe…

(Hechos 14:3) Así debe predicarse el evangelio.
Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.
(Hechos 13:10) Enfrenta y combate y humilla a los demonios y al diablo.
dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
(Hechos 13:11) Enfrentamiento de poderes. Dios es más fuerte
Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.
(Hechos 16:18) Otro enfrentamiento de poderes.
Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
(Marcos 16:20) El Señor siempre está al lado nuestro.
Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.
(Hebreos 12:22) Millares de ángeles nos rodean.
sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,

(Mateo 26:53) Podemos hacer eso y pedir más todavía.
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?
(Apocalipsis 18:1) Estos trabajan para y junto con nosotros.
Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria.

(Apocalipsis 20:1) Un solo ángel ata al diablo cuando Dios se lo manda.
Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
(Apocalipsis 20:2)
Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;
(1 Reyes 22:19) Debemos formar un ejército de verdaderos creyentes, el del cielo ya está disponible y dispuesto.
Entonces él dijo: El profeta Micaías dice a los reyes Acab y Josafat: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda.
(2 Samuel 10:7)
Cuando David oyó esto, envió a Joab con todo el ejército de los valientes.
(1 Crónicas 12:22)
Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como ejército de Dios.
(Éxodo 32:26)
se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.
(1 Samuel 17:4) DAVID SABÍA DE QUE EL DIOS INVISIBLE Y TODOPODEROSO ESTABA CON EL.
Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo.
(1 Samuel 17:5)
Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce.
(1 Samuel 17:6)
Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros.
(1 Samuel 17:7)
El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.
(1 Samuel 17:8)
Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí.
(1 Samuel 17:9)
Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis.
(1 Samuel 17:10)
Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.
(1 Samuel 17:11)
Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.
(1 Samuel 17:26)
Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?
(1 Samuel 17:40)
Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.
(1 Samuel 17:41)
Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él.
(1 Samuel 17:42)
Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer.
(1 Samuel 17:43)
Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.
(1 Samuel 17:44)
Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.
(1 Samuel 17:45)
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.
(1 Samuel 17:46)
Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.
(1 Samuel 17:47)
Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
(1 Samuel 17:48)
Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.
(1 Samuel 17:49)
Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.
(1 Samuel 17:50)
Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.
(1 Samuel 17:51)
Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.
(Efesios 4:13)
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
(1 Juan 3:2) Hoy somos como Jesús, ya que El vive en nosotros y luego en la eternidad seremos iguales a El.
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
(Lucas 6:40) Vamos para eso, para ser así.
El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro.
(Juan 14:12) Por eso:
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
(Juan 16:24) ESTE ES EL TIEMPO DE HACER GRANDES ORACIONES (ORACIONES PODEROSAS).
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
(Éxodo 3:16) Dios nos está visitando, el cielo esta bajando a la tierra.
Vé, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;
(Éxodo 4:31)
Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.
(Lucas 1:68)
Bendito el Señor Dios de Israel,
Que ha visitado y redimido a su pueblo,
(Lucas 7:16)
Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.
(Lucas 19:44) Debemos conocer el tiempo de nuestra visitación.
y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
(1 Pedro 2:12) Dios visita a la gente a través nuestro.
manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.

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