Jesucristo:

Si quieres conocer a Dios mira a Jesucristo, El es Dios hecho hombre y nos vino a revelar a Dios. Dios es amor, y todo lo que hacía Jesús, sanar, salvar, ayudar, animar, amarnos hasta morir en nuestro lugar son expresiones del carácter de Dios.

(Juan 14:7)

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.

(Juan 14:8)

Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

(Juan 14:9)

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;

(Juan 10:30)

Yo y el Padre uno somos.

(Juan 1:18)

Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único (Jesús), que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado a conocer.

(Lucas 4:22) Sus palabras, era palabras de amor y siempre de aliento, misericordia y compasión.

Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca.

(Lucas 4:22)

Todos hablaban bien de Jesús y estaban admirados de las cosas tan bellas que decía.

(Lucas 4:36)

Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?

(Juan 7:46) Los alguaciles (que no eran religiosos) se asombraron de sus palabras y no se atrevieron a arrestarle.

Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!

(Juan 9:33) Un hombre que Jesús sanó de su ceguera dijo:

Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.

(Juan 3:2) Nicodemo que era un hombre importante entre los religiosos…

… vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

(Marcos 4:41) Jesús daba órdenes a los vientos y al mar y le obedecían. Hoy es igual.

Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?

(Juan 10:21) El demonio no puede ni podrá hacer esos milagros.

Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?

(Mateo 21:20) Jesús ordenó a una higuera que se secara y así fue.

Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?

El mandaba a los muertos que resuciten (la hija de Jairo, Lázaro, el hijo de la viuda)

(Lucas 2:33) Hasta sus padres se asombraban de las profecías que se decían de Jesús.

Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.

(Lucas 2:47) Los líderes religiosos se asombraban de lo que sabía a los 12 años.

Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.

(Colosenses 1:15) ¿Quien es Jesús? La escritura misma lo responde:

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

(Colosenses 1:16)

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

(Hebreos 1:1-3)

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

(Juan 14:6) El es el único camino que nos puede llevar al cielo.

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

(2 Corintios 5:17) Miles y miles de personas a lo largo de la historia fueron transformados por El y yo soy uno de ellos.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

(Juan 1:1) El siempre existió y siempre existirá porque es eterno.

En el principio la Palabra (Jesús) ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. (Jesús es Dios).

(Juan 1:2)

El que es la Palabra existía en el principio con Dios.

(Juan 1:3)

Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él.

(Juan 1:9)

Aquel que es la luz verdadera, quien da luz a todos, venía al mundo. (Jesús).

(Juan 1:10)

Vino al mismo mundo que él había creado, (Jesús) pero el mundo no lo reconoció.

(Juan 1:12)

Pero, a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.

(Juan 1:13)

Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.

(Juan 1:14)

Entonces la Palabra (Jesús) se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de fidelidad y amor inagotable. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.

(Juan 1:16)

De su abundancia, todos hemos recibido una bendición inmerecida tras otra.

(1 Juan 4:9)

Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él.

(Juan 3:3) Nacemos de nuevo del Espíritu Santo al recibir a Cristo en nuestro corazón.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

(Juan 3:7)

No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

(1 Juan 4:10)

En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.

(1 Pedro 1:3)

Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación

(1 Pedro 1:4)

y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse.

(1 Pedro 1:4) RV 60

para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,

(1 Pedro 1:5)

Por la fe que tienen, Dios los protege con su poder hasta que reciban esta salvación, la cual está lista para ser revelada en el día final, a fin de que todos la vean.

(1 Pedro 1:6)

Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa.

(1 Pedro 1:8)

Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible.

(1 Pedro 1:9)

obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

(1 Pedro 1:18)

Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. Y el rescate que él pagó no consistió simplemente en oro o plata

(1 Pedro 1:19)

sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha.

(1 Pedro 1:20)

Dios lo eligió como el rescate por ustedes mucho antes de que comenzara el mundo, pero ahora él se lo ha revelado a ustedes en estos últimos días.

(1 Pedro 1:21)

Por medio de Cristo, han llegado a confiar en Dios. Y han puesto su fe y su esperanza en Dios, porque él levantó a Cristo de los muertos y le dio una gloria inmensa.

(1 Pedro 1:22)

Al obedecer la verdad, ustedes quedaron limpios de sus pecados, por eso ahora tienen que amarse unos a otros como hermanos, con amor sincero. Ámense profundamente de todo corazón.

(1 Pedro 1:23)

Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios.

(Santiago 5:11)

Job, un hombre de gran perseverancia. Pueden ver cómo al final el Señor fue bueno con él, porque el Señor está lleno de ternura y misericordia.

(Apocalipsis 19:16) Esto dice Jesús.

En la túnica, a la altura del muslo, estaba escrito el título: «Rey de reyes y Señor de señores»

(Apocalipsis 11:15)

El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.

(Apocalipsis 22:1)

Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.

(Apocalipsis 22:3)

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

(Apocalipsis 22:9)

Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

(Mateo 4:10)

Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

(Juan 10:30)

Yo y el Padre uno somos.

JESÚS RESUCITÓ:

(Hechos 1:1)

En mi primer libro, excelentísimo Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús había hecho y enseñado desde el principio

(Hechos 1:2)

y hasta el día en que subió al cielo. Antes de irse, por medio del Espíritu Santo dio instrucciones a los apóstoles que había escogido respecto a lo que debían hacer.

(Hechos 1:3)

Y después de muerto se les presentó en persona, dándoles así claras pruebas de que estaba vivo. Durante cuarenta días se dejó ver de ellos y les estuvo hablando del reino de Dios.

(Romanos 14:9)

Para eso murió Cristo y volvió a la vida: para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.

(1 Tesalonicenses 4:14)

Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también creemos que Dios va a resucitar con Jesús a los que murieron creyendo en él.

(Lucas 1:1)

Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas,

(Hechos 2:32)

A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

(Hechos 4:10) Sigue vivo en nosotros y sigue haciendo las cosas que hacía cuando tenía un cuerpo humano y mayores aún.

Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.

(Hechos 10:41) Se mostró vivo.

no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.

(Hechos 13:31)

Y él se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.

(1 Corintios 13:12)

Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

(1 Juan 3:2)

Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

(2 Pedro 3:13)

Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.

(Filipenses 3:21)

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

(1 Tesalonicenses 5:9)

Pues Dios escogió salvarnos por medio de nuestro Señor Jesucristo y no derramar su enojo sobre nosotros.

(1 Tesalonicenses 5:10)

quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

(1 Tesalonicenses 5:10)

Cristo murió por nosotros para que —estemos vivos o muertos cuando regrese —podamos vivir con él para siempre.

(1 Tesalonicenses 2:12)

y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su Reino y gloria.

(1 Tesalonicenses 2:12)

Les rogamos, los alentamos y les aconsejamos que lleven una vida que Dios considere digna. Pues él los llamó para que tengan parte en su Reino y gloria.

(Hebreos 12:28)

Ya que estamos recibiendo un Reino inconmovible, seamos agradecidos y agrademos a Dios adorándolo con santo temor y reverencia,

(Hebreos 13:5)

Estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho: Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré.

(Hebreos 13:6)

Así que podemos decir con toda confianza: El SEÑOR es quien me ayuda, por eso no tendré miedo.

(Hebreos 13:8)

Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

¡El vive en cada verdadero cristiano!

Después de leer estas sagradas escrituras podemos llegar a varias conclusiones:

Jesucristo es el que más ha hecho bien a la humanidad ya que por El las personas son transformadas y es el único camino para pasar toda la eternidad con Dios en el paraíso.

Su personalidad y santidad fueron únicas.

Dividió la historia en antes y después de El y la fecha en que vivimos se establece desde su nacimiento.

Los profetas hablaron más de 300 profecías de su venida nacimiento muerte y resurrección.

Jesús no fue solo un gran hombre era Dios encarnado. Dios con nosotros. Emanuel

Mateo 1:23.

Su mensaje produce un gran cambio en la gente.

Al observar el impacto y el cambio que El produce en las personas podemos comprender en parte su grandeza.

Es el único que puede hacer milagros hoy.

El es el que Dios usó para crear todas las cosas y librarnos de nuestros pecados.

El cristianismo no es una filosofía, ni un conjunto de reglas a observar es una relación personal con una persona que es Dios y estuvo en la tierra, murió y resucitó para salvarnos.

Hoy podemos relacionarnos con El y hablar con El como un gran amigo todopoderoso.

Pero somos más que eso somos sus hermanos y co-herederos, somos hijos de Dios.

Ninguna otra religión tiene un Dios que ha resucitado, sus fundadores TODOS murieron.

Conocer a Jesús es amarlo.

Cuando usted conoce a Jesús y le entrega su vida a El su vida es hecha nueva totalmente, El le perdona todos sus pecados y viene a vivir en usted por lo cual usted puede vencer el poder del pecado que lo llevaba a pecar continuamente.

Se puede conocer a Jesús como a un familiar, como a un amigo El es real, vive y usted puede dialogar con El. Esto es lo que produce más satisfacción para su alma: la amistad con Jesús.

Sus seguidores no tratan de cumplir mandamientos o un código moral establecido por un fundador muerto sino tenemos un salvador y Dios vivo.

Jesús es la respuesta a cada pregunta, a cada angustia a cada soledad que puedas tener.

Solo Jesús satisface cada necesidad de tu corazón.

Solo Jesús puede darle un propósito para vivir, solo en Jesús se encuentra la razón por la cual fuimos creados y estamos en esta tierra.

El y solo El puede darle un destino eterno y llevarlo al cielo para siempre donde mirará a dios cara a cara.

Hemos sido creados para tener amistad con El para siempre. (1 Corintios 1:9)

Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

Jesús es el amor encarnado porque Dios es amor y El es Dios. 1 Juan 4:8, 16.

NUNCA NADIE LE AMARÁ COMO JESÚS LE AMA.

El es perfecto en amor, perfecto en compasión, perfecto en amistad, el nos llama amigos y hermanos.

Busque conocer más y más a Jesús, dedique mucho de su tiempo hablando con El como cuando habla con la persona que mas le ama y comprende; cuéntele todo y consúltele todo, camine con El y consagre su vida a El.

Consagrar significa: “Separado para el uso de Dios”.

Usted puede caminar con El todo el resto de su vida y por la eternidad y además recibirá plena realización, contestará sus oraciones y será su gran ayuda en tiempos de necesidad, ya que El es el Dios todopoderoso.

(Apocalipsis 1:8) Jesús dijo:

Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

(Apocalipsis 11:17) En el cielo se dice:

Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.

(Apocalipsis 15:3) En el cielo cantan:

Y cantan el cántico…. del Cordero (Jesús) diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.

¿Quién es Jesús para usted? La respuesta a esta pregunta va a afectar su vida en la tierra y por toda la eternidad.

¿Quiere vivir, conocer y experimentar lo que acabamos de decir sobre Jesús?

Le rogamos que haga esta oración de con todo su corazón:

Querido Jesús es mi deseo conocerte realmente, quiero que te reveles a mi vida, te doy gracias por lo que hiciste por mí en la cruz llevando mi culpa por mis pecados, en este momento me arrepiento de cada uno de ellos y te recibo en mi corazón como mi Salvador, Señor y Rey. Muchas gracias por perdonarme, limpiarme, darme tu Espíritu Santo y hacerme un hijo tuyo para siempre.

Te pido que ahora me ayudes a aprender tu palabra y a ponerla por obra. Me comprometo a orar, aprender las bases del cristianismo y concurrir a la Iglesia que me guíes. Muchas gracias mi Jesús. Amén.

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