Al final del escrito usted podrá leer los versículos citados.

Debemos presentarle a las personas a Cristo, tal como El es, Hebreos 1:3; Juan 1:18, e invitarlos a que lo reciban en ellos (en sus vidas) para que Jesús entre (literalmente en ellos) y viva su vida en ellos.
Juan 1:12; Apocalipsis 3:20.
Fuimos creados para ser habitados por nuestro creador.
«Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo» 1 Corintios 6:19.
Somos templos del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos. 2 Corintios 6:16
Sus hijos podemos decir. ¡Cristo vive en mí! Gálatas 2:20.
Predicar que Cristo es nuestra vida (y la vida eterna), y predicar el Reino de Dios, produce unidad fuera de cualquier religión. (Colosenses 1:27; 3:11, 4)
Lo que nos une es que Cristo vive en nosotros y que estamos y pertenecemos al Reino de los cielos. Luego cada persona puede pertenecer a una religión cristiana diferente o a ninguna. El asunto es tener a Cristo y la vida eterna, Cristo tiene la vida en si mismo Juan 5:26 y el que lo tiene, tiene la vida eterna. 1 Juan 5:11-13; Colosenses 3:4; Juan 14:6; Lucas 9:2; 1 Juan 1:1-3; Colosenses 1:13.
Cristo mismo es la vida eterna de ustedes. La vida eterna es una persona: JESÚS.
Jesús entonces puede vivir su vida en nosotros y hacer más obras y milagros a través de cada uno de sus hijos de lo que hizo cuando estaba aquí en la tierra. Juan 14:12
Además El puede consolar, amar, animar, hacer buenas obras etc. A través nuestro, cuando le dejamos expresarse; para eso debemos estar totalmente disponibles para El y ser guiados por su Espíritu Santo.
Aún tu compasión y las buenas obras deben ser guiadas por el Espíritu Santo: si El nos manda a poner dos ladrillos en su casa, no debemos poner ni tres ni uno, sino dos, como El nos dijo.
Jesús hacía solo lo que veía hacer al Padre y así nosotros hoy debemos hacer lo que «vemos» hacer a Jesús cuando el nos guía. Juan 5:30; 5:20; 14:10.
«Somos las ropas de Jesús y los guantes en sus manos»
Hebreos 13:21; Filipenses 2:13.
Estamos ahora con El y en El y El (Jesús) vive en nosotros. YA estamos en su Reino, ya participaremos de su gloria y recibiremos las recompensas conforme a nuestra labor. También reinaremos con El, que es nuestro hermano: El príncipe de paz y el Rey de reyes y Señor de señores.
Daniel 7:18; Apocalipsis 11:15; 1 Corintios 3:8; Juan 14:20; Efesios 2:6; Apocalipsis 20:6; 22:5; Romanos 8:9-11; Juan 20:17; Isaías 9:6; Apocalipsis 17:14.

¡Que Cristo viva en nosotros y ser cristiano es algo maravilloso!

Gustavo Isbert

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