Misterios del Reino de Dios:

(Mateo 13:11) Dios a los que le aman y le siguen les revela misterios.

El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del Reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.

(Apocalipsis 7:16) Esto que se escribe a continuación se refiere al cielo al paraíso de Dios y los verdaderos hombres y mujeres y los niños disfrutarán de esto eternamente.

Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno;

(Apocalipsis 7:17)

porque EL CORDERO QUE ESTÁ EN MEDIO DEL TRONO los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

Quien es el cordero: es Jesús. Jesús es Dios y es uno con El Padre y el Espíritu Santo. 1 Juan 5:7; San Juan 17:21; 10:30.

(Juan 1:29)

El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan el Bautista se refería a Jesús.

(Apocalipsis 22:1)

Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del TRONO DE DIOS Y DEL CORDERO. (Son uno y están en el trono).

Aquí se revela parte del cielo y de La Jerusalén celestial:

(Apocalipsis 22:2) En el cielo solo Dios Padre y Jesús son adorados con la guía del Espíritu Santo, este glorifica a Cristo (y al Padre).

En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

(Apocalipsis 22:3)

Y no habrá más maldición; y EL TRONO DE DIOS Y DEL CORDERO estará en ella, y sus siervos le servirán,

(Apocalipsis 22:4)

y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.

(Apocalipsis 22:5)

No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

¿Quiénes? Todos los que somos de Dios.

(Lucas 22:28) ¡Reinaremos con Jesús y estaremos en tronos!

Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.

(Lucas 22:29)

Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,

(Lucas 22:30)

para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y OS SENTÉIS EN TRONOS juzgando a las doce tribus de Israel.

(Apocalipsis 4:4)

Y ALREDEDOR DEL TRONO HABÍA VEINTICUATRO TRONOS; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.

Los Ancianos son personas de Dios. El numero 12 es el numero que habla de algo completo. Los 24 Ancianos habla de 12 de entre los Judíos y 12 entre los Gentiles (los no Judíos salvos) o sea “el total de los vencedores” los que hayan servido a Dios fielmente en su vida aquí en la tierra.

(Apocalipsis 3:21)

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

(Apocalipsis 7:9) Todos los salvos que estarán en el cielo.

Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;

(Apocalipsis 7:10)

y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.

¿Quiere ser uno de esos?

Cristo ya hizo todo para que usted esté con El para siempre.

(Apocalipsis 1:5)

…Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra…que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.

(Apocalipsis 5:9)

y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres… porque tú fuiste inmolado, (Jesús) y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

(Lucas 22:20)

De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

En el Antiguo testamento solo la sangre derramada en sacrificio por los pecados (la de un cordero perfecto) podía perdonar los pecados. La paga del pecado es la muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús. Por eso Jesús murió en lugar nuestro y derramó su sangre para que Dios pudiera perdonar nuestros pecados. Leer Hebreos 9:22; 10:9; 9:12; 2:17; 7:27; 13:12.

(1 Pedro 2:24)

Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz, para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto.

Por sus heridas, son sanados.

El llevó nuestra culpa en la cruz y derramó su sangre por nosotros para que todo aquel que en el cree no se pierda sino que tenga vida eterna.

Juan 3:16-17.

¿Cómo ser salvo y recibir todos estos maravillosos beneficios: el cielo, la vida eterna, el paraíso, estar con Dios para siempre, nunca más llorar ni sentir dolor y disfrutar de las cosas que (ojo no vio, ni oído oyó ni siquiera alguien puede haberlas imaginado? Esas cosas son las que ha preparado Dios para los que le aman). 1 Corintios 2:9.

Simplemente creyendo en la obra de Cristo a nuestro favor, arrepintiéndonos de nuestros pecados y mediante una oración recibir a Cristo en nuestro corazón como nuestro Salvador y Rey.

¿Qué debe hacer usted? Orar esta oración de todo corazón:

Querido Dios, te doy gracias por las maravillosas cosas que has hecho para nosotros, gracias por haber enviado a tu Hijo Jesús a morir en nuestro lugar y derramar su sangre para pagar nuestra deuda de pecado. Dios mío me arrepiento de todos mis pecados en este momento y recibo a Jesús en mi corazón como mi Salvador y como el Rey de mi vida para siempre. Muchas gracias Señor. Amén.

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