A. LIBERTAD
a) Escrituras clave
Juan 8:36
Gálatas 5:1
b) Cristo Jesús nos ha liberado
Antes de estar en Cristo estábamos en esclavitud de pecado, del yo y de Satanás. Debido a esta esclavitud no éramos libres para servir a Dios. ¡Pero ahora Cristo nos ha librado! Aparte de esta libertad que ha sido lograda para nosotros por medio de la cruz del Calvario, nunca podríamos seguir a Cristo ni llevar a cabo la voluntad del Padre. Esta libertad se obtiene por medio de una paradoja. Es porque nos vinculamos a Cristo, por fe, que somos librados de todas estas fuerzas negativas que nos impiden servir a Dios. Cuando hacemos la confesión: «Jesús es el Señor» (Romanos 10:9), nos vinculamos a Cristo. Lo que confesamos es a lo que estamos vinculados. Este es el porqué tanta gente no tiene libertad espiritual en absoluto, porque la confesión de su vida es algo o alguien distinto a Cristo. Esta confesión no es solamente cuestión de palabras, es cuestión de la voluntad, las actitudes y las acciones. Confesamos aquello que permitimos que tenga mayor influencia en nuestra vida. Incluso las actividades normales y decentes son equivocadas si nos separan de la libertad de Jesús. Si permitimos a cualquier cosa dominar nuestra mente y nuestro espíritu, entonces aquello llegará a ser la confesión de nuestra vida y nos robará de aquella libertad que el Padre ha ganado para nosotros en Cristo Jesús (Romanos 6:16-18). El secreto del discipulado es la obediencia. La obediencia espiritual no es intentar en nuestra propia fuerza hacer lo que Dios nos dice, sino es entregar nuestra vida en las manos de Dios y permitir a Jesús que sea nuestro Señor (Gálatas 5:1).

B) FRUCTIFICACION
a) Escrituras clave
Juan 15:16
Mateo 21:43
Romanos 7:4
b) Hemos sido escogidos para dar fruto
La libertad de influencias negativas nos hace libres para dar frutos (Romanos 7:4). El propósito de Dios al escogernos es para que nuestra vida sea productiva para El. Nos ha llevado a una relación con su Hijo para que manifestemos en nuestra vida las mismas características de fructificación que mostró Jesús en su vida. Es mientras reconocemos nuestra posición en Cristo Jesús, y apreciamos lo que significa esto para nosotros en nuestra vida cotidiana, que podemos traer a la luz los frutos de justicia, amor y poder (Juan 15:5-8).
Nuestra falta de fructificación es debida al hecho de que tendemos a vivir una vida seccionada. Tendemos a nombrar ciertas cosas como «espirituales» y las asociamos con el crecimiento y la madurez en términos cristianos. Pero a la vez, dejamos inmensas áreas de nuestra experiencia sin diagnosticar ni disciplinar. El resultado es que desperdiciamos una gran cantidad de tiempo, gastamos muchísima energía en cosas que son de poca importancia, y no reconocemos el desafío del discipulado en cada área de nuestra vida cristiana. Dios nos ha llamado para ser f u en todas las áreas de nuestra vida. Esto no es solamente una gran fuente de bendición a otras personas: trae gran recompensa a nosotros mismos. La satisfacción espiritual ganada de la fructificación real no puede ser medida.
c) Cinco áreas de fructificación
1. Una alma fructífera manifestando el fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23)
2. Una mente fructífera (Filipenses 4:8-9; Romanos 8:5-8; Efesios 4:22-24).
3. Fructificación en hechos (Colosenses 1:10, 1 Pedro 3:10)
4. Fructificación en dones (1 Pedro 4:10; Romanos 12:4-6).
5. Fructificación en comunión (Hebreos 10:24-25; Salmo 133).



C. PODER
a) Escrituras clave
Efesios 1:17-23
Efesios 6:10
Hechos 1:8
2 Corintios 4:7
b) Vivir en el poder de Dios
Nuestra libertad no sólo se logra para nosotros por Cristo, sino que se logra en nosotros por el poder del Espíritu Santo. El Padre no quiere que vivamos en debilidad sino, en Su fuerza. Ha hecho asequible para nosotros todo poder que usó cuando resucitó a Jesús de la muerte (Efesios 1:18-20). Por lo tanto, no estamos caminando actuando solos en nuestro discipulado: tenemos a nuestra disposición todo el poder vivo de Dios por medio dé Espíritu (Mateo 28:19-20). Al discipulado, entonces, se le puede describir: ¡como una ilustración del poder Dios obrando! En la vida de los hombres y mujeres que no parecen nada desde el punto de vista exterior, obra con poder dinámico, llevando a cabo sus propósitos a través de aquellas mismas vidas (2 Corintios 4:7). poder que Dios nos da por su Espíritu Santo es más que suficiente como para cubrir toda necesidad que poda tener en cada aspecto de nuestra vida como cristianos (2 Pedro 1:3).
c) Cinco áreas en las cuales necesitamos poder
1. Poder para nuestra vida interior
Necesitamos recibir en lo profundo de nuestro corazón y vida los recursos de Dios. Sin este poder no ninguna manera en que respondamos jamás a la llamada de Dios a la santidad, o que podamos jamás llevar cabo su voluntad que nos quiere revelar (Efesios 3:16).

2. Poder para testificar para Jesús
Tal como los discípulos de Jesús, nunca podríamos llevar a cabo su comisión de ir y hacer discípulos de todas naciones, apartados del poder del Espíritu Santo que mora dentro de nosotros. Sin este poder los primeros discípulos habrían permanecido detrás de puertas cerradas, impotentes y temerosos. Jesús les dijo que cuando recibieran Espíritu Santo recibirían poder (Hechos 1:8) y esto es lo que sucedió. Pusieron el mundo al revés para Jesús.
3. Poder para creer en Dios
El Espíritu Santo crea fe en nuestro corazón. Antes que Jesús se fuera prometió a Sus discípulos que ven otro Consolador. No hablaría acerca de sí mismo sino que declararía a Jesús en su corazón. Por medio de la en el nombre de Jesús podrían llevar a cabo las poderosas obras necesarias en el Reino de Dios (Juan 14:12).
4. Poder en don y ministerio
El poder del Espíritu Santo es asequible a todo creyente (1 Corintios 12:7). Somos llamados para ser ministros del nuevo pacto de la gracia de Dios en Jesús. Todos hemos sido llamados para que nuestra vida sea un canal de la gracia de Dios a otros hombres y mujeres. El Padre no deja que hagamos esto en nuestra propia fuerza sino que provee la fuerza y habilidad del Espíritu Santo en todo punto. No sólo provee el coraje y valentía como para hacer el trabajo, sino que también provee los recursos por medio de los diversos dones del Espíritu Santo. El Padre también nos equipa, no sólo según las necesidades del trabajo, sino también referente a lo que somos como personas. Los discípulos no son llamados para ministrar en la misma manera, por tanto no nos son dados los mismos dones. Los dones que tenemos de Dios están hechos a la medida para nosotros y la obra que somos llamados a hacer para Dios.

5. Poder en guerra espiritual
Todo creyente cristiano está ocupado en la guerra. Cuando nacemos de nuevo sólo cambiamos de lado. Satanás no va a quedar pasivo ante esto, por tanto debemos estar preparados para la batalla. La guerra está en el corazón del discipulado porque somos aquellos a quienes Dios ha escogida para representarle y actuar en el poder de Su Reino aquí en la tierra, hasta que el Reino venga en su plenitud y Jesús aparezca en toda su gloria.

D. SABIDURIA
a ) Escrituras clave
Proverbios 4:5
Santiago 1:5
Santiago 3:13-18
Proverbios 9:10 1
Corintios 2:6-16
b) Comprendiendo lo que es ser hombre
No existe ninguna necesidad más importante, si hemos de crecer a la madurez, que el don espiritual de la sabiduría. Enfoca todos los demás dones y sin ella estamos a merced de nuestros sentimientos y las demandas de otra gente. Hace falta la sabiduría para entendernos, para entender las necesidades de otros, y para entender la voluntad de Dios. Los dones de Dios se deben usar con sabiduría para ser verdaderamente efectivos, porque el poder sin sabiduría es peligroso al cuerpo de Cristo. Necesitamos la madurez y perspicacia que viene de la sabiduría para poder aplicar los dones de poder debidamente (Proverbios 4:5-7).
c) Las dos caras de la sabiduría en el Antiguo Testamento
1. La sabiduría es una cosa práctica para la vida
Es un don dado por Dios de saber qué hacer en una situación dada, y cómo manejar la vida con todos sus desafíos y oportunidades. Sólo tenemos una vida, y las decisiones que tomemos y las respuestas que tengamos ante las circunstancias de nuestra vida afectarán en gran medida a la plenitud en que esta se viva y a que su efecto sea más fructífero o no,(Proverbios 4:10-12).

2. La sabiduría está relacionada con el entendimiento de Dios por parte del hombre
Los libros de Job y Eclesiastés reflejan la búsqueda en el espíritu del hombre del significado más profundo de la vida y la existencia. Pero esto no puede ser entendido sin la sabiduría de Dios. La respuesta no está en el hombre a nivel de su entendimiento, sino que es un don de Dios.

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová . (Salmo 111:10)

Job descubrió esta gran verdad, enfrentado como estaba a toda la presión y trauma de sus dificultades. Al final tuvo que hacer frente al hecho de que Dios lo sabía todo, y que si quería compartir en el entendimiento de Dios de las cosas, necesitaba volver su vida hacia el Señor (Job 28:12-23).
d) La sabiduría en el Nuevo Testamento o la sabiduría de Cristo
Estas mismas dos dimensiones de sabiduría están destacadas en el Nuevo Testamento:
1. Santiago destaca la primera cuando habla de la necesidad de que nosotros entendamos los sucesos y circunstancias de nuestra vida. No podemos vivir en la confusión de las pruebas y dificultades sin la sabiduría espiritual, si no estaremos ciegos al hecho de que la mano de Dios está, por medio de estas dificultades, madurándonos y desarrollándonos en los hombres y mujeres que quiere que seamos (Santiago 1:5).
2. Pablo enfatiza la segunda cuando habla a los corintios acerca de la fuente de su entendimiento espiritual de las verdades profundas de Dios (1 Corintios 2:7). Pablo sigue para enseñar que esta sabiduría no tiene su fuente en nuestra propia inteligencia o perspicacia, sino que depende enteramente de la obra del Espíritu Santo. La marca de un hombre espiritual consiste en que es capaz de recibir y entender la verdad espiritual y profunda. La sabiduría humana, no regenerada y no santificada, está reñida con la revelación de Dios. La mente humana está en rebelión contra la voluntad de Dios y encuentra imposible comprender la verdad sin la obra del Espíritu Santo. Esto es así, porque la mente no regenerada del hombre es esclava de su naturaleza no regenerada. No es hasta que el hombre nace de nuevo por el poder del Espíritu Santo que su mente es liberada y renovada bajo el poder de la Palabra de Dios. Sólo entonces se halla en posición de recibir y entender la verdad espiritual La sabiduría del hombre le ha llevado a apartarse de Dios en vez de hacer sus conocimientos más profundos de Dios (Romanos 1:21-23).
e) El donde sabiduría
El entendimiento espiritual es muy importante en la vida del discipulado. El entender nos da aquella perspicacia en la Palabra de Dios que necesitamos si hemos de aplicarla a nuestra vida cotidiana. El entendimiento espiritual desarrolla conciencia en las circunstancias de nuestra vida del significado real de las cosas. Nos abre a las verdaderas necesidades de otra gente por la sensibilidad de espíritu que trae la sabiduría. Nos enseña cómo cuándo usar otros dones del Espíritu, con que Dios nos ha dotado, para que seamos fructíferos y útiles y arrogantes y destructivos.
f) Ocho cosas que trae la sabiduría espiritual
1. Un nuevo entendimiento de uno mismo
Una apropiada conciencia de uno mismo es crucial para un desarrollo equilibrado en la vida. Sin ella estamos sujetos a las ilusiones, que surgen de tener un concepto incorrecto de nosotros mismos, es decir, un concepto demasiado alto o bajo de nosotros mismos. Cualquiera de estos puntos de vista es destructivo para nuestro apropiado desarrollo en la vida y el ministerio. Lo que necesitamos es el punto de vista de Dios de nosotros mismos (Romanos 12:3).

2. Un entendimiento de verdad espiritual (1 Corintios 12:10-12)
Aparte del don de sabiduría no podemos comprender las cosas profundas de Dios. El entendimiento espiritual de las cosas profundas de Dios lleva a una dignidad correlativa y madurez en nuestra vida para Dios. Es discernimiento espiritual de la verdad lo que nos impide descarriarnos y ser llevados por todo viento doctrina.

3. Un entendimiento de la Escritura
Sin un profundo entendimiento de la Palabra de Dios a través de la Escritura, no desarrollaremos aquella perspicacia más profunda de la verdad que el Padre desea que tengamos. Estamos a merced de demasiadas enseñanzas y filosofías de ministerio hoy día que no han sido probadas en lo que concierne a las Escrituras Necesitamos poder apreciar la verdad que Dios nos ha dado en las Escrituras y aplicarla en la práctica nuestro vivir cotidiano (2 Timoteo 3:14-17).
4. Un entendimiento de la voluntad de Dios
Necesitamos vivir en concordancia con la voluntad de Dios durante nuestra vida entera para que se productivos y provechosos para Dios. Necesitamos pedir al Padre la sabiduría para discernir Su voluntad (Colosenses 1:9; Efesios 5:15-16; Santiago 1:5-8).
5. Un entendimiento de los dones espirituales
La sabiduría es necesaria cuando se trata de dones de poder porque el poder indisciplinado puede llevar a estragos en la vida de aquellos que lo reciben (1 Corintios 14:20).

6. Un entendimiento del poder espiritual
Necesitamos poder discernir lo verdadero de lo falso. Dios ha provisto para ello a través de los recursos del Espíritu Santo (1 Juan 4:1; 2 Corintios 2:11; 1 Corintios 12:10). Permanecer cerca de las Escrituras y del consejo sabio de hombres piadosos también ayuda.

7. Un entendimiento de la esperanza a la que somos llamados
Necesitamos entender esta por fe, para poder ganar el ánimo que necesitamos en nuestro caminar como creyentes. Esto provee una perspectiva para nuestra vida, mucho más amplia y grandiosa que el limitado, y a veces difícil, contexto demostrado por nuestra experiencia cotidiana.

8. Un entendimiento de las señales de los tiempos
No hemos de ser personas que miran fechas, porque incluso Jesús dijo que no sabía cuándo volvería; sólo su Padre en el cielo lo sabía (Mateo 24:36). Sin embargo, no estamos destinados a vivir en ignorancia con respecto a los sucesos a nuestro alrededor, mientras vemos las cosas moviéndose hacia un punto culminante. Hemos de vivir con aquella urgencia y estado de preparación que pertenece a la gente que es consciente de los movimientos de los tiempos alrededor de ellos (1 Tesalonicenses 5:1-6; Mateo 24:42-44). Sabemos que Cristo Jesús viene otra vez y necesitamos vivir nuestra vida a la luz de este hecho.
g) Preguntas y puntos de reflexión
1. Lo que confesamos, por nuestro vivir cotidiano es a lo que estamos atados. Discútelo.
2. ¿A qué permites dominar tu mente y espíritu?
3. ¿Eres fructífero para Dios en todas las áreas de tu vida?
4. ¿Eres una ilustración del poder de Dios obrando? Si no es así, ¿por qué no?
5. ¿Eres canal de la gracia de Dios para otros hombres y mujeres?
6. ¿Por qué es el don espiritual de la sabiduría tan importante, especialmente en círculos carismáticos?
7. ¿Por qué son peligrosos los dones espirituales sin sabiduría?
8. ¿Es realmente el temor del Señor el principio de la sabiduría?
h) Resumen y aplicación
1. Cristo Jesús nos ha liberado como creyentes, pero sólo podemos mantener esta libertad si nos vinculamos con Cristo.
2. Dios nos escogió como discípulos, para llevar fruto para El.
3. Tenemos a nuestra disposición todo el poder vivo de Dios por medio de su Espíritu Santo.
4. Ganamos sabiduría cuando conocemos al Señor. El es la fuente de toda sabiduría y entendimiento, y a través del Espíritu Santo desea impartirnos su sabiduría.
5. La sabiduría es necesaria para nuestra madurez espiritual y también nos capacita para servir a Dios fructífera y eficazmente.

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