Mío eres tú: ¡No lo olvides!

Yo te salvé, morí en tu lugar, vivo en ti, eres templo de mi Espíritu Santo, eres apartado para mí, estás justificado, ninguna condenación hay para ti, eres mi hermano, eres mi hijo, mi siervo, eres lo que más amo, te tengo en mi mano y te llevo de ella, también estás en la mano de mi Padre, El te ama como me ama a mí. Te amó tanto que me envió a mí a salvarte y yo amo tanto a los perdidos, que te envío a ti para salvarlos.

Háblales, claro y directo, diles con sencillez, pero con fe y firmeza, toda la verdad. Así como una vez alguien lo hizo contigo.

Siempre pon en primer lugar la salvación d cada alma por la cual yo morí.

Enseña a mi pueblo todo esto.

Que haya abundancia de salvación en tu entorno y en el de cada uno de mis hijos.

Enséñales que yo vivo en ellos y me dejen expresarme a través de ellos.

Por el Espíritu Santo deben hacer morir las obras de la carne.

Diles que por mi gracia los salvé y por mi gracia los cuidaré.

Diles también que siempre están y estarán conmigo.

Print Friendly, PDF & Email
Clic acá para calificar este articulo
[Total: 0 Average: 0]
Translate »