Muchas personas son así:
Todo estaba bien entre Juan Bautista y el rey Herodes hasta que Juan le señaló sus pecados.
Juan le estaba haciendo un bien pero Herodes no le hizo caso.
(Marcos 6:17)
Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer.
(Marcos 6:18)
Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.
(Marcos 6:19)
Pero Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía;
(Marcos 6:20)
porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana.
Pero no se convirtió ni dejó su pecado.
Y por temor al que dirán mandó a matar a Juan.
(Marcos 6:26)
Y el rey se entristeció mucho; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla.
(Marcos 6:27)
Y en seguida el rey, enviando a uno de la guardia, mandó que fuese traída la cabeza de Juan.
(Marcos 6:28)
El guarda fue, le decapitó en la cárcel, y trajo su cabeza en un plato y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre.
Pero Dios juzgó a Herodes.
(Hechos 12:21)
Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó.
(Hechos 12:22)
Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre!
(Hechos 12:23)
Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos.
Hoy Herodes y Herodías están vivos en el infierno eterno por no arrepentirse y dejar su pecado. Muchos son como ellos. No sea usted así.