Mateo cambió: Mateo 9:9-13; 2 Corintios 5:17
Gálatas 6:15 lo que importa es una nueva creación. Juan 3:3,7-8. Nacer de nuevo
Éramos: Efesios 2:3; 5:8;Tito 3:3-7

Eran: Romanos 6:17,20 (esclavos del pecado)

1 Corintios 6:11 (esto erais algunos)
Colosenses 1:21-22
1 Pedro 2:10, 25

El que a mí viene no le echo fuera Juan 6:37
1 Pedro 3:18 el justo (Jesús) murió por los injustos (nosotros) para llevarnos a Dios.

La justicia recibida por la fe es un don (regalo) gratuito, del que nadie puede enorgullecerse, es un regalo de Dios. Romanos 3:22-24, 26-27; 5:6-10; Efesios 2:5,8 y es el comienzo de una nueva vida (la de Cristo en nosotros) fundada en la gracia de Dios. 2 Corintios 5:17.
Las obras no son la causa ni el camino a la salvación sino el fruto de la misma.
Efesios 2:10
La ley es una norma de conducta impuesta al hombre desde afuera, que le da a conocer el pecado, pero no le concede la fuerza interior necesaria para someterse a sus exigencias. Romanos 7:18; 8:7, 21, 24-25; 8:13.
Solo Jesús en nosotros puede cumplirla y los frutos de su presencia fluyen al exterior en cambios de carácter, acciones, gustos diferentes, deseo de santidad etc.
También nos da el poder para cumplir su voluntad y ser como El en este mundo.
Romanos 7:24-25; 1 Juan 4:17,4; 5:18; Romanos 7:4.
Usted ya no vive esclavo del pecado, pero la persona no regenerada vive esclava de sus impulsos pecaminosos. Romanos 8:7; Mateo 15:18-19; Romanos 6:17,22.

Considere el alcance de su libertad:

1. Usted ha sido liberado del castigo del pecado. Juan 3:18 El que cree en El (en Jesús) no es condenado.

2. Usted está siendo liberado del poder del pecado. Romanos 6:18; 1 Juan 4:4; 5:18. Judas 1:24. Y aquel que es poderoso para guardarlos sin caída, y presentarlos sin mancha delante de su gloria con gran alegría…

3. Además usted será libre de la misma presencia del pecado. 1 Juan 3:3 seremos semejantes a El (a Jesús) y le veremos tal como El es. Un día el señor transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso.

4. Filipenses 3:21; 1 Tesalonicenses 4:17; 5:10.

Lista de los versículos citados arriba:

(Mateo 9:9)

Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.

(2 Corintios 5:17)

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

(Gálatas 6:15)

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.

(Juan 3:3)

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

(Juan 3:7)

No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

(Juan 3:8)

El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

(Efesios 2:3)

entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

(Efesios 2:5)

aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

(Efesios 2:6)

y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

(Efesios 2:7)

para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

(Efesios 2:8)

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

(Tito 3:3)

Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

(Tito 3:4)

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

(Tito 3:5)

nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

(Tito 3:6)

el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,

(Tito 3:7)

para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

(Romanos 6:17)

Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;

(Romanos 6:20)

Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.

(1 Corintios 6:11)

Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

(Colosenses 1:21)

Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado

(Colosenses 1:22)

en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

(1 Pedro 2:10)

vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

(1 Pedro 2:25)

Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

(Juan 6:37)

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

(1 Pedro 3:18)

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

(Romanos 3:22)

la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,

(Romanos 3:23)

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

(Romanos 3:24)

siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

(Romanos 3:26)

con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

(Romanos 3:27)

¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

(Romanos 5:6)

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

(Romanos 5:7)

Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.

(Romanos 5:8)

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

(Romanos 5:9)

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. (Romanos 5:10)

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

(Efesios 2:5)

aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

(Efesios 2:8)

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

(Efesios 2:10)

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

(Romanos 7:18)

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

(Romanos 8:7)

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

(Romanos 8:21)

porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

(Romanos 8:24)

Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?

(Romanos 8:25)

Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

(Romanos 8:13)

porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

(Romanos 7:24)

¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

(Romanos 7:25)

Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

(1 Juan 4:17)

En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.

(1 Juan 4:4)

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

(1 Juan 5:18)

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

(Romanos 7:4)

Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

(Romanos 8:7)

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

(Mateo 15:18)

Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.

(Mateo 15:19)

Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

(Romanos 6:17)

Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;

(Romanos 6:22)

Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

(Juan 3:18)

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

(Romanos 6:18)

y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

(1 Juan 4:4)

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

(1 Juan 5:18)

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

(Judas 1:24)

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,

(1 Juan 3:3)

Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

(Filipenses 3:21)

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

(1 Tesalonicenses 4:17)

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

(1 Tesalonicenses 5:10)

quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

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