(Lucas 2:36)
Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad,
(Lucas 2:37)
y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.
(Lucas 2:38)
Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño (JESÚS) a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
Si eres de edad muy avanzada y piensas que no puedes hacer nada por la obra de Dios, tomá el ejemplo de Ana y convertite en alguien que sirva a Dios con ayunos y oraciones y cambiá la historia de tu ciudad.
Esto también es válido para aquellos que piensan que no pueden hacer nada por Dios. Entonces oren por las personas para que se salven, oren por avivamiento espiritual, oren por los Pastores y por la iglesia que ustedes concurran.

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