Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque El se interesa por ustedes.

Dios está trabajando con sus vidas y El los irá perfeccionando, afirmando en su fe, fortificándolos y haciéndolos más seguros.

El es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en unión con Jesucristo, que es el único camino al cielo.

Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por eso, sean ustedes juiciosos y dedíquense seriamente a la oración. Deben dejar de lado cualquier cosa que les impida estar en la presencia de Dios. Dios quiere que ustedes aparten tiempo para hablar con El y entonces verán grandes resultados. Así hacía Jesús que se apartaba a lugares tranquilos a orar. Esto lo hacía constantemente. Una persona de Dios debe hacer lo mismo para recibir su paz, su guía y poder brillar con su luz.

El Señor cuida a los justos y presta oído a sus oraciones.

Haya sobre todo entre ustedes mucho amor, porque el amor perdona muchos pecados.

Cuídense lo que hablan, no murmuren, ni critique pues con la misma medida que juzgas a otros serán juzgados por Dios. Con la lengua podes hacer mucho bien y mucho mal.

Cuídate especialmente lo que hablas.

Debes perdonar a todos y comprenderlos, es hora que perdones y dejes de juzgar a tus hermanos, mientras estén en la tierra serán solo vasijas terrenales con defectos e imperfecciones, solo en el cielo serán perfectos como Yo.

Deben caminar en esta tierra con la plena certeza de que lo que piensan (aún las intenciones de tu corazón) todo lo que hacen y dicen, está siendo revelado en el cielo.

Toda tu vida, acciones y pensamientos están siendo escritas en los libros del cielo y eso es para siempre. Recuerda ¡yo te veo en todo momento!

Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás, según la capacidad que haya recibido de Dios. No se queden sin hacer nada, cada uno debe poner por obra mi palabra y trabajar para engrandecer mi Reino. No desperdicien sus vidas. Trabajen para lo que perdurará eternamente.

Cuando alguien hable, sean sus palabras como palabras de Dios.

Cuando presten algún servicio, préstenlo con las fuerzas que Dios les da.

Todo lo que hagan, háganlo para que Dios sea alabado, a El pertenece toda la gloria.

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