Una de las cosas peores que usted puede hacer (si pertenece a una Iglesia o no pertenece a ninguna) es vivir murmurando, juzgando y buscando defectos en los demás, hacer esto es un pecado grave delante de Dios.
Una cosa es dar soluciones, consejos, emitir opiniones o aconsejar a los dirigentes y otra es hacer lo mencionado anteriormente.
Si usted ve que algo falta o no se hace en la iglesia, como debería hacerse, ¡HAGALO USTED!
Ahora, si usted ve deshonestidad en los dirigente, que no son personas que reciben consejos, que predican doctrinas equivocadas , que eslavizan la congregación, que actúan como tiranos, son pedantes, racistas, no tienen amor a las ovejas y actúan solamente para su propio beneficio y para formar sus “imperios” religiosos…¡VAYASE DE ESE LUGAR! y encuentre un Pastor Bueno y Justo aunque no sea tan “carismático” en su persona (no me refiero a sus dones de Dios), o con tanta capacidad organizativa o “empresarial” (digo esto porque algunos son empresarios religiosos y no verdaderos Pastores que aman a las ovejas).
Sepa tener sabiduría para interpretar estos versículos.
(Santiago 4:11)
Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. Les corresponde, en cambio, obedecer la ley, no hacer la función de jueces.
(Mateo 7:1)
»No juzguen a los demás, y no serán juzgados.
(Mateo 7:2)
Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes.
(Lucas 6:37)
No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
(Juan 6:43)
Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros.
(1 Corintios 10:10)
Y no murmuren como lo hicieron algunos de ellos, y luego el ángel de la muerte los destruyó.
Vemos también que Pablo reprendió públicamente a Pedro cuando estaba actuando de una manera no correcta. A veces hay que denunciar errores.
(Gálatas 2:11 al 14)
Pero, cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que enfrentarlo cara a cara, porque él estaba muy equivocado en lo que hacía.
Pídale a Dios que le guíe y le sabiduría en estas cosas.
Tal vez su consejo, ayuda o ideas sean de mucho beneficio a su Iglesia o a líderes religiosos.