Si eres una verdadera persona de Dios cuando partas de este mundo irás al cielo con Dios.
(Isaías 33:17)
Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.
(1 Tesalonicenses 5:9)
Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,
(1 Tesalonicenses 5:10)
quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

(Apocalipsis 22:3)
Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
(Apocalipsis 22:4)
y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.

(Apocalipsis 21:3)
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Aún estarán en el cielo cualquier pecador que se arrepienta de verdad y reconozca a Jesús como su Rey, como lo hizo el ladrón que estaba al lado de Jesús en otra cruz. pero el otro no se arrepintió y fue al infierno.
Ejemplo:
(Lucas 23:40)
Respondiendo, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?
(Lucas 23:41)
Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.
(Lucas 23:42)
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino. (se arrepintió y reconoció que Jesús es el Rey.
(Lucas 23:43)
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Hay un paraíso eterno y un infierno eterno ¡NO LO DUDES!
(Mateo 25:46)
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Jesús murió por ti para pagar tus pecados. Dile a Jesús que te arrepientes y le reconoces como el Rey de tu vida. ¡Ahora! (por favor, es para tu bien eterno).

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