Recuerde que Dios da recompensas diferentes conforme a su labor para El.
(Lucas 14:14)
y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.
(1 Corintios 3:8)
Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
(Apocalipsis 22:12)
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
(Hebreos 11:6)
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
(Mateo 25:15)
A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
(Mateo 25:16)
Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
(Mateo 25:17)
Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
(Mateo 25:18) No hizo nada para Dios y fue reprendido por Dios.
Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
(Lucas 19:13) Dios espera resultados.
Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo.
Debemos trabajar para Dios y El nos recompensará.
(Hebreos 11:24)
Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,
(Hebreos 11:25)
escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado,
(Hebreos 11:26)
teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.