San Juan capítulo 4.
Una mujer tenía sed de Dios y su vida era un desastre, pero Jesucristo estaba al lado de ella y habló con ella (como está al lado tuyo en este momento). Jesús le dice:
(S. Juan 4:10, 14)
Si tan sólo supieras el regalo que Dios tiene para ti (LA SALVACIÓN DE TU ALMA) y con quién estás hablando, (CON DIOS MISMO) tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva…todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.
La fuente que debe estar en ti es Jesús mismo (déjalo entrar ahora en tu vida) y de El saldrán de ti aguas frescas y en movimiento para satisfacer la sed de millones, porque esa fuente que está en ti y se llama Jesús no se agota nunca.
Depende de ti da abrir el grifo para que esa agua sane y salve a los demás.
Predica la palabra de Dios, enséñala, ora por los enfermos y cumple con la Gran Comisión de Jesús. Mateo 28:18-20.
¿Que tenés que hacer muchas cosas antes? no te preocupes lee Mateo 6:33.
¿Qué pasó con la mujer? Fue perdonada Jesús le arregló su vida fue salva y se convirtió en una predicadora a través de la cual muchos fueron al cielo ya que ella los llevó a Jesús.
Predicador Gustavo Isbert