Introducción: La importancia de ser lleno del Espíritu Santo

La Biblia nos muestra que incluso Jesús necesitó ser lleno del Espíritu Santo para cumplir su propósito (Lucas 4:1,14). Si el Señor, los apóstoles (Hechos 2:2-4), y Pablo (Hechos 9:17) necesitaron esta plenitud, ¿cuánto más nosotros? Ser lleno del Espíritu Santo no solo significa recibirlo al momento de nuestra salvación (Efesios 1:13-14), sino experimentar continuamente su poder para cumplir la voluntad de Dios (Efesios 5:18).


Escrituras clave


La analogía del vaso para beber: ¿Cómo refleja nuestra vida?

Nuestra vida es como un vaso para beber: diseñada para ser llena y usada. Este vaso puede estar en tres estados que afectan su capacidad de contener el Espíritu Santo:

  1. Un vaso sucio y manchado
    Un vaso sucio no puede ser usado para beber. Así también, nuestras vidas necesitan ser limpiadas para contener al Espíritu Santo, que es agua pura y limpia (1 Samuel 16:7).
  2. Un vaso agrietado
    Aunque un vaso agrietado parece inútil, Dios no desecha a nadie. Él sana nuestras heridas (Mateo 9:12) y nos restaura, permitiéndonos llevar su poder al mundo.
  3. Un vaso invertido
    Un vaso invertido no puede ser llenado. Del mismo modo, necesitamos abrir nuestros corazones y mentes para recibir al Espíritu Santo.

Pedid y se os dará

Pablo nos exhorta a ser «llenos del Espíritu» continuamente (Efesios 5:18). Esta plenitud es fuente de poder para vivir como discípulos de Jesús y dar testimonio diariamente. Si reconoces tu necesidad de ser lleno, no temas pedirlo al Padre (Juan 7:37-39).


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Resumen y aplicación práctica

    1. Ser lleno continuamente del Espíritu Santo es esencial para ser discípulos verdaderos.
    2. La clave no es cuánto del Espíritu tenemos, sino cuánto tiene Él de nosotros.
    3. Dios nos hizo para ser canales de su poder y plenitud.
    4. Pide al Padre que te llene con su Espíritu Santo hoy.
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