(Mateo 1:21)
Y dará a luz un hijo, (la virgen María) y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

(Juan 3:1)
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
(Juan 3:2)
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
(Juan 3:3)
Respondió Jesús y le dijo: DE CIERTO, DE CIERTO TE DIGO, QUE EL QUE NO NACIERE DE NUEVO, NO PUEDE VER EL REINO DE DIOS.
(Juan 3:4)
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
(Juan 3:5)
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu (Santo), no puede entrar en el reino de Dios.
(Juan 3:6)
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu (Santo), espíritu es.
(Juan 3:7)
No te maravilles de que te dije: OS ES NECESARIO NACER DE NUEVO.
(Juan 3:8)
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu Santo.
(Juan 3:9)
Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? : (Esto es lo que vamos a explicar).
(Juan 3:10)
Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?

(Juan 3:14)
Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre (Jesús) sea levantado, (en la cruz)
(Juan 3:15)
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
(Juan 3:16)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
(Juan 3:17)
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

(Juan 3:18)
El que en él cree, no es condenado.

(Juan 3:36)
El que cree en el Hijo tiene vida eterna.

(Juan 1:12)
Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

(Hechos 4:12)
Y en ningún otro hay salvación (Solo en Jesús y a través de El); porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

(Juan 14:6)
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Jesús ama a todos, le interesa cada persona y quiere que todos estén con El por toda la eternidad.

El recibe a todos los que van a El.

Como les ama con un amor incompresible para los humanos (como a Nicodemo) les habla directamente de su mayor necesidad: Cada persona tiene que nacer espiritualmente del Espíritu Santo, debe tomar una decisión de arrepentirse de todos sus pecados, creer en la obra expiatoria de Jesús a favor de nosotros e invitarlo a entrar en su vida, invocando su nombre, o mediante una oración espontánea y sincera.

Cada persona debe recibir la vida de Dios, un milagro debe suceder en su interior para entrar en el REINO DE DIOS porque hay un Reino que es eterno y más bello de lo que alguien pueda imaginar y Jesús quiere que todos vayan allí para estar con El por toda la eternidad.

Cada persona es lo más importante para El. Si crees que nadie te quiere, ¡es mentira!, Dios te ama con amor eterno.
Dios quiere que todos sean salvos…y sabe que al hombre no le sirve de nada ganar el mundo entero si pierde su alma. Marcos 8:36.

Si solo unas pocas personas hubieran estado en este planeta Jesús hubiera venido a morir por ellos para pagar sus pecados, muriendo en lugar de cada uno, saldando así la deuda de los hombres con Dios.

Una persona puede ser un dirigente religioso como Nicodemo y no salvarse esa era la situación de Nicodemo en ese momento. El era correcto y sincero y aún enseñaba las cosas de Dios, pero no sabía el camino que lleva al cielo.

La religión sola no salva.

Aún ser un maestro de religión no salva.

Pertenecer a una Iglesia no salva.

Los ritos religiosos solos no salvan.

Hay millones de personas bautizadas y que practicaron (mucho o poco) la religión cristiana y no recibieron el Nuevo nacimiento y no fueron al cielo.

La moralidad, ser "correctos", la posición social, económica o haber tenido familiares muy piadosos no te salva. Cada uno tiene que tomar su propia decisión. Seguir a Jesús o no.

Muchas veces el temor, la vergüenza o "el que dirán" impide a las personas acercarse o venir a Cristo.

Muchas personas que sufrieron desilusiones de supuestos cristianos u hombres de Dios también tienen una traba porque relacionan a Dios con ellos, pero Dios les ama de verdad y las personas fallan pero Dios no.

La convicción de pecado abre el camino hacia Cristo para que El los reciba y perdone, por eso debemos predicar el arrepentimiento.

(Hechos 3:19) S. Pedro dijo:
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
(Hechos 3:20)
y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado;

(Marcos 1:14)
Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
(Marcos 1:15)
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

Una persona puede recibir el don (regalo) de la salvación de su alma sin tener todas las respuestas a sus preguntas espirituales.

La salvación no se logra por obras meritorias, o por sabiduría humana sino por la fe en la obra de Cristo a favor nuestro. El en la cruz pagó tu deuda y mi deuda de pecado con Dios.

(1 Pedro 2:24)
Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.

(1 Pedro 3:18)
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

(Efesios 2:8)
Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios.
(Efesios 2:9)
No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada. (Es decir: sentirse orgulloso)

Cada persona independientemente de su situación en la vida debe experimentar el nuevo nacimiento para llegar a ser un hijo de Dios e ir al cielo.

Hay un solo camino y una sola puerta para entrar al cielo: JESUCRISTO.
No hay muchas maneras, ni muchos caminos o puertas.

(Juan 10:9) Jesús dijo:
Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos.

(Mateo 7:13)
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
(Mateo 7:14)
porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

La muerte de Jesús en la cruz fue necesaria para pagar nuestros pecados y cancelar la deuda que cada uno tenía con Dios. El pagó nuestra deuda de pecado y todo aquel que lo cree y recibe el perdón y la salvación de su alma como un regalo, TIENE VIDA ETERNA.

Cristo ya hizo todo por usted para que usted no se pierda (no se condene) sino que tenga vida eterna.

El murió en lugar suyo, El llevó el castigo por el pecado que nos correspondía a cada uno de nosotros.

(Romanos 3:22)
por medio de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia:
(Romanos 3:23)
todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.
(Romanos 3:24)
Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo Jesús.

(Romanos 6:23)
El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor.
(Romanos 6:22)
Pero ahora, libres de la esclavitud del pecado, han entrado al servicio de Dios. Esto sí les es provechoso, pues el resultado es la vida santa y, finalmente, la vida eterna.

(Romanos 4:7)
¡Dichosos aquellos a quienes Dios
perdona sus maldades
y pasa por alto sus pecados!

Si uno cree estas buenas noticias (Evangelio), se arrepiente y recibe la salvación de su alma de la manera que Dios la ofrece: Como un regalo, ES SALVO, HA NACIDO DEL ESPIRITU SANTO Y TIENE VIDA ETERNA. Por favor ¡HÁGALO AHORA!

Toda persona fue hecha para vivir por toda la eternidad, muchos vivirán para siempre con Dios pero muchísimos no tendrán en cuenta a Dios y pasarán toda la eternidad en el lugar reservado para el diablo y sus demonios: El infierno. Separado de Dios y de todo placer para siempre.
S.Mateo 25:41; 25:46; S. Juan 14:2-3.

Dios nos afirma que el cielo y el infierno son reales.

Dios demostró que ama a todos al dar a su Hijo Jesús para que muriera en lugar de cada persona para que esta persona (si así lo decide) pueda ir al cielo.

Espiritualmente solo hay dos grupos de personas en la tierra: los que van camino al infierno y pertenecen al reino de las tinieblas y los que van camino al cielo y pertenecen al Reino de Dios.
Es decir los salvos y los no salvos, los que han nacido de nuevo del Espíritu Santo y los que no.
Los redimidos y los no redimidos, los que son de Dios y los que no lo son. Los perdidos y los salvados.

¿En que grupo está usted?

Es simplemente un sincero religioso como era Nicodemo, un ateo o ha nacido de nuevo de Dios.

Si usted recibe a Cristo y su salvación dice la palabra de Dios que es salvo, que ha pasado de muerte a vida. S. Juan 5:24.

¿Quiere hacerlo ahora?

La palabra de Dios dice que TODO AQUEL (y usted también) que invoca el nombre del Señor SERÁ SALVO. Romanos 12:13.

Si así lo desea puede decirle a Dios de esta manera:

Dios mío, gracias por tu amor por mí y por enviar a Jesús a pagar mi culpa de pecado en la cruz.
Ahora tomo la decisión de seguirte y te pido perdón por todos mis pecados. En este momento recibo a Jesucristo en mi vida como mi Salvador y mi Rey, te pido ahora que me des tu Espíritu Santo.
Gracias porque me has escuchado, porque me has perdonado, me has dado tu Espíritu Santo y ahora soy salvo, he nacido de nuevo y tengo vida eterna. Muchas gracias por ser ahora un hijo de Dios.

(Juan 5:24)
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

(Juan 10:27)
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
(Juan 10:28)
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Dios le bendiga mucho: Gustavo Isbert

www.elcieloesunlugar.com.ar

(1 Juan 5:11)
Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
(1 Juan 5:12)
El que tiene al Hijo, tiene la vida (eterna); el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
(1 Juan 5:13)
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.

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