Tú eres un testigo de mi amor.
Ámame y ama a tu prójimo. Aún cuando prediques sobre mis juicios y de toda mi verdad debes hacerlo irradiando mi amor, porque tú me representas y yo vivo en ti.
Mi redención de la humanidad es la demostración de mi amor.
Mi sacrificio, dolores y sufrimientos que pasé por los hombres es el mayor amor que alguien pueda conocer.
Nadie tuvo ni tendrá mayor amor que el que demostré por la humanidad al morir en la cruz para salvarlos del castigo eterno y para que puedan ir al cielo.
Pude hacerlo porque mi amor por ustedes fue mayor que el temor y el dolor que pude sentir.
Así de grande es mi amor.
Los prefería ustedes antes que a mí mismo.
Jesús.