Una iglesia que ora
Por Jaime Stewart
Cuando yo era apenas un joven conver­tido, la primera cosa que me llamó la aten­ción, leyendo los Hechos de los Apóstoles, fue el hecho de que aquellas asambleas locales vivían en una ambiente de ora­ción. Hicieron reuniones de oración a menudo. Oraban cada vez que se dio la oportunidad. Oraban para que fuesen abiertas las puertas; y después de haber pasado por las puertas abiertas, oraban por guía y denuedo en su ministerio.
Oraban en sus hogares y cuando se reunían en la iglesia. Oraban en sus cír­culos privados y oraban ante el sanedrín. En práctica, vivían arrodillados.
A fin de que los apóstoles pudiesen "persistir en la oración", eligieron a siete hombres de buen testimonio, para que estos administrasen los negocios materia­les de la iglesia. Tan poderosos eran en la oración, que fueron capaces de revolu­cionar, en gran manera, al mundo conocido.
Una verdadera iglesia, basada en la Biblia, siempre será poderosa en oración. Jorge Müller dijo en una de sus cartas a Hudson Taylor en China:
"Si vas a ganarte esa provincia para Cristo, tendrás que hacerlo arrodillado".
Una de nuestras más imperiosas ne­cesidades es el de avivar nuestras reunio­nes de oración. Una de las manifestaciones más poderosas del Espíritu, en cuan­to al poder de avivamiento, es el restablecimiento de las genuinas reuniones de oración.

Gustavo Adolfo Isbert Perlender SI, SI, SI, Eso es palabra de Dios para este momento. Justamente estaba prendiendo la computadora para escribir algo similar. Porque el Espíritu Santo me daba un mensaje similar. Debemos esforzarnos para hacer reuniones poderosas de oración en los hogares, en las casas y también entre los Pastores, unirnos para orar por un avivamiento sin precedentes comenzando en donde vivimos. Oremos por miles de obreros, oremos por millones de personas salvas (eso es dar en el centro del Blanco), oremos por que las personas sean llenas del Espíritu Santo, oremos por señales prodigios y milagros que prueben que Cristo está vivo hoy. A todos los ministros de Dios les digo departe del Señor que le den prioridad a la reunión de oración y oremos para ganar ciudades enteras para Cristo. Yo me compré una estatuita de un hombre arrodillado para verla constantemente y no olvidarme de eso. Los Apóstoles se dedicaban solo a la oración y al ministerio de la palabra (predicar) no necesitaban entretener con otras cosas a la gente. CRISTO ES SUFICIENTE. Y CUANDO ESTÁ EL PRESENTE Y LA GENTE SE SALVA, SE LIBERA, SE ARREGLAN SUS VIDAS, DEJAN DE SER BORRACHOS O DROGADICTOS, etc., ENTONCES: ¿QUE OTRA COSA MEJOR QUE ESTA VAN A QUERER LAS PERSONAS? DEBEMOS PREDICAR EL EVANGELIO DEL REINO, EL ARREPENTIMIENTO Y QUE JESÚS SALVA, SANA, QUE ES EL UNICO REY Y QUE LA GENTE SEA BAUTIZADA EN EL ESPIRITU SANTO. ¡Vamos adelante que podemos! No dejemos que nadie se vaya al infierno. Le pido a Dios que fortalezca a cada uno que lee estas líneas, y será de rodillas y solo de rodillas que ganaremos a millones para Cristo. ¡NO NOS CONFORMEMOS CON MENOS!

(Hechos 6:4)
Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
(Hechos 4:13) No se necesita ser muy letrado para ser usado por Dios:
Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. (Debemos estar más tiempo con Jesús).

Estas oraciones poderosas son las que debemos hacer:
(Hechos 4:29)
Y ahora… y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
(Hechos 4:30)
mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
(Hechos 4:31)
Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
(Mateo 24:14)
Y será predicado este evangelio del Reino (de Dios) en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

Predicador Gustavo Isbert.

PD: Por favor oren por todos los Pastores, y por obreros para la gran cosecha que viene. ¡HAGÁMOSLO YA!

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