(Hebreos 4:13)
No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas.
(Hebreos 2:18)
Debido a que él mismo (Jesús) ha pasado por sufrimientos y pruebas, puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas.
(Hebreos 4:15)
Jesús comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo él nunca pecó.
(Hebreos 4:16)
Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.
Jesús dijo “Consumado es”
(Hebreos 7:24)
Pero dado que Jesús vive para siempre, su sacerdocio (intercede por nosotros y su sacrificio en la cruz para salvarnos lo hizo una sola ves y no se necesitan más sacrificios en nuestro favor para pagar nuestros pecados) dura para siempre.
(Hebreos 10:10)
Pues la voluntad de Dios fue que el sacrificio del cuerpo de Jesucristo nos hiciera santos, una vez y para siempre.
(Hebreos 10:12)
Pero nuestro Sumo Sacerdote (Jesús) se ofreció a sí mismo a Dios como un solo sacrificio por los pecados, válido para siempre. Luego se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios.
(Hebreos 7:25)
Por eso puede salvar —una vez y para siempre — a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos.
(Hebreos 7:27)
A diferencia de los demás sumos sacerdotes, (Del Antiguo testamento) no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día. Ellos los ofrecían primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Sin embargo, Jesús lo hizo una vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo como sacrificio por los pecados del pueblo.
(Hebreos 8:12)
Y perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados.