¡Dios es hermoso!
Por favor lea estas escrituras que están el la Biblia en la primera carta de San Juan.
Queridos… sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios.
Pero el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él.
En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.
Queridos, ya que Dios nos amó tanto, sin duda nosotros también debemos amarnos unos a otros.
Nadie jamás ha visto a Dios; pero, si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y su amor llega a la máxima expresión en nosotros.
Y Dios nos ha dado su Espíritu Santo como prueba de que vivimos en él y él en nosotros.
Además, hemos visto con nuestros propios ojos y ahora damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para que fuera el Salvador del mundo.
Todos los que confiesan que Jesús es el Hijo de Dios, Dios vive en ellos y ellos en Dios.
Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor.
Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos.
….Por lo tanto, no tendremos temor en el día del juicio, sino que podremos estar ante Dios con confianza…
En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor.
Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios.
Nos le amamos a El porque El nos amó primero.
Y este es el testimonio que Dios ha dado: él nos dio vida eterna, y esa vida está en su Hijo.
El que tiene al Hijo tiene la vida eterna; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida eterna.
Les he escrito estas cosas a ustedes, que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.
Los que obedecen los mandamientos de Dios permanecen en comunión con él, y él permanece en comunión con ellos.
Y sabemos que él vive en nosotros, porque el Espíritu Santo que nos dio vive en nosotros.