Dios se complace en ustedes cuando hacen lo que saben que es correcto y sufren con paciencia cuando reciben un trato injusto.

Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal. Pero, si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes.

Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.

Él nunca pecó y jamás engañó a nadie.

No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia.

Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz, para que nosotros podamos estar libres del pecado, (su poder y sus consecuencias) y vivir para lo que es recto.

Por las heridas de Jesús, ustedes son sanados.

Antes eran como ovejas que andaban descarriadas.

Pero ahora han vuelto a su Pastor, al Guardián de sus almas. Jesús.

(1 Pedro 2:19-25)

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