Es hora que los Cristianos nos demos cuenta del tiempo en que vivimos.

Estos son “los postreros días” y debemos enfocarnos en la salvación de los perdidos y llevarles la verdad y la consolación que da Jesús.

Estamos en el tiempo de la “gran cosecha final” y en eso debemos enfocarnos, además de ser llenos del Espíritu Santo, discipular a los nuevos cristianos, trabajar “sosegadamente” viviendo nuestras vidas con sobriedad y “aligerando nuestro equipaje” es decir dejar todo lo superfluo y enfocarnos en el propósito que Dios tiene para con nosotros.

Debemos ser honestos y “dar a Dios lo que es de Dios” para que El nos pueda prosperar en todos los sentidos.

Debemos buscar ser obedientes a lo que Dios nos muestra y caminar con su sabiduría y su poder en estos tiempos difíciles en que nos toca vivir.

Jesús viene pronto, es decir “el arrebatamiento” de la Iglesia (de los que son de El) está muy cercano pero antes se debe predicar el Evangelio a todas las naciones. En un momento Dios se llevará al cielo a los que suyos.

Cristiano: ordena tu vida, quita de tu casa todo aquello que a Dios no le agrada, procura orar 3 veces al día (mañana, mediodía y a la noche) por lo menos, y en el momento que sea necesario y necesites dirección para tomar decisiones.

Combate el estrés de todas las maneras y recibe la paz de Jesús y camina en ella.

No te preocupes en demasía ni tengas temor por los acontecimientos que están sucediendo en el mundo.

Dios tiene todo bajo su control y El es tu escudo de protección.

Confía en El siempre y ora llevando todas tus preocupaciones y verás como te responde y como hace milagros maravillosos. El es real y actúa hoy como siempre, porque El es el mismo hoy, ayer y por los siglos.

Procura vivir en santidad, haciendo la voluntad de Dios, porque Dios está disciplinando y “puliendo” (esto es muy real) a sus hijos para prepararlos para su venida y para que trabajen en la gran cosecha final antes de llevarlos al cielo.

Cristiano: ¿En que ocuparás el resto de tu vida? ¿en cosas intrascendentes?

o ¿en extender el Reino de los cielos y llevar almas eternas con Dios?

¿En hacerte tesoros eternos en el cielo? o ¿desperdiciarás tu tiempo en cosas que no perdurarán?

Recuerda: tus buenas obras permanecerán para siempre y los que ganes para Cristo son almas que estarán en el cielo por toda la eternidad.

Gustavo Isbert

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