Yo tengo todo bajo mi absoluto control, no cae a tierra un pajarito sin que yo lo permita.
Nada puede sucederte sin mi permiso, y nunca te dejaré y jamás te desampararé.
Yo estoy en ti y contigo todo el tiempo, no necesitas una cita para hablar conmigo, solo comienza a orar y ya estamos en contacto, tu lo estableces cuando tu quieres y yo siempre estoy. Jamás estoy distraído u ocupado en “las muchas cosas” o tan cansado para no atenderte. Yo soy mucho más “que el genio de la lámpara maravillosa” y concedo mucho más que tres deseos. Solo que los concedo en mi tiempo y en mis condiciones y si no te hace bien lo que me pedís recibirás solo silencio.
Eres muy bienaventurado de saber y vivir esta realidad.
Yo soy “El viviente que te ve”.
Cuando te vengan desalientos o temores o frustraciones: ¡cuenta conmigo! Pero recuerda que seguramente en ese momento estás viendo las cosas desde tu propia perspectiva limitada y no desde la mía.
¿Lo que hago yo, quién lo estorbará?
Estoy ahora, en este momento a tu lado, así que habla conmigo y no me cuentes demasiados detalles de la situación porque yo ya la conozco mejor que tú.
¿Para que te preocupas? O ¿para que andar “enlutado por la opresión del enemigo”?… que es como una nube que pronto pasa.
Relájate y confía. A mi nadie me puede engañar, confundir o sorprender. Ya sé el futuro y lo que viene y nada me toma por sorpresa. Yo siempre tengo una salida sorprendente para cada cosa.
Se feliz viviendo la vida junto conmigo, y compartiendo tus asuntos diarios conmigo.
Vuélcate a mi con todo tu corazón y definitivamente.
Recuerda: Yo nunca me olvidaré de ti.
Desde la eternidad y por la eternidad te amé y te amaré, y siempre estuviste en mis pensamientos… o ¿te olvidaste que fui yo quién te creó? Por mi voluntad fuiste creado porque te amé desde la eternidad. Mío eres tú. ¡No te lo olvides!
Jesús.
Palabras de Jesús dadas al predicador Gustavo Isbert para que las comparta contigo. Esta palabras son para ti también.