a) Escrituras clave
Juan 4:23-24
Hebreos 13:15
Salmo 100: 4
Efesios 5:19-20
Romanos 12:1
Colosenses 3:16-17
1 Pedro 2:9
b) Introducción
- Las palabras «alabanza y adoración» cubren toda nuestra respuesta de amor y aprecio al Señor. Resumen nuestra razón de vivir (Isaías 43:21; Efesios 1:6, 12, 14).
- Deberíamos agradecer a Dios por lo que nos ha dado.
- Deberíamos alabar a Dios por lo que ha hecho por nosotros.
- Deberíamos adorar a Dios por quien es para nosotros.
Necesitamos siempre tener un corazón agradecido a Dios que ha hecho tanto por nosotros (Salmo 100:4). De hecho, Pablo nos exhorta a regocijarnos en el Señor siempre (Filipenses 4:4). Dios nos ama, se preocupa por nosotros, y quiere que lo sepamos. Desde un corazón agradecido podemos darle gracias y adorarle en espíritu y en verdad.
c) ¿Qué es la alabanza?
- Reconocer quién es Dios (Salmo 104:1-35; 1 Crónicas 29:10-13).
- Reconocer a Dios, por todo lo que ha hecho por nosotros (Salmo 25:8-10; Isaías 25:1).
- Ensalzar a Dios (Salmo 34:3; Salmo 99:5).
- Honrar a Dios (Daniel 4:34-37).
- Magnificar a Dios (Lucas 1:46; Hechos 10:46).
- Maravillarse de Dios (2 Tesalonicenses 1:10).
- Glorificar a Dios (Apocalipsis 15:4; Salmo 29:1).
¿Por qué deberíamos alabar a Dios?
- Dios es entronado en la alabanza de su pueblo (Salmo 22:3).
- Nada puede alabar a Dios como el hombre (Salmo 30:9; Salmo 115:17-18).
- La alabanza levanta y se regocija en los grandes hechos de Dios tanto ahora como en el pasado (Salmo 40:5; Salmo 98:1; Éxodo 15:6).
- La alabanza proclama la grandeza y majestad de Dios al mundo (Salmo 66:5-8).
- La alabanza libera la bendición de Dios a nosotros (Salmo (67:5-7).
- La alabanza libera el poder de Dios (Salmo 149:6-9; 2 Crónicas 20:12,22).
- Dios creó al hombre para que le alabase (Isaías 43:21; Efesios 1:3-14).
- Hemos sido instruidos para alabar a Dios (Efesios 5:18-20; Salmo 146:1; Salmo 100:4).
- La alabanza es un sacrificio que agrada a Dios (Hebreos 13:15-16; Salmo 107:21-22; 2 Samuel 24:24); no necesariamente sólo nuestros labios sino todo nuestro ser (Romanos 12:1).
- Dios es digno de recibir nuestra alabanza (Apocalipsis 5:9-14).
e) La alabanza es un arma
La alabanza puede ser un arma contra nuestro enemigo, Satanás, porque Satanás es alérgico a la alabanza. En la guerra espiritual, no seguimos alabando y cantando sólo por amor a ello, sino al contrario, deberíamos sentir, por el Espíritu Santo, la Palabra de Dios en la que reposa la unción de Dios (Salmo 56:4,10-11; 2 Crónicas 20:21-22). Deberíamos perseverar hasta que el poder de Dios se abra camino (Hechos 16:25). Esta clase de alabanza no es pronunciada sólo silenciosamente en nuestro corazón sino, más bien, ¡ha de ser oída!
f) Siete palabras hebreas para alabanza
1. Yadah: alcanzar la mano, reverenciar o adorar con las manos extendidas (Génesis 29:35; 2 Crónicas 7:6; Salmo 107:8).
2. Halal: ser claro, hacer un espectáculo, enorgullecerse y ser necio, entusiasmarse o celebrar (1 Crónicas 23:5, 30); 2 Crónicas 20:19,21; Salmo 69:30; Salmo 150:1-6).
3. Tehillah: (de «halal» laudación o himno de alabanza (Deuteronomio 10:21; 2 Crónicas 20:22; Salmo 100:4; Salmo 145:25) Dios es entronado en esta clase de alabanza (Salmo 22:3).
4. Barak: arrodillarse y, por implicación, bendecir a Dios como acto de adoración (Jueces 5:2).
5. Zamar: golpear con los dedos, tocar un instrumento acompañado por voces, por lo tanto celebrar en cántico música (Salmo 21:13; Salmo 57:7: Salmo 108:1).
6. Shabach: dirigirse o glorificar a Dios en un tono o grito alto (Salmo 63:3; Salmo 117:16; Salmo 145:4).
7. Towdah: una extensión de la mano en adoración; específicamente un coro de adoradores; una confesión a sacrificio de alabanza (Salmo 100:1; Jeremías 17:26; Jeremías 33:11).
g) ¿Qué es la adoración?
Adoración: Apreciara Dios porque El es digno (Apocalipsis 4:11; Apocalipsis 5:12). Las palabras hebreas «adoración» son «segad» y «shachah» y estas significan «inclinarse». También llevan en su significado la idea una relación entre un perro y su amo, es decir, amor, adorador. La palabra griega principal traducida como «adoración» es «proskuneo» y significa «besar la mano; rendir homenaje o reverenciar». La adoración bíblica ti entonces el significado implícito de la adoración desinteresada de un ser mayor.
Jesús derramó su sangre para darnos el privilegio de adorar al Padre (Hebreos 10:19-22). A través de Jesús, t creyente llega a ser un sacerdote de Dios, es decir, aquellos que presentan el pueblo de Dios, a Dios, y Dios al pueblo (Apocalipsis 1:6; 1 Pedro 2:9). Debemos poner a Dios primero en nuestra vida y la adoración es una expresión de esto. Cuando damos a Dios en esta manera El nos acerca a sí mismo y nos colma de bendiciones. Adorar a Dios no es sólo cantar canciones. En efecto, como discípulos de Jesús todo lo que hacemos, es decir, nuestro trabajo, actividades de ocio, estudio, vida familiar, etcétera) debería ser adoración a Dios. La verdadera adoración a Dios involucra dar el 100% de nuestra vida a El; estar totalmente dispuestos y totalmente obedientes a El. La adoración de Dios es un estilo de vida de traer gloria a Dios.
h) La adoración es lo que busca el Padre
Jesús dijo:
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren.
(Juan 4:23-24)
Nota que este pasaje enseña cinco puntos:
1. Adoramos al Padre
Como sus hijos e hijas redimidos, le amamos porque primero El nos amó (1 Juan 4:19).
2. Adoramos desde nuestro espíritu
Esto significa que debemos nacer de nuevo del Espíritu Santo si hemos de adorar a Dios aceptablemente. Nuestra adoración a Dios debería ser llevada e inspirada por el Espíritu Santo. Sólo El sabe adorar a Dios de una manera que sea agradable al Padre (1 Corintios 2:10-16; Juan 16:13-15).
3. Adoramos desde nuestro corazón
Adoramos en verdad; desde la realidad de una vida vivida en comunión con Dios el Padre, por Jesús Su Hijo. La palabra griega traducida como «verdad» es «aletheia» la cual también significa «realidad». Necesitamos ofrecer nuestra más sincera adoración a Dios con nuestra boca (Mateo 15:8-9). Necesitamos expresar la melodía en nuestro corazón (Efesios 5:19) y el gozo que Jesús nos trae (Lucas 1:16-47).
4. Adoramos con nuestro entendimiento
Porque adoramos a un Dios que conocemos personalmente (Juan 4:22; Hechos 17:22-23; 1 Corintios 14:15).
5. Adoramos voluntariamente
No alabamos o adoramos a Dios por iniciativa, sino porque El lo desea.
La adoración es una prioridad en el cielo. Siempre que veamos una imagen de Dios en la Biblia, vemos la adoración en desarrollo (Isaías 6:1-5; Apocalipsis 4:6-1.1; Ezequiel 47:1-12). La adoración da lugar al dominio de Dios y la forma de adoración o liturgia (lo que hacemos) no es la cuestión. La cuestión es si la vida de Dios está en nuestra adoración.
i) ¿De qué maneras podemos ofrecer alabanza y adoración a Dios?
- Con palabras (Salmo 9:1).
- Con gritos (Salmo 95:1).
- Con inclinación (Salmo 95:6)
- Con cántico (Salmo 104:33; Salmo 33:1)
- Con baile (esto es un símbolo de una verdad mayor, que toda nuestra vida, cuerpo, alma y espíritu, están dados al Señor en respuesta a Su amor) (Salmo 150:4; Salmo 149:3).
- Con las manos alzadas, expresando dependencia en el Señor o victoria en el Señor (Salmo 134:2).
- Con instrumentos; normalmente, aunque no siempre acompañado por cántico (Salmo 150:3-5; Salmo 98:4-6).
- Con todo nuestro estilo de vida (Romanos 12:1; Filipenses 1:20, 1 Corintios 6:20; Efesios 5:20; 1 Tesalonicenses 5:16-18).
- Cantar con el espíritu, nuestro lenguaje dado por Dios (1 Corintios 14:15).
- Con salmos: palabras cantadas de la Biblia (especialmente los Salmos); himnos: composiciones que especialmente ensalzan a Jesús como Señor; canciones espirituales: canciones originales, o bien preparadas o inspiradas espontáneamente por el Espíritu Santo, que expresan nuestra experiencia del Señor (Efesios 5:19-20)
j) La imagen del tabernáculo de Moisés (Hebreos 8:5)
1. Como incrédulos estamos fuera del tabernáculo.
2. Entramos en el atrio exterior a la invitación de Dios al altar de los holocaustos (aquí nuestros pecados son perdonados) y luego seguimos a la fuente de bronce (donde somos lavados y limpiados).
3. Perdonados, lavados y limpios (cristianos nacidos de nuevo) podemos entrar en el Lugar Santo como sacerdotes de Dios. Vamos al altar del incienso (para ofrecer oraciones) y usamos el incienso mezclado por los sacerdotes. Podemos ir a la mesa para el pan de la proposición que ha sido preparado y cocido al horno por hombres (para leer y comer de la Palabra de Dios y la Cena del Señor). Podemos ver por el candelero de oro encendido que tiene aceite de oliva preparado y proporcionado por el hombre (para tener comunión y caminar en la luz de Dios.
4. Luego podemos pasar por el velo roto y entrar en el Lugar Santísimo donde todo es sobrenatural. Aquí está la presencia de Dios contenida arriba del Arca del Testimonio. El arca contiene las tablas de piedra con mandamientos de Dios en ellas (Dios habla Su ley y Palabra directamente a nosotros). Delante del arca están la bara de Aarón (Dios nos da su autoridad y su vida) y una jarra de maná (Dios nos da eternamente Su provisión sobrenatural escondida). En este lugar descansamos con Dios y nos sentamos a sus pies. Aquí El nos ministra y nosotros le adoramos. Porque somos sacerdotes de Dios en Jesús (1 Pedro 2:9), podemos acercarnos a Dios con libertad y confianza (Efesios 3:12; Hebreos 10:19- 22).
k) Preguntas y puntos de reflexión
1. ¿Agradeces a Dios por todo lo que hace por ti? ¿Deberías?
2. Deberíamos vivir un estilo de vida en que la alabanza y adoración son centrales como discípulo de Jesús?
3. ¿Sabías que Dios canta? (Sofonías 3:17).
4. ¿Cuándo bajó la gloria de Dios en el templo construido por Dios en Israel por Salomón? (2 Crónicas 5:11-14).
5. En qué maneras alabas y adoras al Señor?
6. ¿Hay alguna lección que aprender en el pasaje que describe a David cuando trae al Arca del Testimonio a Jerusalén y la reacción de Mical, la hija de Saúl? (2 Samuel 6:12-16,20-23).
7. Cuando adoras a Dios, ¿cantas canciones o le adoras en espíritu y en verdad?
8. ¿Hasta dónde has llegado con el Señor en tu alabanza y adoración? Considera esta pregunta a la luz de la imagen del tabernáculo de Moisés.
I) Resumen y aplicación
1. Ahora que eres un discípulo de Jesús tienes algo de qué regocijarte y algo de qué cantar.
2. Deberíamos alabara Dios en todo momento (Salmo 34:1; Salmo 145:2) y en toda circunstancia (Hebreos 13:15).
3. Nuestra alabanza y adoración debería ser una ofrenda a Dios que sale de un corazón recto (Salmo 119:7), y debería ser ofrecida con todo nuestro corazón (Salmo 138:1).
4. No ofrecemos alabanza y adoración para agradar a hombres sino para agradar a Dios.
5. Deberíamos adorar a Dios en espíritu y en verdad porque esta es la clase de adoradores que nuestro Padre celestial busca (Juan 4:23-24).