a) Escrituras clave

1 Pedro 3:1-7
1 Corintios 7:1-40
Colosenses 3:18-21
Mateo 19:1-12
Génesis 2:18-25
Efesios 6:1-4
Proverbios 31:10-31
Timoteo 5:4,8
Efesios 5:21-33
Corintios 11:3,11-12

b) Introducción

La unidad familiar fue instituida por Dios (Génesis 1:27-28; Génesis 2:24). Fue diseñada para ser una célula estable en la que hombres, mujeres y sus hijos podrían expresar los principios del Reino de Dios. La familia tenía que capacitar la multiplicación de la raza humana y también el crecimiento espiritual de todos sus miembros. Hoy día, sin embargo, esta célula familiar se ha estropeado. En vez de ser, como pretendía Dios, una base estable alrededor de la cual la sociedad pueda desarrollarse, la familia se ha convertido en una institución fragmentada que tiene efectos mutilantes de mucho alcance en la totalidad de la sociedad. Si los principios de Dios para la vida familiar son reestablecidos entonces la familia puede, una vez más, ser el fundamento estable de la vida para lo cual fue diseñada, y esto permitirá que cada miembro en ella tenga una fuerte protección del mundo turbulento en que vivimos.

Dios ha decretado papeles de relaciones especiales en la familia que cada miembro ha de adoptar para que la unidad familiar funcione con éxito.

LA UNIDAD FAMILIAR DE DIOS

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A. LA RELACION ENTRE MARIDO Y MUJER

La relación entre marido y mujer y Dios

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Sumisión

(Nota: A medida que vayan acercándose al Señor,
así también se acercan el uno al otro.)

a) El papel del marido

1. Ha de ser la cabeza (Génesis 3:16; 1 Corintios 11:3; Efesios 5:23)

El marido ha de ser cabeza de su mujer, tal como Jesús es Cabeza del hombre y Cabeza de la iglesia. Este es un puesto decretado por Dios. Es el orden divino. El marido es la autoridad delegada de Dios sobre su mujer e hijos.

Este es un papel de responsabilidad y autoridad. El marido vive bajo la autoridad de Cristo y es responsable ante Cristo por la jefatura y cuidado de su mujer (y familia). Como cabeza de la familia, ha de estar ante Dios para buscar la guía divina referente a las necesidades espirituales, emocionales y físicas de su mujer y familia. También ha de orar por la protección y bendición de Dios sobre ellos. No es una cuestión de sentirse indigno o incompetente, sino ver que este es el papel del marido. Ha de funcionar como sacerdote para su familia (1 Pedro 2:9). El debería representar la autoridad de Dios en su familia y representar a su familia ante Dios. Debería dar dirección espiritual a su familia, trayendo la disciplina de Dios y también haciendo que la salvación de la familia entera sea un asunto primordial. Si el marido vive como debería, entonces Dios honrará y le bendecirá tanto a él como a su familia.

2. Ha de amar, a su mujer (Efesios 5:25,28,33)

Esto es un mandamiento; no una opción. La palabra para "amor" aquí es "ágape" en el griego y este es un amor abnegado tal como el amor que mostró Jesús cuando murió por nosotros. Esta clase de amor exige un comportamiento correcto y no se basa sólo en buenos sentimientos. 1 Corintios 13:4-8 nos muestra que esta clase de amor es paciente, bondadoso, no falla, etcétera, estas son cualidades que el marido debería poseer. Es el sacrificio del yo. Tantos matrimonios caen lejos de lo mejor de Dios, porque el marido toma a su mujer como algo propio y no continúa comportándose de una manera amorosa hacia ella. Entonces, está fallando en la realización de su papel de relación decretado por Dios. El marido ha de amar a su mujer como a sí mismo. De la misma manera que haría todo lo posible para cuidarse de sí mismo, también ha de hacer todo lo posible para cuidar a su mujer.

3. Ha de alimentar y cuidar de su mujer

Dios ha hecho a las mujeres para que al casarse, su deseo sea para su marido y su jefatura (Génesis 3:16). Las mujeres también son más sensibles, emocionalmente, que los hombres. Entonces el marido tiene el papel ante Dios de cubrir las necesidades prácticas y emocionales de su mujer. Debe prestarle atención amorosa, comunicarse con ella, y ser romántico porque su mujer lo necesitará.

Vosotros, maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. (1 Pedro 3:7)

4. Ha de alabar a su mujer (Proverbios 31:28).

El marido tiene el papel de pastor para su mujer, para facilitar que desarrolle sus talentos naturales, así como ver que florezca en su ministerio espiritual. Aunque el marido tiene autoridad y responsabilidad sobre todo lo que tiene lugar en la unidad familiar, debe respetar plenamente la esfera de deber y competencia de su mujer. En esta esfera, es su lugar proveer superintendencia amplia, dejándole en sus manos la responsabilidad y autoridad inmediata.

b) Siete pasos prácticos para el marido

1. El marido debe saber que la opinión de la mujer es tan valiosa como la del hombre

Es la responsabilidad del marido edificar autovalía en su mujer y comunicar su gratitud por la hechura de Dios en su vida hasta aquí. El no creer que sus opiniones son tan importantes como las suyas criarán semillas de resentimiento. La intuición de una mujer muchas veces es más acertada que la lógica de un hombre. Esto se recalca claramente por la sensibilidad emocional de ella a las necesidades de los niños. El no tomar tiempo con ella para ayudarle a expresar lo que siente puede producir frustración y sentimientos de insuficiencia en ella.

2. La actitud del marido hacia las decisiones cotidianas de su mujer tiene un efecto directo sobre la actitud de ella hacia las decisiones importantes de él

En situaciones en las que no es imprescindible que el marido haga su voluntad, si es sensible a su mujer y está dispuesto a decidir a favor de ella, será más fácil para ella someterse a él cuando tome decisiones en las que ella tiene una opinión distinta. Esto es enseñar deferencia (un ceder respetuoso u otorgar los deseos de otro) por parte de él.

3. El marido debería saber empatizar con su mujer

El marido debería intentar sentir como se siente su mujer, en especial cuando ella esté enferma o deprimida. El necesita ser sensible a sus necesidades, comunicando amor y reverencia para ella. Los ciclos de una mujer muchas veces son más pronunciados que los de un hombre. El marido sabio planeará ser sensible durante sus "bajas" y evitará frases tan comunes como: "¿Qué te pasa ahora?"

4. El marido debería aprender a llevar las cargas de su mujer

Debería existir una relación lo suficientemente profunda y cálida entre marido y mujer en la que ambos estén libres para compartir cargas y problemas sin temor de repudio ni de rechazo. Cuando la mujer quiere un oído que le escuche, no es el momento para darle soluciones a sus frustraciones. Maridos y mujeres normalmente saben cuáles son sus debilidades a los ojos de su pareja. Cuando uno felicita las fuerzas y logros del otro, hay motivación para mejorar y agradar al otro aún más.

5. El marido debería tener compasión

Existe una tendencia para que muchos hombres desarrollen la idea de que el hombre verdadero es uno que es dogmático, autoritario y voluntarioso. En el mejor de los casos, estas ideas falsas conseguirán obediencia, pero no ganarán el respeto de la mujer. Es la responsabilidad del marido tanto amar como guiar (Proverbios 18:12). También es imperativo que el marido enseñe a sus labios a decir lo que quiere que digan (Proverbios 10:13). El marido necesita aprender a tratar con el verdadero problema en vez de atacar verbalmente el carácter de su mujer. Cuando su mujer le desconcierta, su motivación debería ser discernir por qué hizo lo que hizo, en vez de condenar sus fracasos.

6. El marido debería aprender a usar buenos modales en todo momento

Los modales del marido hacia su mujer deberían haberse mejorado desde sus días de cortejo. El ser descuidado en esta área comunica la idea de que tiene una opinión más baja de ella. Una mujer tiende a creer lo que siente y experimenta. Si no puede sentir la atención especial es improbable que crea que su marido verdaderamente le ama.

7. El marido debería dar un ejemplo de vivir piadoso

Esto significa que el marido debería mostrar justicia, amabilidad, bondad y amor etcétera; y estar dispuesto a perdonar.

c) El papel de la mujer

Las mujeres deben someterse a sus maridos como al Señor (Efesios 5:22). Las mujeres incluso deberían someterse a un marido que todavía no sea salvo (1 Pedro 3:1) y deberían respetar a su marido (Efesios 5:33).

1. Una mujer necesita tener su enfoque en el Señor, desarrollando su relación con El, como para tener una buena relación con su marido. En efecto, es importante que tanto el marido como la mujer tenga su enfoque en el Señor. Cuanto más se acercan al Señor, más serán atraídos el uno al otro.

2. La intuición de una mujer puede ser más acertada que la lógica de un hombre. Muchas veces ella no puede poner sus sentimientos en palabras de improvisto, pero esto no debería ser una base para que ella no haga caso de sus propias opiniones; en cambio, debería compartirlas con su marido.

3. ¿Cómo debería manejar una mujer un desacuerdo que se desarrolle entre su marido y ella, en especial cuando siente que es el marido quien está equivocado? Una mujer debe reconocer que Dios es la Cabeza de su marido. Si una mujer mantiene su actitud de sumisión, tanto a su marido como a Dios (1 Pedro 3:1-7), entonces Dios cambiará la decisión de su marido, especialmente si está a punto de tomar una decisión que a la larga destruiría los propósitos de Dios para su matrimonio y familia.

4. Una mujer no debería intentar demasiado proteger a su marido de "equivocarse", porque se puede amenazar el orgullo y autoridad del marido y él hará justo lo opuesto para ejercer "su voluntad".

5. Una mujer debería orar por su marido diariamente y animarle en su papel como cabeza de la familia y en su trabajo etc.; (Proverbios 12:25).

B. LA RELACION ENTRE PADRES E HIJOS

a) El papel de los padres (Colosenses 3:18-20)

A los padres se les confía la responsabilidad de desarrollar el potencial dado por Dios a los niños. Entonces, deben criar a sus hijos en una forma piadosa (Efesios 6:4). En efecto, el propósito de los padres debería ser de presentar a sus hijos maduros en Cristo para servicio a Dios. Los niños bien entrenados en los caminos de Díos no apartarán de estos caminos cuando sean mayores (Proverbios 22:6). Los padres no son dueños de sus hijos,

que Dios les ha confiado la custodia de esos niños.

b) La responsabilidad de los padres hacia sus hijos

1. Los niños deberían ser queridos y amados

El amor compartido entre los miembros de la familia es esencial para la supervivencia de la misma. Sin amor, un hogar se convierte en una casa donde la gente meramente come, duerme y se va lo antes posible y lo más a menudo posible de allí. Los padres dirigen mal su amor cuando demuestran más preocupación por proyectos familiares (por ejemplo, mejoras en la casa) que por los miembros de la familia; favorecen a un miembro de la familia ante otro (aunque sea sin querer); ponen su trabajo ante la familia; miman a sus hijos rehusando decirles que "no" y dándoles todo lo que quieren, aunque lo necesiten o no; y ejercitando poco o nada de disciplina consecuente (es decir instrucción y corrección).

2. Dios considera a los niños una bendición Son:

– Herencia del Señor, es decir, dados por Dios (Salmo 127:3).

– Una bendición y no una maldición (Deuteronomio 28:4).

– Como saetas en mano del valiente; ¡una aljaba son seis! (Salmo 127:4-5).

– La recompensa del Señor (Salmo 127:3)

– Como plantas de olivo alrededor de tu mesa (Salmo 128:3).

– Una corona (Proverbios 17:6).

3. Los niños deben recibir corrección cuando sea necesario

Los padres deberían disciplinar a sus hijos para evitar mimarles (Proverbios 29:21). Si los padres evitan tener una influencia directiva sobre la vida de sus hijos, ciertamente no lo hará el diablo. Los niños deben aprender que el comportamiento malo será disciplinado, no en ira sino en amor. Dios nos disciplina porque El nos ama, y los padres deberían disciplinar a sus hijos porque les aman (Hebreos 12:5-11).

La corrección de los niños es importante por tres razones básicas:

– La necedad está ligada en el corazón del muchacho (Proverbios 25:15; Proverbios 23:13-14).

– La necedad dejada en un niño producirá soberbia (Proverbios 14:3).

– La necedad y soberbia dejadas en un niño o niña al final le destruirá, porque esto trae contienda (Proverbios 13:10), lucha (Proverbios 28:25) y vergüenza (Proverbios 11:12; Proverbios 29:15).

4. Los niños no han de ser provocados sino criados en el entrenamiento e instrucción del Señor (Efesios 6:4; Colosenses 3:21; Proverbios 22:6).

Al "entrenamiento" se le puede definir: "moldear el carácter por la práctica de la disciplina y la repetición; y preparación para contender". El entrenamiento es más que enseñanza, porque la enseñanza ayuda al niño a saber lo que ha de hacer, mientras que el entrenamiento le influye y se asegura de que lo haga. Aquel trata de la mente y éste de la voluntad. No el mirar y corregir errores, sino el mirar y prevenirlos es el verdadero entrenamiento. La infancia está marcada por la vivacidad de los sentimientos y la susceptibilidad de impresiones, y estas son usadas por el padre para crear sentimientos de todo lo que es bueno, haciéndolo atractivo y deseable. El poder del entrenamiento eficaz está no en aquello que un padre pueda decir y enseñar sino en lo que es y hace. No podemos enseñar a los niños ideales con los que nosotros no cumplimos. Cuando vivimos lo que enseñamos podemos enseñar a otros a vivir (Proverbios 20:7). El amor de los padres, inspirado por el amor de Dios, ejercita una gran influencia en el hogar e inspira la crianza eficaz de los niños. El amor que atrae es más que la ley que exige.

5. A los niños se les ha de permitir crecer y establecer independencia

Los padres necesitan confiar sus hijos al Señor y permitirles que crezcan. Esto se tiene que hacer con sensibilidad de parte de los padres en el momento adecuado. Es correcto que los niños crezcan y pierdan su dependencia de los padres.

Es bueno establecer pautas a los hijos, pero los padres no han de ser legalistas acerca de ellas, en especial cuando los niños se hacen mayores. Se tiene que desarrollar comunicación entre padres e hijos. Necesita haber comunicación para averiguar razones detrás del comportamiento, y comprensión de actitudes llevando a un ajuste de las pautas si hace falta. A veces los niños sienten y declaran que sus padres son demasiado protectores; que se preocupan demasiado; que no escuchan; que son hipócritas (es decir, que profesan ser algo que no son). Estas cosas no se podrían decir de padres que aman a sus hijos en una forma piadosa, porque estos padres desean ser cambiados en carácter y comportamiento mediante la práctica de la Palabra de Dios y su Espíritu Santo. La manera de Dios es que los niños sean criados de tal forma que se hagan cristianos ellos mismos y que sigan adelante a vivir su propia vida, todavía con amor y respeto hacia sus padres.

Recuerda, la rebelión en un joven no es sólo una fase por la que todo niño ha de pasar. La rebelión contra los padres es un pecado. Es igual que rebelarse contra el Señor que ha puesto a los padres para ser responsables por el bienestar de sus hijos. Para evitar esto, los padres deberían permitir a sus hijos que tengan independencia en el momento preciso.

c) El papel de los hijos (Colosenses 3:20)

Dios espera que los niños obedezcan, honren y respeten a sus padres. Este es su papel de relación. El quinto mandamiento es:

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. (Éxodo 20:12)

Este es el primer mandamiento con una promesa adjunta.

Los niños deberían esforzarse por ser como Jesús, especialmente en sus actitudes y reacciones. Jesús estuvo sujeto a la autoridad de su padre y madre aunque a veces parecía que iba contraria a los asuntos de su Padre. Jesús, por su obediencia, creció en sabiduría (mentalmente) y en estatura (físicamente) y en el favor de Dios (espiritualmente) y como hombre (socialmente). (Lucas 2:46-52).

Los niños necesitan esforzarse por mantener una actitud positiva, sin enfado ni amargura hacia sus padres (Efesios 6:1-3). Deberían buscar el perdón de Dios y de sus padres si las actitudes han llegado a ser malas. Esto les librará de culpabilidad, concentración de tensiones y arranques de cólera. No es correcto nunca retener ni amargura ni resentimiento (Marcos 11:25). Los niños deberían desarrollar confianza en la habilidad de sus padres y someterse a lo que los padres creen que es bueno para ellos. Si lo que piden los padres de un niño es contrario a los caminos de Dios, entonces el niño debería pedirle a Dios que ponga bien a los que ha puesto sobre él.

Los niños han de obedecer a sus padres en el Señor y cuidar de ellos cuando sean mayores (Efesios 6:1-5; 1 Timoteo 5:4,8).

d) Preguntas y puntos de meditación

1. ¿Porqué es la unidad familiar tan importante? ¿Porqué necesita ser estable? ¿Porqué una vida familiar pobre resulta en el quebrantamiento progresivo de la sociedad?

2. ¿Cómo puede un marido equilibrar los dos conceptos de amor y autoridad en su familia? Discútelo.

3. ¿Por qué no quiere Dios que ninguno que no pueda cuidar de su propia familia sea elevado al liderazgo espiritual, especialmente en la iglesia local? (1 Timoteo 3: 4-5, 11-12).

4. ¿Quién debería tomar las decisiones sobre a qué iglesia asistir y adónde deberían ir los diezmos?

5. ¿Por qué necesitan someterse las parejas el uno al otro en reverencia hacia Cristo? (Efesios 5:21).

6. Si tu pareja aún no conoce al Señor, él o ella está en una posición privilegiada. ¿Cuál es? (1 Corintios 7:14).

7. ¿Cómo es una mujer contenciosa? (Proverbios 19:13).

8. Si una mujer actúa en reverencia y sumisión a su marido, ¿no se convertirá en una "alfombrita" para él?

9. Dios nos disciplina porque nos ama (Hebreos 12:6).

10. Los padres a veces dicen lo siguiente: "mientras vivas en nuestra casa, harás lo que te digamos, y cuando vivas solo podrás hacer todo lo que quieras".

– ¿Es esta la actitud y reacción correcta al niño?

– ¿Qué semillas están siendo sembradas por los padres?

– ¿Hace esta declaración que el niño sienta que al padre no le importa lo que a él le suceda después que se vaya del hogar, y que ese día no puede llegar lo suficientemente pronto?

11. ¿Se debería animar a los niños a ser adoradores de Dios? (Mateo 21:15-16).

12. Niños, si la actitud de ustedes hacia sus padres ha sido equivocada, entonces busquen el perdón de Dios y el de sus padres.

Padres, si la actitud de ustedes hacia sus hijos ha sido equivocada, entonces busquen el perdón de Dios y el de sus hijos.

e) Resumen y aplicación

1. La unidad familiar es instituida por Dios. Hombres, mujeres y niños deberían encontrar estabilidad en ella y deberían capacitar el crecimiento espiritual de todos sus miembros.

2. La unidad familiar ha de tener a Jesucristo por Cabeza, es decir, Jesús ha de ser el Señor de la familia.

3. El marido es la autoridad delegada por Cristo sobre toda la familia. El ha de ser cabeza de su mujer y la autoridad principal sobre los niños.

4. El marido ha de amar y guiar a su mujer y ha de actuar como sacerdote de su familia.

5. La mujer ha de ser la ayuda idónea del marido. Se espera de ella que se someta y respete a su marido.

6. Es el deseo de Dios salvar todos los hogares mediante las oraciones y el ejemplo de los creyentes en esos hogares (Hechos 16:3 1; 1 Timoteo 2:14).

7. Los padres no son los propietarios de sus hijos. Son los administradores de Dios que tienen la responsabilidad de criar a sus hijos de una manera piadosa y desarrollar el potencial dado por Dios a sus hijos.

8. "Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza, mas no se apresure tu alma para destruirlo". (Proverbios 19:18).

9. Los niños necesitan ser enseñados en la Palabra de Dios (Deuteronomio 6:1-7).

10. Corrección/disciplina u orgullo/rebelión -la elección está en los padres respecto a la educación de sus hijos.

11. Se espera de los niños que obedezcan, honren y respeten a sus padres.

12. "Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos sus padres". (Proverbios 17:6).

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