¡Sanen a los enfermos! esa es mi orden, independientemente de cómo ustedes (y ellos) se sientan o estén.
Aparecerán miles de enfermedades incurables y enfermos incurables: ¡OREN POR ELLOS! ¡YO YA LES HE DADO LA ÓRDEN Y EL PODER! (nos dice Jesús).
(Mateo 10:8)
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
(Mateo 10:8) VP
Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
(Lucas 10:9) (De una ciudad entera)
Sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.
(Santiago 5:14) Tú eres un anciano de la Iglesia: tu oras a mí y yo lo levantaré.
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
(Santiago 5:14)
Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite.
(Santiago 5:15)
Y cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará.
(Santiago 5:16) Esta es una orden mía. ¡Háganlo!
Oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.
(Mateo 7:7) Si piden yo responderé.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
(Juan 15:7)
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
(Juan 16:24) ¡PIDAN!
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
(Marcos 11:24)
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
(Juan 14:13)
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
(Juan 14:14)
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
(Juan 16:23)
De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
(Lucas 24:49)
He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
(Hechos 1:8) pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
(Hechos 2:4) ¡YA LO RECIBIMOS! ¡YA DIÓ EL PODER! ¡Entonces actuemos guiados por el espíritu Santo!
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
(Lucas 9:1)
Habiendo reunido a sus discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
(Romanos 15:18) Pablo lo sabía y actuaba conforme a lo recibido.
Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,
(Romanos 15:19)
con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.
(Romanos 9:17)
Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.
(Juan 15:16) El nos «metió en esto» Jesús nos manda a hacerlo.
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
(Marcos 10:27)
Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.
(Lucas 1:37) Si hay algo imposible ¡Entonces puede hacerse!
Porque nada hay imposible para Dios.
(Lucas 18:27)
El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
(Mateo 17:20)
De cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.(A nosotros).