PENSAR QUE DIOS ES HUMILDE Y NOSOTROS NOS ENORGULLECEMOS POR CUALQUIER COSA.
Meditemos en esto:
(Mateo 11:29) Jesús dijo:
Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.
Moisés era el mayor para Dios en toda la tierra y era el más humilde y manso.
(Números 12:3) Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.
(Hechos 20:19) El apóstol Pablo podía decir de sí mismo:
(Estuve) sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido…
(Isaías 66:2) Dios dice:
Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
(Salmos 138:6)
Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde,
Más al altivo mira de lejos.
(Proverbios 22:4)
Riquezas, honra y vida
Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
(Salmos 45:4) Habla siempre la verdad, camina en humildad y haz justicia.
Cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia,
(Filipenses 2:3)
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
(Colosenses 3:12)
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
(1 Pedro 5:5)
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque:
Dios resiste a los soberbios,
Y da gracia a los humildes.
Cuidado con esto: Hombres de Dios, luego de triunfos espirituales queda todavía un gran enemigo a tus espaldas: ES EL ORGULLO.
Este se combina con la soberbia y la altivez y viene la caída espiritual.
(Proverbios 16:18) ¡CUIDADO CON ESTO!
Antes del quebrantamiento es la soberbia,
Y antes de la caída la altivez de espíritu.
¿Como solucionar esto?: sabiendo que todo lo recibimos de Dios y por su gracia.
(1 Corintios 4:7)
Porque ¿quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
(Juan 3:27)
Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.