Recuerda que vives en mi presencia y que yo estoy siempre en ti y a tu lado.
Siempre estoy con mis ojos en ti y sé cada acción y cada pensamiento tuyo.
De aquí en más en cada cosa que hagas y en cada palabra que digas, recuerda
que estás delante de mí y yo estoy allí contigo.
Tú eres mi amigo íntimo y yo lo soy de ti. ¡Recuérdalo siempre!
Tú caminas conmigo y eres diferente de las demás personas que no me conocen.
Tú eres un hijo mío muy amado, un príncipe de mi Reino.
Tú eres un embajador del Reino de los cielos.
Tú eres el mensaje vivo y me representas.
Santiago 2:23; 2 Crónicas 20:7; Génesis 5:24; 1 Corintios 3:16-17; 2 Corintios 6:16.
Tú eres el mensaje en persona y yo quiero expresarme y actuar a través tuyo.
Romanos 15:19; 2 Corintios 6:16.
Debes ser como mi boca.
Yo quiero hablar a través tuyo y hacer mis obras. Jeremías 15:19.
Debes predicar y hacer lo bueno.
Mateo 28:19-20; Hebreos 13:16; 1 Corintios 1:21; 2 Timoteo 4:2.
Debes dejar fluir mi amor que he puesto en ti. Romanos 5:5.
Dile a mi pueblo: Jeremías 15:19. “Si se convirtieren yo les restauraré” diles que me rindan a mí todo “lo vil” y yo los llenaré de “lo precioso” y serán como mi boca.
1 Juan 1:9; Mateo 6:6; 1 Reyes 9:3; 17:1; Salmo 21:6; Salmo 139:7;
2 Samuel 11:27; 12:9.