Procura cambiar de un cristiano «temeroso» y «siempre necesitado/a de oración a tu favor» en un «Josué» o sea, en un poderoso hombre o mujer de Dios lleno/a del Espíritu Santo y con poder y que Dios te utilice «en tu entorno» (radio de influencia) con señales prodigios y milagros. También debes cuidar tu testimonio porque tu vida es un mensaje visible para todos. Si no tienes un buen testimonio tus palabras o lo que hables de Dios no tendrá efectividad ni «peso» para los que te rodean…empieza por tu familia…Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
(Hechos 6:8)
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
(Mateo 5:16)
También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. (1 Timoteo 3:7)