SEA LIBRE DE MIEDOS Y TEMORES BASADO EN LAS PALABRAS DE DIOS.

(Juan 14:27)

Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.

Muy a menudo vienen a nuestra mente temores y preocupaciones de distinto tipo como por ejemplo temores a tener problemas de salud.

Quiero decirle que Dios tiene el control de todo y para El nada hay imposible.

Una de las actividades más frecuentes de Jesús era (y es) sanar enfermedades y dolencias.

(Mateo 9:35)

Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

Aunque tengas una enfermedad incurable Jesús puede hacer un milagro.

(Lucas 18:27)

El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.

(Mateo 19:26)

Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.

(Éxodo 15:26) Dios se presenta a nosotros como nuestro SANADOR.

y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos… ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

(Isaías 38:1-5)

En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.

Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.

Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:

Ve y dí a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años.

Esta es una historia muy interesante: Dios mismo le dijo al rey Ezequías que iba a morir pero el rey oró a Dios y Dios cambió de opinión y cambió toda la situación, le habló al profeta Isaías para que le diga que lo sanaba y que le añadía 15 años a su vida. Dios tiene todo el control. Ezequias se fue al cielo (murió) 15 años después y no 14 ni 16. Dios puede hacer cualquier cosa y es El, el que decide y tiene la última palabra con las enfermedades y con la hora y momento de nuestra muerte.

(Mateo 8:5-8)

Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,

y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.

Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, y mi criado sanará.

(Mateo 8:13)

Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

Esta es otra historia en que ilustra la disposición de Jesús para hacer milagros y su poder (recuerde que El ha resucitado y vive y ahora no está limitado a un cuerpo y lugar) en realidad en este momento está al lado suyo. Y usted no debe ira ninguna parte para hablar con El y pedirle como el centurión un milagro. Le digo esto porque yo lo vivo y lo he vivido muchísimas veces y Jesús ha hecho incontables milagros en respuesta a mis oraciones., y el le responderá a usted si se lo pide.

Por eso dice en su palabra:

(Santiago 5:16)

Orad unos por otros, para que seáis sanados.

Oración:

Querido Jesús gracias por tu amor hacia mí y por tu disposición a hacer milagros hoy, yo te ruego (Haga aquí su petición) y creo que vas a responder con un milagro esta oración, porque he leído lo que tu palabra dice al respecto y no hay nada imposible para ti.

Guárdame ahora de miedos, temores e incertidumbres sobre “posibles enfermedades” (que quizás no vengan nunca) a mis seres queridos y a mí, y aunque vinieran, porque tu la permites, sé que si te pido tu me puedes responder como al rey Ezequías, al centurión y a tantos otros que has sanado y sanarás.

Me siento ahora más seguro de saber que eres tú el que tiene el control sobre las enfermedades, y no “la vida”, la casualidad, o el diablo.

Solo tú eres el Dios de amor omnipotente. Gracias Dios mío. Amén.

(Salmos 103:2)

Bendice, alma mía, a Dios

Y no olvides ninguno de sus beneficios.

(Salmos 103:3)

El es quien perdona todas tus iniquidades,

El que sana todas tus dolencias;

(Salmos 103:4)

El que rescata del hoyo tu vida,

El que te corona de favores y misericordias;

Dios te bendiga mucho: Predicador Gustavo Isbert

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