TODOS PASAREMOS POR EL JUICIO DE DIOS. (UNOS PARA RECOMPENSAS Y OTROS PARA SUFRIR ETERNAMENTE EN EL INFIERNO.

Esto es lo que dicen las sagradas Escrituras:

(Hebreos 9:27)

Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio,

(Hebreos 9:28) Pero Jesús triunfó en la cruz para que todos vayan al cielo. Pero los más según la palabra de Dios van al infierno… ¡Siga leyendo!…

así también Cristo murió en sacrificio una sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de muchas personas. Cristo vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados, sino para traer salvación a todos los que esperan con anhelo su venida.

(Romanos 14:10)

Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

(Juan 10:9) Jesús dijo:

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

(Mateo 7:13)

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;

(Mateo 7:14)

porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

(Apocalipsis 20:10) Este es el destino del diablo y de los que recibieron el amor de Jesús para ser salvos.

Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

(Apocalipsis 20:11)

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

(Apocalipsis 20:12)

Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

(Apocalipsis 20:13)

Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

(Apocalipsis 20:14)

Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

(Apocalipsis 20:15)

Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Pero Para los seguidores de Jesús El les dice:

(Juan 14:1)

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

(Juan 14:2)

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

(Juan 14:3)

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

(Juan 14:4)

Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino

(Juan 14:5)

Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?

(Juan 14:6)

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Lo que la Biblia relata más arriba es el Juicio del gran trono blanco, es el juicio final de todas las personas que han existido en todos los tiempos.

La norma en que cada uno será juzgado es simple:

SI TÚ HAS ACEPTADO EL MARAVILLOSO REGALO DE DIOS DE LA SALVACIÓN POR MEDIO DE SU HIJO, JESUCRISTO TU NOMBRE ESTARÁ ESCRITO EN EL LIBRO DE LA VIDA, Y PASARÁS LA ETERNIDAD EN EL CIELO CON DIOS.

SI HAS ESCOGIDO RECHAZAR A CRISTO O LE HAS SIDO INDIFERENTE O INCRÉDULO O HAS ADORADO A OTRA PERSONA O COSA, O SIMPLEMENTE NUNCA TE INTERESÓ EL TEMA IRÁSA LA ETERNIDAD CON TUS PECADOS (POCOS O MUCHOS) (HAY EN LA CONDENACIÓN DISTINTOS GRADOS DE SUFRIMIENTOS ETERNOS) Y TU DESTINO FINAL SERÁ EL LAGO DE FUEGO Y LA SEPARACIÓN ETERNA DE DIOS, ESO SE LLAMA LA MUERTE SEGUNDA.

Solo puedes entrar al Reino de Dios a través de la puerta angosta es decir Jesús. Solo El murió por tus pecados.

¿Quieres estar con El desde ahora y para siempre?

Te ruego ores esta oración de todo corazón:

Señor Jesús en este momento decido seguirte, te entrego mi vida y te pido perdón por todos mis pecados, me arrepiento de cada uno de ellos y de mi indiferencia para contigo. Gracias porque moriste en mi lugar en la cruz llevando el castigo y la muerte que me correspondían a mí. Te recibo ahora en mi corazón como mi Salvador y Rey, e invoco tu nombre para ser salvo.

Gracias Jesús porque me has perdonado de todos mis pecados y ahora soy verdaderamente un hijo tuyo para siempre. Amén.

(2 Tesalonicenses 2:14)

Él los llamó a la salvación cuando les anunciamos la Buena Noticia; ahora pueden participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Un gran abrazo, querido hermano/a Predicador Gustavo Isbert

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