Los Olvidados

Yo soy un pescador de almas porque aún hay profecías sin cumplir acerca del regreso del Señor Jesucristo.

Ha llegado a hacerse una tradición entre los predicadores, el hecho de enfatizar el inminente regreso del Señor cuando declaran: «Las profecías concernientes a su segunda venida ya se han cumplido».

Pero, esto no es cierto. Quizás la señal más importante de todas no se ha cumplido, la señal que nos concierne a usted y a mí, la señal que nos implica como cristianos en nuestra comisión como testigos.

El Señor nombró c1aramente varias «señales de su venida» y entre estas; falsos cristos, guerras, conflictos entre naciones, hambres, pestilencias, terremotos, engaños y frialdad (Mateo 24:4-12).

Luego El añade: Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin (versículo 14)

Este fue el último encargo del Señor antes de partir. Así como también dijo: «Id, ahora a todas las naciones y proclamad a toda criatura las Buenas Nuevas. Después de que hagáis esto, estaré de regreso», ¡Esto todavía no se ha cumplido!

La Iglesia primitiva entendió1a comisión. No solamente los apóstoles; pero, cada creyente era un testigo,

Día a día, en las casas, por las calles, en las plazas y mercados de los pueblos, predicaban a Cristo y ganaban almas. Su propósito era ganar a «toda criatura» y a «todas las naciones», lo más rápido posible, a pesar de la tremenda oposici6n, pues tan pronto como terminaran, Jesucristo volvería.

Por esto era que testificaban. Ellos sabían que Cristo no estaba muerto, sino que vivía en ellos, haciendo las mismas cosas que hizo antes de ser crucificado. También sabían que Cristo únicamente podía hablar y testificar a través de ellos. Esta pasión por ganar almas se encendió tanto en los primeros cristianos, que esparcieron el testimonio del Evangelio a través de casi todo el mundo, entonces conocido.

El mensaje fue en una oportunidad hasta el otro lado del mediterráneo, hasta que en una época, el norte de África, tuvo centros cristianos de adoración.

Las fuertes tormentas, los peligros del mar, los riesgos de los viajes de esa época y toda clase de obstáculos imaginables, no les impidieron llevar el mensaje con sin igual gallardía.

Sin embargo, en vez de continuar la rota en caravanas de camellos a las junglas africanas al sur del Sahara, o presionando hacia el este, mas allá de las barreras continentales, o al norte donde las tribus paganas, les pareci6 mas interesante conservar lo que ya tenían. Fallaron en su esfuerzo de llegar hasta «lo último de la tierra».

Las convenciones vinieron a reemplazar el evangelismo, las controversias doctrinales vinieron a ser más importantes que la evangelización personal. Rápidamente la Iglesia empezó a perder poder y a caer en el oscurantismo de la Edad Media.

Los siglos del oscurantismo vinieron cuando los cristianos empezaron a perder el concepto básico de «Cristo en vosotros” e individualmente dejaron de considerarse el cuerpo y la voz de Cristo. Aparecieron las organizaciones y las denominaciones, llamando a estas «la Iglesia». La oscuridad prevaleció y Cristo fue aislado de los pecadores.

No fue sino hasta cientos de años más tarde, cuando la Iglesia empezó su lento retorno al evangelismo de la Iglesia Primitiva.

Luego el avivamiento del Espíritu Santo en el siglo 20, fueron los pasos siguientes en el lento avivamiento de la Iglesia.

Desde el punto de vista de Dios, estas verdades fueron reveladas desde un principio, para que los verdaderos cristianos fueran llenos de poder para testificar por todo el mundo, a todas las naciones, a toda criatura, ¡y entonces sí estará de regreso el Rey!

 

Ellos Abandonaron a «Los Olvidados»

Sin embargo, la Iglesia no siguió el punto de vista de Dios. La tradición concerniente al retorno de Cristo los cegó del propósito de Pentecostés.

En lugar de testificar con poder a los inconversos, en las casas, calles, mercados, allí donde están los pecadores, se segregaron a sí mismos con mil barreras de sectarismo y grupos denominacionales.

Abandonaron a los olvidados a su triste destino, mientras se reunieron en c1ubes religiosos y convenciones, no para alcanzar a los perdidos, sino para defender sus doctrinas, para hacerse miembros de otros grupos o para recrearse en sus propios credos religiosos.,

Los miembros de la Iglesia, en conjunto, no se han adiestrado para salir allá donde están los pecadores.

Nunca podremos testificar a1 mundo, a las masas de multitudes que no tienen iglesia, desde nuestros propios santuarios. ¡Los pecadores no van a la iglesia! La Iglesia fue comisionada para ir a los pecadores: «Id, apresuraos, a las calles y calzadas de la ciudad. Id a los caminos y pasajes. Id por todo el mundo. Id, a toda criatura».

El Señor nos dijo que fuéramos a donde están los pecadores y que los ganáramos allá, tal como El lo hizo, no en santuarios religiosos, sino ¡allá donde ellos están! Esto no se ha hecho. Este Evangelio no ha sido predicado como testimonio a todas Las naciones, como Cristo dijo que debería hacerse antes de Su regreso.

Más de dos terceras partes de nuestra generación ignoran el Evangelio. Ellos nunca lo han escuchado ni una vez. Ellos son los olvidados de nuestra generación.

Yo pregunto: ¿Es necesario que alguien oiga el Evangelio dos veces, habiendo gente que no lo ha oído ni una vez?

Existen más de mil tribus que nunca han oído el Evangelio. Alcanzar a estas tribus, es parte de la señal que el Señor predijo, la cual todavía no ha sido cumplida.

Esta es la señal que nos concierne tanto a usted como a mí. Fuimos encargados con la responsabilidad de llegar a los aún no alcanzados es que con el Evangelio de Cristo.

Por esto es que estamos haciendo todo lo posible para salvar alas almas y animando a todo cristiano a ser un pescador de almas.

Para esto debemos tener todo un “arsenal” de “recursos para evangelizar”. Con estos, podemos equipar a pescadores de almas alrededor de todo el mundo para aumentar la cosecha, para ir en busca de aquellos «olvidados».

Este fue el último mandato del Señor Jesucristo.

Esto fue lo que El nos dejó por hacer.

Sin embargo, es lo que la iglesia no ha hecho todavía.

Una Bofetada en la Cara

¡Las guerrillas políticas le han estado dando una bofetada en la cara a los cristianos! ¿Pensó alguna vez en esto?

Invaden naciones infiltrándose entre la gente subdesarrollada. Sus líderes se encuentran en las montañas, las selvas, los pantanos y desde allí ejercen control sobre las tribus locales.

Una vez atrincherados entre estos primitivos, donde la pobreza y la enfermedad abundan, organizan sus bandas guerrilleras y empiezan sus hostigamientos atacando, huyendo. Primero los pueblos, luego villas y ciudades, finalmente dando golpes a nivel nacional.

Estos lideres políticos y mercenarios van allí donde aquella gente que la iglesia ha abandonado con frecuencia. Estos pagan el precio que sea y hacen cualquier sacrificio para vivir entre la c1ase menos favorecida.

EI misionero moderno no ha sido equipado ni preparado para invadir a este nivel. A duras penas sobrevive en muchas de tales áreas y estas tribus son dejadas sin Cristo. Mientras que los revolucionarios pueden enviar a sus maestros a vivir como «nativos» y hacer el sacrificio supremo -aun hasta la muerte misma- y organizar estas tribus en unidad para su propósito.

Lo que la iglesia no ha hecho, el enemigo sí lo ha hecho. La clase de gente olvidada por la iglesia ha venido a ser el huerto de siembra del enemigo.

Digo: ¡qué bofetada a la cara de la iglesia cristiana! Elementos rebeldes van donde la iglesia no ha ido y capturan estas gentes que no han sido evangelizadas. ¡Pero, miren lo que ha hecho el enemigo con ellos!

Y todavía piadosos lideres de la iglesia exc1aman: «Todas las señales se han cumplido. Sí, ven pronto Señor Jesús».

¡Qué afirmación tan conveniente!

Ellos dicen: «Somos salvos. Estamos limpios. Ven Jesús y sácanos de este escenario de pecado. Ignoremos esta gente repulsiva. Ellos son las sobras, los olvidados. Nosotros somos los elegidos. ¡Llévanos para estar contigo!».

Nuestro deber como cristianos no ha cambiado desde que el Señor Jesucristo nos dio Su comisión. Primero, debemos llevar el Evangelio a toda nación; entonces vendrá el fin.

Por esto es que soy un pescador de almas «Porque esta profecía no se ha cumplido aun».

Esto me involucra y lo involucra a usted. Cristo murió por toda «criatura». Pero, EI únicamente puede llegar a ellos a través de nosotros. Nosotros somos Su cuerpo hoy.

Por esto es que casi todo nuestro ministerio público, ha sido entre las masas que no tienen iglesia en naciones del exterior. Ellos son los no alcanzados. Ellos no irán a la iglesia. Debemos ir tras ellos. Debemos salir allá donde están, para que Cristo pueda hablarles a través de nosotros. Debemos llegar a ellos incansablemente, hasta el límite de nuestra resistencia, de nuestra vida, de nuestros medios.

Hoy día a tu alrededor también hay miles de cristianos nominales que no conocen la salvación o como ser salvos, millones de cristianos de nombre no conocen como serlo, creen que hay otra oportunidad luego de la muerte (y no la hay) y otras muchas enseñanzas equivocadas que terminarán llevándolos al infierno. No conocen el valor de la muerte de Cristo al pagar la deuda de pecado de cada uno, ni que deben arrepentirse y tomar la decisión de recibir a Cristo y al Espíritu santo en su corazón y “nacer de nuevo”. Millones de cristianos verdaderos pero inactivos saben pasajes de la Biblia de memoria como S.Juan 3:16 etc, pero no salen a hablar ni a predicar a las personas esto, sino que están enredados en muchas actividades, incluyendo a los Pastores y líderes religiosos que van de convención en convención (y la mayoría de ellas son estériles) y estas se hacen como una simple obligación o para cumplir con estatutos de su denominación religiosa. Esto puede ser necesario en algunos casos pero no debe ser la prioridad, olvidando la salvación de los perdidos.

Todos preferimos vivir nuestras vidas rodeados de las comodidades del hogar, pero, nuestro deber como cristianos es testificar al mayor número posible de almas con todos los medios a nuestro alcance.

¡Esto es lo que estamos haciendo y continuaremos haciéndolo!

 

Nuestra labor sin terminar

El Señor Jesucristo dijo en Marcos 13:10, Y es necesario que el Evangelio sea predicado primero a todas las naciones.

Hay más de 3.000 lenguas y cerca de la mitad de esta cifra no tienen ni una porción del Evangelio publicado en ellas.

¿Ha hecho la iglesia lo que Cristo claramente dijo que debía hacer primero?

Por esto es que durante muchos años hemos publicado libros sobre la fe y tratados de salvación por toneladas, en más de 100 idiomas. Debemos lograr el máximo. Debemos llegar a esos olvidados. Muchos cristianos pueden apoyar esta labor con sus recursos económicos, pero todos debemos continuar predicando y publicando el Evangelio en más y más idiomas, hasta el límite de nuestros recursos si es necesario. Debemos hacer esto primero, luego Cristo regresará.

Algún convincente clérigo, buscando aplacar las conciencias de sus laicos, les confortara diciendo: “Yo creo que toda nación ha recibido el Evangelio en un momento u otro». Por lo tanto, todo lo que sus miembros tienen que hacer es ser fieles a su iglesia, permanecer puros y estar listos para cuando Cristo venga.

Evidentemente nuestro Señor sabía que tales voces habrán de levantarse. En el libro de Apocalipsis, el Señor le mostró a Juan las cosas por venir. Las palabras de Juan en el capítulo siete son vitales para todo pescador de almas. El escribe:

“Después de esto mire y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en las manos.

Y clamaban a gran voz diciendo.’ La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el Trono y al Cordero” (versículos 9, 10).

¡Esta es la multitud de los redimidos, reunidos para alabar delante del trono de Dios! ¡Y será tal como Juan lo vio!

Entre esta multitud habían de «todas las naciones». Y menciona «naciones» primero.

Algunos comentan, «estoy segura que todas las naciones han oído el Evangelio».

Sí, tal vez, pero, la visión de Juan fue más específica que eso.

EI Espíritu Santo, mas en detalle dice: «De todas las razas y pueblos y lenguas». (Otra versión especifica: «y tribus»).

Si Cristo regresara hoy, la escena no sería como Juan la vio.

Para ser incluidos en esa multitud, deben oír el Evangelio, creer en el y ser redimidos por la sangre del Cordero.

Pero, ¿Cómo, pues, invocarán a aquel a quien no han oído? (Romanos 10:14). Y, ¿cómo podrán escuchar el Evangelio de Cristo si EI no puede hablar a través de nosotros?

Nosotros somos Su cuerpo hoy, Sus labios, Su voz. Debemos salir y dejar que Cristo hable a través de nosotros. Esta es la única manera en, que ellos pueden oír y creer, (no solo la gente muy lejana a nosotros sino nuestros vecinos y millones de América del Norte, centro América y América del Sur nunca han escuchado como ser salvos sino solo la historia de cómo Jesús murió en la cruz.

Existen más de mil “pueblos” que no han escuchado el Evangelio ni una vez. Cristo aún no ha podido alcanzarles porque ningún cristiano ha ido a ellos y Él no va a enviar ángeles para que hagan lo que El quiere hacer a través de nosotros.

Esos pueblos son los olvidados. Si Cristo viniera hoy, ninguno de ellos estaría delante del trono. Ni usted ni yo hemos permitido que El les alcance.

El Evangelio aún no ha sido publicado en casi la mitad de los idiomas del mundo. Si Cristo viniera hoy, esos cientos de personas no estarían allí para gritar: La Salvación pertenece a nuestro Dios y al Cordero.

Por ahora, esta profecía aún no se ha cumplido.

La Labor Número Uno para Dios

Por esta razón hemos patrocinado miles de «hijos de la tierra natal», misioneros nacionales a quienes hemos capacitado para que vayan a esas áreas y tribus sin evangelizar y prediquen las Buenas Nuevas en medio de ellas. Nota: Esta extraordinaria labor realizada por T.L.Osborn y su equipo debemos continuarla, preparando obreros de todo el mundo para que vayan a sus lugares de origen y salven a miles allí. En Estados Unidos se puede realizar esta labor porque Dios está mandando para USA millones de personas de todo el mundo (no para molestar a los ciudadanos de USA) sino para que estos les prediquen el evangelio, ellos nazcan de nuevo y sean discipulados en USA, con las Bases del cristianismo, para que vayan con el evangelio (y no con otras enseñanzas o doctrinas) a sus países de origen.

Esto es ganar almas. Esto es evangelismo, lo que Cristo nos dijo que hiciéramos. Esto se llama ministrar vida a los olvidados.

Hablamos de la Segunda Venida de Cristo, mientras existen millones que nunca han oído de Su primera venida.

Insistimos en que nos bendigan muchas veces, mientras los olvidados no han probado ninguna.

¡Esto no es justo! ¿Será posible que los que están en primera fila reciban una segunda ración, mientras otros atrás se mueren de hambre sin haber recibido ni la primera porción?

Nosotros hemos dedicado este ministerio a los de «las filas de atrás», a los «que no tienen iglesia», a los «inconversos», a esos «olvidados». Esta es nuestra suprema labor.

Cuando a estos «olvidados» se les tenga en cuenta como debe ser, las profecías se habrán cumplido y el Señor volverá por su Iglesia. ¡Por esto es que yo soy un pescador de almas!

Recordemos principalmente a los cristianos de nombre y transformémoslos en cristianos verdaderos, en reales discípulos de Cristo que saben las bases del Cristianismo y que predican el evangelio de Reino de Dios en el poder del Espíritu Santo.

Esta es una labor de TODOS los cristianos, en el momento que El Espíritu Santo les guíe a hacerlo, en cualquier parte de su ciudad o lugar que estén.

 

Por T.L.Osborn. Adaptado por Gustavo Isbert.

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