¿Cree usted en los milagros?
Jorge Muller era borracho y rebelde hasta que de repente se obro en su vida un cambio total y revolucionario. Se volvió en un hombre bueno y piadoso, dedicado al cuidado, sostén y educación de miles de niños huérfanos. Llegó a tener renombre en todo el mundo a causa de su extraordinaria piedad práctica.
Cierto cirujano eminente, e1 Profesor Rendle Short» que vivió en Bristol, Inglaterra, 1a ciudad de Muller, escribió: «Durante la segunda mitad del siglo diecinueve, la vida y el ejemplo de Jorge Muller de Bristol fueron usados poderosamente por Dios para fortalecer la fe alrededor del mundo. He oído decir a mi padre que durante esos años el ateísmo en Bristol apenas si osaba levantar la voz, sabiendo que en seguida sería desafiado». ¿Qué paso a Jorge Muller para que fuera tan completamente transformado?
Jaime Vaus era gángster. En su libro “Por Qué Dejé el Crimen Sindicado” cuenta cómo trabajó por un tiempo como experto en electrónica, con criminales y con la policía simultáneamente. Por fin decidió que más ganaba con el delito. Jaime
Vaus había sido criado en una familia evangélica y había asistido a la escuela dominical y a un instituto bíblico. Sin embargo, se hizo gangster. Estaba ganando distinción en el mundo de la delincuencia cuando se obro en el la misma clase de cambio transformador que había revolucionado a Jorge Muller. Hoy par hoy ya pago su deuda a la sociedad y es un cristiano devoto que se esfuerza par hacer que los pandilleros j6venes de Harlem experimenten la misma cosa. ¿Qué paso a Jaime Vaus para que fuera cambiado de criminal a cristiano evangélico?
Por todo el mundo hoy se esta efectuando este mismo milagro maravilloso, aunque ignorado o mirado con incredulidad por la mayor parte de la gente. Como todo milagro verdadero, este no puede explicarse por los conocimientos meramente humanos, ni se puede percibir ni analizar mediante artificios de los hombres. Los instrumentos del médico no revelan cómo ni cuándo sucede. Los científicos más destacados no pueden registrar ni explicar que es lo que pasa.
Este milagro se verifica constantemente en el reino de lo humano. Sucede con gente de cualquier cultura, de toda nación, de toda edad, y hasta de cualesquier antecedentes religiosos.
Pero en realidad se encuentra con más frecuencia entre los pobres, los despreciados y los desechados que entre los sabios, los poderosos y los nobles (I Corintios 1:26-29).
El milagro del nuevo nacimiento
¿Qué es este milagro que penetra en todos los estratos de la sociedad con resultados tan sorprendentes y de tanto alcance? Es el evento extraordinario, misterioso y divino que se llama el nuevo nacimiento o, como algunos prefieren llamarlo, la conversión a la salvación.
Se llama nuevo nacimiento porque es el comienzo de una nueva vida espiritual, así como el nacimiento común es el comienzo de la vida natural (I Pedro 1:23).
Se llama conversión porque representa una media vuelta en la dirección de la vida, un cambio que lleva de la incredulidad a la fe (Mateo 18:3).
Se llama salvación porque significa salvar a la persona del castigo y del poder del pecado, y aun de la presencia del pecado en la vida venidera (I Pedro 1:9).
¿Qué es el nuevo nacimiento?
El nuevo nacimiento es un suceso espiritual. «Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Juan 3:6). Eso quiere decir que no tiene que ver principalmente con la parte física y visible de la naturaleza del hombre, es decir, con su cuerpo, sino más bien con su ser inmaterial, es decir, con su espíritu y alma.
Además, el nuevo, nacimiento es un evento claramente sobrenatural. “La salvación es de Jehová» (Jonás 2:9). No la puede producir ningún hombre ni grupo de hombres. No procede de la sangre – es decir, no se hereda; los hijos de padres renacidos no nacen de nuevo automáticamente. No proviene de la voluntad, de la carne; no puede el hombre experimentar la conversión por solo desearla. No resulta de la voluntad del hombre. No puede ni ministro, ni sacerdote, ni rabino, conseguir la salvación de otra persona, por sinceramente que lo desee el uno o el otro (Juan 1:13).
Además, el nuevo nacimiento es un acto soberano de de Dios. Así como el viento sopla donde quiera sin pedirle permiso al hombre, así Dios extiende su dadiva de salvación a individuos sin primero consultar con gobiernos humanos funcionarios de 1a iglesia, o cualquier otra persona o grupo de personas (Juan 3:8).
El nacimiento espiritual de una alma ocurre instantáneamente aunque los eventos que lo preceden pueden abarcar un período de meses, o hasta de años. El primer momento en que una persona mira a Jesucristo con fe y confía en Él como su Salvador y Señor, recibe vida eterna (Juan 3:36).
El nuevo nacimiento contra una profesión vacía
No sorprende saber que el nuevo nacimiento puede ser imitado, y a veces lo es. Tales conversiones espurias se las puede calificar como meras “profesiones” o meras “reformas”. A menudo se basan nada más que en el bautismo, la confirmación, el ser miembros de la iglesia, o en algún rito o ceremonia religiosa. Pero sólo la salvación dará paz duradera al alma, o ganará la entrada al Cielo. Sin excepción, cuando una persona se limita a enmendar la conducta sin experimentar el nuevo nacimiento más tarde vuelve a caminos más pecaminosos que antes (Mateo 12:44,45). Así que, aunque se puede imitar la conversión, no se la puede duplicar. Solamente la fe en Cristo es permanente.
El nuevo nacimiento por fe en Cristo solamente
Los testimonios de cinco cristianos evangélicos revelarían cinco distintos antecedentes y trasfondos; sin embargo, todos se salvan exactamente en la misma manera.
En un sentido el ser salvo es una cosa muy sencilla. La fe verdadera en el Señor Jesucristo es la llave que abre el tesoro de Dios (Hechos 16:31). No hay otra llave que encaje, o que traiga la bendición deseada (Hechos 4:12).
No obstante, a menudo lo hace muy difícil el hombre. ¡Dice que no puede creer! Duda que tenga la debida clase o cantidad de fe. ¿Será verdad que Dios le acepte si confía en el Salvador? Y así con semejantes razonamientos, argumentos y dudas obstruye su propia camino a la vida eterna.
Los resultados extensivos del nuevo nacimiento
Aunque no podemos explicar totalmente el nuevo nacimiento, ciertamente podemos ver sus resultados. En efecto es la demostración de poder más grande que conoce el mundo hoy. Pues es ésta la fuerza grandiosa que cambia a un Saulo perseguidor en un Pablo evangelizador, que le cambia espiritualmente de muerte a vida, que le cambia moralmente de tinieblas a luz, que le cambia de pecado a santidad, y que cambia su destino del infierno al cielo (Hechos 9:1-9).
El nuevo nacimiento explicado en la Biblia
La única fuente fidedigna de conocimientos sobre el nuevo nacimiento es la Santa Biblia, la revelación de Dios al hombre. E pasaje clásico de las Escrituras en cuanto al nacer de nuevo es la siguiente serie de versículos del capitulo tres del Evange1io según San Juan:
1. Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos
2. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
3. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5. Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
7. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
8. EI viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
9. Respondió Nicodemo y dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
10. Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
11. De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hab1amos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
12. Si os he dicho casas terrenales, y no creéis, ¿Cómo creeréis si os dijere las ce1estia1es?
13. Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que esta en el cielo.
14. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado
15. para que todo aquel que en e1 cree, no se pierda: mas tenga vida eterna.
16. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él.
Una pregunta personal
Habiendo leído estas palabras pronunciadas por el Hijo de Dios, usted tendrá que confesar que es inevitable la conclusión: aparte del nuevo nacimiento no hay posibilidad de alcanzar jamás el Cielo. Así que el lector debe encarar con seriedad la pregunta que surge inevitablemente y que con persistencia espera una contestación: “¿He nacido yo de nuevo?”
Por qué debe usted nacer de nuevo
El Dr. R. A. Torrey cuenta de una conversación con un médico de Kansas, hace algunos años. EI médico le dijo a Torrey de la gran influencia que había ejercido en su vida su madre. «Siempre he cumplido con sus enseñanzas morales», dijo, «y me jacto de que, mientras estaba en la institución medica, llevé una vida de pureza. No profeso ser cristiano evangélico, pero moralmente soy mejor que cualquier miembro de iglesia de esta ciudad».
«Doctor», le replica Torrey, «ni por un instante le dudo. Pero pido su atención. El no ser regenerado es un estado. Usted no ha sido regenerado, es decir, no ha nacido de nuevo ¿verdad?»
EI médico contestó «No, señor, no digo que soy una persona regenerada».
El Dr. Torrey estaba parado al lado del médico. Traza en la tierra un cuadrado y dijo, «Doctor, deje que este cuadrado represente el estado de Colorado. La altura máxima, la cima del Pico Pike, esta a 4.300 metros sobre el nivel del mar. La altura mínima es de 600 metros sobre el nivel del mar. Y hay gente en las minas de Colorado que están a 900 metros mas bajo que la altura mínima del estado. Sea que estén en las minas, en la altura mínima, o sobre la cumbre del Pico Pike, todos están en el estado de Colorado.
El estado de la persona no regenerada es semejante. Algunos hombres siempre están por debajo de la superficie en la infamia y terrible criminalidad de la maldad escandalosa. Otros caminan por la superficie, la altura mínima del estado no regenerado. Entre tanto, usted esta en la cumbre del Monte Moralidad. Pero todavía esta en el mismo estado de no regenerado».
El hombre le mira atónito al Dr. Torrey, y luego exclama sin una palabra de protesta, «Usted me ha quitado todos los argumentos. Ya estoy de su parte». Luego confesó públicamente a Jesucristo como su Salvador personal.
Conforme usted sigue estudiando este curso, confiamos que también reconocerá su necesidad de nacer de nuevo. La próxima lección tratara más sobre este asunto.
Lección 1
En el espacio subrayado a la derecha escriba «Verdad” o «Falso” después de las siguientes declaraciones:
1. EI nuevo nacimiento puede ser imitado y a menudo lo es.
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2. La gente hace complicado el plan de Dios para la salvación con razonamientos argumentos y dudas.
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3. EI gran pasaje del Nuevo Testamento sobre el nuevo nacimiento es Juan 3.
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4. EI nuevo nacimiento fue una experiencia limitada a los tiempos bíblicos.
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5. EI amor de Dios para nosotros lo ha demostrado mandando a su Hijo por nosotros.
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En el espacio subrayado a la derecha escriba la letra de la contestaci6n correcta.
6. EI nuevo nacimiento se puede explicar mejor como
a. una evoluci6n de carácter
b. un cambia psicológico de conducta
c. un milagro
d. un ajuste social
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7. La palabra «salvación» a veces se usa para describir el nuevo nacimiento porque es
a. el principio de una nueva vida espiritual
b. un cambio completo en la dirección de la vida
c. un cambio de la incredulidad a la fe
d. liberación de la pena, el poder, y al fin hasta de la presencia del pecado
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8. EI nacimiento espiritual de un alma se verifica
a. instantáneamente
b. al mismo momento que el nacimiento natural y físico
c. gradualmente
d. al momento de la muerte.
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9. Podemos nacer de nuevo por
a. ser bautizados
b. ser confirmados
c. enmendar la manera de vivir
d. poner la fe en el Señor Jesucristo
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10. A Nicodemo (que era un líder judío muy religioso) le dijo Jesús que
a. podía esperar que veda el Reino de Dios porque era moral y religioso.
b. jamás podía esperar ver el reino de Dios
c. podía ver el reino de Dios solamente par nacer de nuevo
d. podía nacer de nuevo por guardar los Diez Mandamiento
_________ Por W. MacDonald
En la lección anterior tratamos del hecho del nuevo nacimiento -una experiencia espiritual conmovedora que se verifica cuando uno recibe a Jesucristo como Señor y Salvador. Ahora queremos considerar la razón del nuevo nacimiento. ¿Por qué es necesario? ¿Por qué tuvo Dios que idear una bendición tan maravillosa para los humanos?
La contestación se halla en una palabra de sólo seis letras: P-E-C-A-D-O. El hecho de que hay PECADO en la vida del hombre es lo que hizo que la gracia de Dios ideara el plan de la salvación. La existencia del mal en el corazón humano es lo que hace necesario el nuevo nacimiento. Si el hombre fuera santo, no necesitaría la salvación. (Mateo 15:18-20).
Al tratar el tema del pecado, es sumamente importante mirarlo desde el punto de vista de Dios, mas bien que desde e1 nuestro. Dios es santo (Isaías 6:3). Es puro. Es bueno (Mateo 19:17). Odia el pecado (Romanos 1:18). Es justo (Salmo 11:7, Isaías 45:21). Es perfecto (Salmo 18:30). Nosotros, al contrario, estamos cegados por nuestros propios pecados. Tenemos prejuicios. Estimamos en poco el pecado. Así, un pecado a la vista de Dios es peor que mil a la nuestra. De la manera que no podemos conocer que una línea esta torcida si no la comparamos con una derecha, así no podemos ver el pecado como es en realidad si no lo comparamos con la santidad absoluta de Dios.
Pues a los ojos puros de Dios, el pecado es todo lo que sea menos que la perfección en pensamiento, palabra o hecho. Significa errar el blanco. No es sólo el hecho de hacer maldad, sino que incluye también el dejar de hacer lo que uno sabe que es bueno (Santiago 4:17), y hasta el pensar necedad (Proverbios 24:9). (Eclesiastés 7:20)
Para saber que es el pecado, Dios nos ha dado dos normas sobresalientes:
1. La Ley, o sea Los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17). Estos demandan en verdad la perfección absoluta. Seguirlos completamente significaría ser sin pecado. Por lo tanto son una expresión de la gloria de Dios -su entera santidad.
2. El Señor Jesucristo. El amado Hijo de Dios fue sin pecado. No conoció pecado (II Corintios 5:21). No hizo pecado (I Pedro 2:22). En el no hubo pecado (I Juan 3:5). Los Evangelios registran así la historia de la vida de una Persona sin pecado. En todo aquello en que nuestra vida no se conforma con la suya, somos pecadores.
«Todos pecaron»
A la luz santa de Dios, todos los hombres son pecadores. «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:23).
Primero que todo, venimos a ser pecadores por nacimiento. Adán, el padre de la raza humana, pecó y por ese hecho todos sus hijos vinieron a ser pecadores. «Como el pecado entro en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte paso a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Romanos 5:12). Cuando nacen hijos a una familia pobre, heredan esta condición. Así el hombre nace a una familia pecaminosa y llega a poseer una naturaleza pecaminosa con una inclinación definida hacia el pecado (Salmos 58:3). Le es fácil hacer lo malo, y tiene que esforzarse para hacer lo bueno.
Luego, somos pecadores por la práctica (Eclesiastés 7:20). (Proverbios 16:2; 23:19, 26; Eclesiastés 11:9).
Es lo que escogemos deliberada y personalmente. Nos gusta. Algunos, a la verdad, son pecadores más atroces y depravados que otros. No obstante, un solo pecado hace que uno sea pecador, y todos han pecado.
El Dr. Rolando Q. Leavell cuenta de un universitario de segundo año que le vino a ver. Como bien se sabe, los universitarios de segundo año se precian de ser muy sabios, aunque a la edad apenas están principiando a aprender. Este joven le dijo al Dr. Leavell, «Quisiera discutir el cristianismo con usted sobre una base intelectual. No me diga que soy pecador. Esa manera de pensar paso de moda con el arca de Noe. Discutámoslo sobre una base intelectual.»
«Muy bien,” dijo el. Dr. Leavell. «¿Me permite que yo dirija la discusión?” Y el joven, demostrando no ser muy astuto dijo que sí.
Luego el Dr. Leavell le dijo, «Joven, ¿qué opina usted sobre 1a hipótesis documental de Wellhausen acerca de la paternidad literaria del Pentateuco? ¿Cree usted que lo escribió Alef, o Bet, Guímel, Dalet, He, a una combinaci6n de ellos?»
EI universitario le dijo: «Sabe usted que yo no había pensado mucho en eso.»
Prosiguió el Dr. Leavell, «Pues, joven, ¿qué actitud sostiene hacia el relato de la partenogénesis de Cristo?»
Respondió: «No creo tener actitud en ese respecto.»
Dijo el Dr. Leavell, «Usted sabe, por supuesto, que el Antiguo Testamento fue escrito mayormente en hebreo. Pero hay ciertos pasajes arameos que aparecen en el texto hebreo e influyen en la interpretación del contexto. Yo tomaré mi texto masorético y leeré el hebreo, y al llegar a un pasaje arameo le entregaré a usted la Biblia y usted me lo leerá y diré lo que quiera decir el arameo.»
E1 joven dijo: «Me temo que no entendería nada.»
Continuó el Dr. Leavell: “¿Qué le parecen los argumentos ontológ1cos, teleológicos, antropológicos y cosmológicos de la existencia de Dios?’
Respondió: «Pues, no había pensado mucho en ello”.
El Dr. Leavell dijo: “Le voy a preguntar una cosa más sobre la base intelectual. Si no puede contestar porque no entiende la pregunta, luego le voy a preguntar cosas que sí entiende y que seguramente puede contestar.”
“Muy bien”, dijo el joven.
“Pues, ¿cuáles son sus preferencias escatológicas, joven?” ¿Con premilenarias, promilenarias, amilenarias o postmilenarias?
“No creo tener ninguna”, contestó el joven.
Luego preguntó el Dr. Leavell: “Joven, ¿ha mentido alguna vez? Esto lo entiende, verdad?
“Sí, lo entiendo,» respondió e1 muchacho, he dicho unas pocas mentiras inocentes, pero no muchas malas.
El Dr. Leavell dijo: «A los ojos de Dios no hay mentiras inocentes. Todas son malas. Así que, a los ojos de Dios usted es un mentiroso. Joven, ¿ha robado alguna vez?”
“Bueno,” contestó, “cuando estaba en la escuela secundaria, falsifiqué algunos exámenes.»
Le dijo el Dr. Leavell: “A los ojos de Dios, pues, usted es ladrón. Jove, ¿ha odiado usted a alguien alguna vez?”
E1 joven respondió »Pues, sólo a algunos de mis profesores de 1a escuela secundaria.»
«La Biblia dice que el odio puede igualar al homicidio. Por lo tanto a los ojos de Dios usted es homicida. Ahora, ¿qué ve Dios al mirarle a usted? Primero, ve un mentiroso; segundo, ve un ladrón; y en tercer lugar, ve un homicida. ¿Todavía cree usted que la doctrina del pecado ya paso de moda?
“No,» admiti6 el joven.
Entonces dijo el Dr. Leavell: «¿No le parece que debe arrodillarse y pedir a Dios que le perdone el pecado, y al Señor Jesucristo que entre en su corazón?”
«E1 joven cayó de rodillas con sinceridad de corazón confesando sus pecados. Pidió a1 Señor Jesucristo que entrara en su corazón, y cuando lo hizo, la gracia de Dios obró como lo hace siempre en e1 individuo que abre su corazón a Cristo. E1 Joven se convirtió en una nueva criatura en Cristo Jesús. Cuando se puso de pie dijo: «Dr. Leavell, si usted no me hubiera puesto en ridículo, nunca habría creído.»
Ese joven es hoy un buen marido y padre de familia y un líder de su iglesia, un destacado evangélico laico. ¿Por qué? Porque dejó que la gracia de Dios obrara en su vida.
«El corazón es… perverso»
Algunos se consuelan diciendo que nunca han cometido ni homicidio ni robo. Puede ser verdad «técnicamente», pero lo que son es mucho peor que lo que han hecho. No hay pecado de que no son capaces. Hay por dentro una naturaleza mala y corrupta que es engañosa sobre todas las cosas y perversa. (Jeremías 17:9).
Luego debemos comprender que, desde el punto de vista de Dios, no somos pecadores únicamente somos desesperadamente malos, Somos depravados en todo nuestro ser- en pensamiento, pa1abra y hechos. Somos culpables de quebrantar todos los mandamientos de Dios. La ley es como una cadena de diez eslabones. Cuando se rompe un eslabón, queda rota toda la cadena. “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos” (Santiago 2:10). Inútil es afirmar que existe una chispa de bondad en todo hombre. Dios no ve ninguna (Romanos 3:12).
Mas bien, Dios nos describe en términos muy claros como impíos, engañosos, malvados, enemigos, perdidos, malhechores, culpables, desagradecidos, viles, codiciosos y abominables. Y presenta una lista de algunos de los pecados de los hombres: inmundicia, irreverencia, inmoralidad, idolatría, hechicería, odio, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, incredulidad y mentiras (véase Gálatas 5:19-21).
En toda la literatura no se revela mas gráfica y fielmente la natura1eza pecaminosa del hombre que en Romanos 3:10-20
10. Como esta escrito: No hay justo, ni aun uno;
11. No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.
12. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
13. Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios;
14. Su boca esta llena de maldición y de amargura.
15. Sus pies se apresuran para derramar sangre;
16. Quebranto y desventura hay en sus caminos;
17. Y no conocieron camino de paz.
18. No hay temor de Dios delante de sus ojos.
19. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
20. Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
También se reveló el verdadero carácter del hombre en el Calvario, cuando las criaturas clavaron a su Creador a 1a cruz de un criminal y le miraron morir allí. (Mateo 27:35,36). La muerte del Hijo de Dios fue la consecuencia natural de su rechazo de el como su legitimo soberano.
El hombre es impotente… aparte de Dios
No solo esta el hombre sumida en la mina, miseria y vergüenza, sino que es totalmente incapaz de hacer algo para mejorarse. Está sin Dios, y está también sin fuerzas (Romanos 5:6).
Por lo tanto, si se le deja al hombre que haga lo que pueda, perecerá eternamente como pecador. (Salmo 9:17). (Salmos 9:17)Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios.
Si recibiera lo que merece, iría al infierno para siempre.
En otras palabras, Dios tiene que intervenir para que se salve el hombre de la condenación sin fin. Y es precisamente por esto que Dios ha provisto el milagro espiritual que se llama el nuevo nacimiento.
Cierto médico partero estaba moribundo, y llama a su Ministro Religioso. Estaba profundamente preocupado porque sabía que no estaba listo para enfrentarse con Dios. Cuando llegó el pastor, el doctor Ie dijo: «Me estoy muriendo. Lo se. En alguna parte se me ha hablado del nuevo nacimiento. ¿Puede usted explicármelo?»
El pastor era algo liberal en su teología y dijo: «Es verdad que la Biblia habla de nacer de nuevo. Pero eso no es para hombres como usted. Ha llevado una vida admirable en la comunidad y no tiene por que temer.»
El hombre respondió: «Ay, en lo profunda de mi corazón tengo un sentimiento de culpa y condenación delante de Dios, y alga debo hacer.» .
«Pero, señor, usted ha hecho buenas obras. Ha sido líder en la comunidad.»
«Lo se. Pero ¿qué de este nacer de nuevo? De alguna manera creo que me podría ayudar.»
«Pero usted es un hombre bueno y muy religioso.»
Por fin el médico le mira y le dijo, «Sabe usted que he traído al mundo muchos niños, y muchas veces he mirada al recién nacido y me he dicho, «Aquel niñito tiene futuro, pero no tiene pasado.» La Biblia habla de nacer de nuevo, y de alguna manera me parece que si pudiera apropiarme este nuevo nacimiento, podría tener un futuro sin pasado, y eso es lo que necesito.
Una aplicación personal
Ahora vayamos al terreno personal. ¿Es usted pecador? ¿Necesita nacer de nuevo y principiar una nueva vida? Hay una manera sencilla de saberlo. Lea y conteste las siguientes preguntas. Si usted tiene que contestar NO a cualquiera de ellas, es pecador. Si nunca ha confiado en Cristo como su Señor y Salvador, está perdido y necesita ser salvo. Examínese a sí mismo por medio de estas preguntas.
Mi Respuesta
1. ¿Ama usted a Dios con todo el corazón, alma, fuerza y mente?
2. ¿Ama usted al prójimo como a sí mismo?
3. ¿Le gustaría que sus amigos conocieran el pensamiento más impuro que usted haya tenido?
4. ¿Ha conocido la codicia a la envidia?
5. ¿Es tan pura su vida cuando esta a solas como cuando esta con otros?
6. ¿Es tan limpia su vida cuando está afuera como cuando está en casa?
7. ¿Siempre ha hecho todo el bien que sabía que debía hacer?
8. ¿Puede decir honestamente: «Jamás he tornado en vano del nombre del Señor»?
9. En su vida, ¿nunca ha mentido?
10. ¿Es usted tan perfecto como el Señor Jesucristo?
Lección 2
En el espacio subrayado a la derecha escriba «Verdad» o «Falso» después de las siguientes declaraciones
- Dios odia el pecado.
______v_______
2. Nos es más fácil hacer bien que mal.
______f_______
3. Dios planeó la salvación a causa del hecho del pecado.
______v_______
4. EI pecado ha dejado su marca en toda nuestra vida y en nuestros pensamientos, palabras y hechos.
______v_______
5. La Biblia enseña que, si nos esforzamos lo suficiente, podemos vencer el pecado.
_____f________
En el espacio subrayado a la derecha escriba la letra de la contestaci6n correcta.
6. Debemos considerar el tema de nuestro pecado
a. solamente a base de la psicología
b. desde el punto de vista de Dios
c. como «error de la mente humana»
d. desde el punto de vista que el hombre es fundamental y esencialmente bueno
_______b__________
7. La norma que Dios nos ha dado para medir el pecado es
a. la conciencia
b. las normas sociales a culturales
c. las normas éticas humanas
d. los Diez Mandamientos y el Señor Jesucristo
________d_________
8. La Biblia enseña que
a. todos somos pecadores por nacimiento y por práctica
b. algunos somos pecadores por nacimiento pero no por práctica
c. algunos somos pecadores por práctica pero no par nacimiento
d. ninguno es pecador
________a_________
9. La evaluación que Dios hace de cada uno es que somos
a. fundamentalmente buenos, pero propensos al error
b. desesperadamente malos
c. víctimas del ambiente y del temperamento que heredamos
d. tan terriblemente malos que no se nos puede redimir
________b_________
10. Según la Palabra de Dios
a. no hay justo, ni aun uno
b. no hay quien busque a Dios
c. no hay quien haga lo bueno, ni aun uno
d. se describen los hombres de todas las maneras arriba descritas
_________d________
Por W. MacDonald
¿Cómo puede un Dios santo ser a la vez justo y misericordioso?
Al considerar el tema de la salvación afrontamos en este punto un verdadero problema. Brevemente el problema es este: ¿Cómo puede un Dios santo salvar a pecadores culpables y la vez ser justo en hacerlo?
¡Contemple otra vez quién es Dios! El es santo, justo Soberano del universo (1 Pedro 1:16), quien sólo puede hacer lo que es honesto, imparcial, equitativo y recto (Génesis 18:25)
El Dr. Toser dice de la santidad de Dios: Dios es santo. P ara ser santo, él no se conforma a ninguna forma fuera de sí. Él es absolutamente santo con una infinita, incomprensible plenitud de pureza que es incapaz de ser otra cosa que lo que es. Porque es santo, todos sus atributos son santos; es decir, todo cuanto creemos que atañe a Dios, debemos pensar que es santo. Dios es santo y ha hecho de la santidad la condición moral necesaria para la salud del universo.”
Medite un momento sobre lo que quiere decir que Dios sea santo. Job 15:1.5 dice de Dios que «ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos.» E Isaías nos recuerda que los serafines relucientes esconden el rostro en las alas frente al fuego increado de la santidad de Dios (Isaías 6:2, 3).
¡Luego piense en quien y qué es el hombre! Es un pobre, pecador, alejado de Dios, muerto en delitos y en pecados, y destinado a la ruina eterna (Mateo 2.5:41, 46). No es extraño que Isaías dijera: «¡Ay de mí! que soy muerto; porque soy hombre inmundo de labios,» cuando llegó a darse cuenta de lo santo que es Dios (Isaías 6:5). Las más de las personas se sienten incómodas en la presencia de un hombre verdaderamente bueno. ¡Qué tremendo debe ser, pues, hallarse en la presencia de un santo Dios!
La norma de Dios es la perfección absoluta:
Porque Dios es justo y santo, sólo puede dejar que personas sin pecado moren con él en el cielo (Efesios 5:5). Su norma es la perfección absoluta y únicamente puede permitir que se asocien con él personas perfectas (Hebreos 12:14). La gente impía no puede llegarse a él. El es «muy limpio de ojos para ver el mal, ni puede ver el agravio» con aprobación (Habacuc 1:13).
Esta norma se refleja en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17) y en el Sermón del Monte (Mateo 5-7), pasajes que debe usted leer con cuidado ahora mismo. Las personas que se imaginan que pueden cumplir con la norma de absoluta perfección moral y espiritual expuesta en estos pasajes se engañan él sí mismos.
El hombre no puede alcanzar la norma de Dios.
Saulo de Tarso (más tarde el famoso Apóstol Pablo) creía que podía alcanzar a la norma, pero más tarde escribió: «No conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás» (Romanos 7:7). Se midió con la norma de Dios y se dio cuenta de su deficiencia.
El hombre simplemente no puede alcanzar a la perfección o la impecabilidad por sus propios esfuerzos. «¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?» Proverbios 20:9) Nada de lo que jamás pueda hacer le ganará favor de Dios. «Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante mí, dijo Jehová el Señor» (Jeremías 2:22). Ni por buenas obras, pueden ser borrados sus pecados. Si por un genuino arrepentimiento y por aceptar la expiación hecha por Cristo a nuestro favor en la cruz. La salvación es un regalo de Dios. (Efesios 2:8).
Dios tiene que castigar el pecado.
¿Podrá Dios aprobar el pecado del hombre? ¡De ninguna manera! «Abominación es a Jehová el camino del impío» (Proverbios 15:9). No sería Dios si aprobara el pecado. Si el juez perdona un hecho criminal, se condena a sí mismo.
¿Puede Dios pasar por alto el pecado del hombre? ¡De ninguna manera! El hacerla sería violar su carácter santo. El toma nota del pecado toda vez que se comete y sabe todo lo que hacemos (Job 10:14; Apocalipsis 18:5; Jeremías 2:22).
¿Puede excusar el pecado? Hay una sola respuesta. Su trono ya no sería santo si pasara por alto lo que es malo (Génesis 8:23-25; Isaías 6:1-7).
¿Puede perdonar el pecado sin que se pague pena alguna?
¡No! Tiene que obrar con justicia, El perdonar el pecado sin satisfacción adecuada sería en sí un acto de pecado, y Dios o puede pecar (1 Juan 1:5). Se ha dicho con razón que si Dios perdonara el pecado sin propiciación, sería sacrificar y abandonar la justicia. La ley dejaría de tener terrores para el culpable, y sus penas no tendrían utilidad alguna.
Hay una sola actitud que puede tomar el Señor hacia el pecado. Tiene que castigarlo (Isaías 13:11). «No tendrá por nocente al culpable» (Nahum 1:3). Cuando se quebranta su anta ley, hay que castigar al ofensor, hay que satisfacer las demandas de la ley.
El pecado es cosa seria. En su gran oración penitencial,
David dijo a Dios: «Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado» (Salmo 32.5). Fíjese en las muchas veces que vuelve al tema de su pecado. Hay tres palabras hebreas que se emplean en este versículo para describir el pecado, e ilustran sus varios aspectos.
Pecado es la palabra más conocida, e indica «errar el blanco.» Subraya la condición general del hombre de ser indigno de estar en presencia de Dios. Trasgresión es una palabra más fuerte y contiene la idea de rebelión abierta contra Dios. La palabra iniquidad proviene de una palabra raíz que significa «torcido» y subraya lo torcido del carácter humano. Quizá la palabra «depravación» describa mejor su significado. Así que el fracaso, la rebelión y los prejuicios naturales todos están involucrados en la acusación que el Salmista hace de sí.
No es de extrañar que Dios tenga que castigar el pecado.
Pues la pena de quebrantar la ley de Dios es la muerte.
«El alma que pecare, esa morirá» (Ezequiel 18:4, 20). «La paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23). No hay manera de escapar de esta sentencia. Dios la ha pronunciado en primer lugar, y ha de ver que la sentencia se cumpla. Tiene que mostrarse fiel a su palabra.
Dios ama al pecador
Sin embargo, el Señor es un Dios de amor (1 Juan 4:8). Nunca debemos olvidamos de esto. «No quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (11 Pedro 3:9). Anhela mostrar misericordia al pecador (Efesios 2:4). ¿Cómo puede hacerla?
El problema en resumen
Este, pues, es el problema. Un Dios santo dice, «Al pecador hay que castigarlo con muerte.» Pero el mismo Dios es un Dios amante, y dice, «Quiero mostrar al pecador misericordia. Quisiera salvarle. Quisiera tener por inocente al que no lo merece. Quisiera tenerle conmigo en el cielo eternamente.» Dios es santo; odia el pecado. Pero Dios es amor; ama al pecador. ¿Cómo puede salvar al pecador y a la vez obrar de una manera justa y santa?
1. La santidad y justicia de Dios demandan que
(a) Solamente gente perfecta y sin pecado sea admitida al cielo.
(b) Los pecadores sean castigados con muerte.
1. El amor, misericordia y gracia de Dios le mueven a
(a) Salvar al pecador de la perdición que merece.
(b) Hacerle digno para un hogar en el cielo.
¡Una cosa es cierta! Si él deja que el pecador pague el precio de sus pecados, perecerá para siempre y será separado de la presencia de Dios.
Antaño en Escocia era costumbre en el tiempo de la siega que las mujeres ayudaran a amarrar las gavillas. Una mujer llamada Ana Lamond ofreció sus servicios, y puesto que no tenía quien cuidara a su chiquito, lo llevó consigo y le acomodó en un rincón del campo.
Un águila divisó al niñito no acompañado, y bajando vertiginosamente agarró al chiquito y se lo llevó a su nido muy alto en una peña. Alguien vio el águila y dio la alarma, pero nadie podía escalar la peña hasta el nido. Varios hombres lo intentaron, entre ellos un marino experimentado en subir alturas.
Por fin la madre resolvió probar ella misma. Impelida por su amor, poco a poco pudo subir, hasta que alcanzó el nido. Luego, intrépida en defensa de su niño, luchó con el águila y sacó a la criatura, todavía ilesa, del nido. Lentamente y con infinita paciencia y perseverancia; tanteó su camino hacia abajo hasta que la acogieron con regocijo sus amigos. Cuando faltaron otros ayudadores, el amor halló el camino.
Dios ama al pecador mucho más que Ana Lamond a su criatura. El Dios que implantó el amor natural en el corazón de una madre seguramente puede hallar la manera de volver a traer a sí a los hijos perdidos de la raza caída de Adán.
En la próxima lección veremos cómo el amor halló una manera de solucionar el problema. Dios tiene una contestación que satisface tanto su santidad como su amor.
Lección 3
En el espacio subrayado a la derecha escriba «Verdadero’ () «Falso» después de las siguientes declaraciones:
1. Dios puede hacer solamente lo que es honesto imparcial, equitativo y recto.
_____v________
2. La norma de Dios es la perfección absoluta.
_____v________
3. El pecado se puede borrar ‘mediante buenas obras.
____f_________
4. Dios puede excusar el pecado bajo ciertas circunstancias.
____f_________
5. La santidad y justicia de Dios demandan que los pecadores sean castigados con muerte.
_____v________
En el espacio subrayado a la derecha escriba la letra de la contestación correcta.
6. El «Problema» que se discute en esta lección es
a. ¿cómo puede el hombre caído obrar su propia salvación?
b. ¿cómo puede Dios llevar la evolución humana hasta el punto de erradicar las tendencias malas?
c. ¿cómo puede Dios venir a ser hombre?
d. ¿cómo puede un Dios justo salvar en justicia a pecadores culpables?
__________d___________
7. Porque Dios es santo
a. todos los hombres son creados santos
b. solamente puede dejar que gente sin pecado pueble el cielo
c. no puede en ninguna manera redimimos de nuestro pecado
d. debe poner entre nosotros y él una hueste de mediadores, como santos y ángeles
________b___________
8. Cuando Dios ve el pecado, tiene que castigarlo
a. porque tiene que defender su propio carácter
b. porque las demandas de la ley tienen que satisfacerse
c. por las dos razones anteriores
d. por ninguna de estas dos razones
_________c___________
9. Que el amor de Dios hace que no quiere condenar al hombre se halla en
a. Jeremías 2:22
b. I Pedro 1: 16
c. 1I Pedro 3:9
d. Deuteronomio 25: 16
________c___________
10. David nos ayuda a comprender lo serio de nuestra condición perdida hablando de nuestro mal proceder como
a. pecado, trasgresión e iniquidad
b. error, desliz y rebelión
c. delincuencia, depravación y deuda
d. enfermedad moral
_________a__________
Por W MacDonald
Versículos para recordar:
(1 Timoteo 2:6)
el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
(1 Pedro 1:18)
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
(1 Pedro 1:19)
sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
(Romanos 6:23)
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
(Romanos 6:22)
Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
(1 Pedro 2:22)
el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
(Hebreos 4:15)
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
(Hebreos 2:18)
Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
(Juan 3:16)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
(Juan 10:17)
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
(Juan 10:18)
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
(Hechos 2:24)
al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
(Hechos 2:32)
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
(Hechos 2:36)
Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
¿Es posible una solución justa?
No puede expiar sus propios pecados. Sin embargo, si sufre las consecuencias, estará perdido y condenado para siempre.
Pero Dios es misericordioso. No tiene placer en la muerte del impío (Ezequiel 3.3:11). El juzgar es «su extraña obra» (Isaías 28:21). Tiene que idear una manera en que se pueda salvar al hombre, «para no alejar de sí al desterrado» (II Samuel 14:14).
¿Es posible que se pueda hallar una solución justa al problema? ¿Puede el gran Dios del universo satisfacer su amor sin sacrificar su santidad? Sí, es posible, por ejemplo, que un substituto pudiera morir por el hombre, y pagando así la pena de sus pecados, pudiera permitir que el culpable saliera en libertad.
Este principia se ha ilustrado muchas veces en tiempos de guerra. Durante las guerras napole6nicas, un francés fue rec1utado y enviado a un lugar adonde no quería ir. Un amigo se ofreció para tomar su lugar, se alistó en nombre del reclutado, fue enviado a la zona de batalla y fue muerto en una acción bélica.
Un poco más tarde Napoleón necesitaba más hombres, y por equivocación el primer hombre fue reclutado por segunda vez. El hombre protestó que no podía ir, ¡porque estaba muerto! Se revisó el registro, y efectivamente el hombre estaba en la lista como muerto y enterrado. La ley ya no le podía reclamar. Un substituto había muerto en su lugar.
Una ilustración bíblica de la substitución
La idea de substitución también se ilustra notablemente en un pasaje bien conocido del Antiguo Testamento. Es la historia de la prueba de la fe de Abraham en el sacrificio de su único hijo Isaac a Dios.
1. Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. y él respondió:
Heme aquí.
2. y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moríah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
3. y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, Y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
4. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, Y vio el lugar de lejos.
5. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
6. y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.
7. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8. y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
9. Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, ~ ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.
10. y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar él su hijo.
11. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y elijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
12. y elijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.
13. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. .
14. Y llamo, Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
Ahí tiene usted la substitución. «Fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.» Sin embargo, esto no es más que una figura del substituto que necesita el hombre. El cuadro es perfecto, en el sentido que la muerte de un carnero no bastaría para un hombre, pero tiene valor en que muestra cómo obra la substitución.
Si se ha de usar la substitución en el plan de salvación para el hombre, surge naturalmente la pregunta: «¿Quién ha de ser el substituto? ¿Quién tiene los requisitos para tomar el lugar del hombre?»
El substituto del hombre debe ser hombre
A decir verdad, las posibilidades son muy limitadas. Primero preguntémonos: «¿Podría morir por el hombre un ángel?» El pensarlo un momento nos convence que ello no seria posible. Una razón es que los ángeles, siendo espíritus, no mueren, hasta donde lo sabemos. El que ha de ser substituto por el hombre ha de ser hecho «un poco menor que los ángeles. . . a causa del padecimiento de la muerte» (Hebreos 2:9). Además, si un ángel pudiera morir, la adoración del hombre se dirigiría a una criatura, y esto está prohibido en la Palabra de Dios (Éxodo 20:5).
Pues entonces, ¿no podría morir un animal por el hombre?
En el Antiguo Testamento se mandaba el sacrificio de animales. Pero debemos recordar que no eran suficientes como para quitar un solo pecado. «La sangre de los toros y de los macho: cabríos no puede quitar los pecados» (Hebreos 10:4). Los sacrificios de animales solamente servían de figuras o tipos del sacrificio perfecto que había de venir.
Llegamos a la conclusión, pues, que ni ángeles ni animales pueden tomar el lugar del hombre en cuanto a llevar el castigo de sus pecados. Puesto que el substituto tiene que ser de la misma especie, resulta que un hombre debe morir por el hombre. Esto es absolutamente esencial, y cualquier otro arreglo (resultaría desigual, parcial e injusto.
Ha de ser sin pecado
Pero ahora se nos presenta otro problema. Un hombre pecaminoso no puede morir por otro, ya que tiene que sufrir el castigo de sus propias iniquidades. La ley de Dios demanda la muerte de todo trasgresor. El único substituto satisfactorio, pues, ha de ser un hombre sin pecado.
Ha de ser infinito – y solo dios es infinito
Aun así, debemos agregar otro requisito. Un hombre sin pecado sólo podría con justicia tomar el lugar de un solo pecador. El substituto que necesita la raza humana debe morir por toda la humanidad. Su muerte, pues, debe tener infinito poder y valor. Con esto queremos decir que debe tener mérito suficiente para satisfacer todos los pecados que jamás se hayan cometido o se cometerán. El substituto ha de ser infinito. y esto nos confronta con la verdad obvia que sólo Dios es infinito.
Ha de derramar su sangre
Un requisito final. Si los pecados del hombre han de ser borrados de la vista de Dios, el substituto ha de derramar su sangre. Que esto es un requisito del carácter y proceder de Dios se comprueba con los siguientes versículos de la Escritura:
«y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto» (Éxodo 12:13).
«Porque la vida de la carne en la sangre está,(tenía que dar la vida) y os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona» (Levítico 17:11).
“Y casi todo es purificado, según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión» (Hebreos 9:22). (Mateo 26:28; Lucas 22:20) (1Timoteo 2:6).
En resumen
1. Es concebible que Dios pudiera salvar a los pecadores si muriera un substituto en su lugar.
2. Tal substituto ha de llenar ciertos requisitos estrictos.
(a) No puede ser ángel ni animal. De serlo existiría una substitución desigual.
(b) Por tanto tiene que ser hombre.
(c) Sin embargo, tiene que ser un hombre sin pecado. De otra manera tendría que morir por sus propios pecados.
(d) Tiene que ser infinito si ha de morir por un sinnúmero de pecadores. Puesto que sólo Dios es infinito, tiene que ser tanto Dios como hombre.
(e) Tiene que estar dispuesto a tomar el lugar del pecador y llevar su castigo.
(f) Al hacerla, tiene que derramar su sangre, porque de otra manera no se remiten los pecados.
El señor Jesús es tal sustituto 1 Pedro 3:18; 2:24.
La nueva gloriosa del Evangelio es que tal substituto ha sido provisto. Se llama el Señor Jesucristo. Fíjese en la manera maravillosa en que satisface la necesidad de los pecadores.
1. ¿Es hombre? Sí, «porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» (1 Timoteo 2:5).
Dios envió «a su Hijo en semejanza de carne de pecado» (Romanos 8:3).
«Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros» (Juan 1:14).
2. ¿Es sin pecado’? Sí, porque «fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado» (Hebreos 4:1.5). Véase también Juan 8:46.
3. ¿Es infinito? Es decir, ¿es Dios’? Sí, «el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios» (Juan 1:1). Véanse también Romanos 9:5 y Colosenses 2:9,
4. ¿Estaba dispuesto? Sí, maravilla de maravillas, él, el solo substituto posible, estaba dispuesto a servir. (Lucas 2:42; Filipenses 2:,5-8-11) (Hebreos 10:7) (Juan 10: 17-18).
5. ¿Derramó su sangre? Sí. En la cruz del Calvario fue derramada su sangre para que fuesen perdonados los pecadores. (Juan 19:34; 1 Pedro 1:18, 19.) (Hebreos 10:10, 12).
El problema solucionado
De esta manera fue solucionado el problema. Dios ahora puede decir tocante al pecador, «que lo libró de descender al sepulcro, que halló redención» (Job 3.3:24).
Uno de los peligros más temibles que encontraron los primeros pobladores del oeste norteamericano, era el incendio de las praderas. Llevada por el viento, b cortina de llamas, a veces de varios kilómetros de ancho, descendía estrepitosamente sobre ellos y sus hogares devorando todo en su camino. Los pioneros aprendieron que había una sola manera de escapar el fuego. Espaldas al viento, prendían fuego al pasto que estaba a sus pies, y cuando se había quemado un espacio suficiente, se paraban en el lugar donde ya había pasado el fuego. Esta es la manera en que Dios ha solucionado el problema del pecado humano. El fuego de su juicio ya cayó en el Calvario sobre la persona de su Hijo. Ahora invita al pecador a venir y pararse donde ya pasó el fuego. No hay otro refugio para el alma.
Lección 4
En el espacio subrayado a la derecha escriba «Verdad» o «Falso» después de las siguientes declaraciones:
1. Un animal puede ser sacrificado como substituto suficiente del hombre.
_____f________
2. Hebreos 9:22 dice que la remisión de pecados requiere derramamiento de sangre.
_____v________
3. Habría poca necesidad de que fuese infinito nuestro substituto con tal que fuera sin pecado.
_____f________
4. La cantidad de substitutos posibles por nuestros pecados era sin límite.
____f________
5. Un ángel podría ser un substituto aceptable de nosotros.
_____f________
En el espacio subrayado a la derecha escriba la letra de la contestación correcta.
6. Un substituto es uno que
a. ocupa una posición o rango inferior
b. subsiste por la generosidad de otro
c. acepta la provisión que hace otro
d. toma el lugar de otro
__________d_________
7. En la historia de Abraham e Isaac el substituto fue
a. Isaac
b. Abraham
c. el carnero
d. ninguno de los tres
_________c__________
8. El único substituto adecuado para nosotros es el Señor Jesús porque
a. se hizo hombre
b. es Dios
c. no tiene pecado
d. es todo lo que dicen a, b y c
_________d__________
9. El derramamiento de sangre por nuestros pecados es
a. lo que Dios mismo exige
b. una idea bárbara y pagana
c. contrario a las enseñanzas bíblicas
d. el concepto que hace que el judaísmo del Antiguo Testamento difiera del cristianismo
________a___________
10. El Señor Jesús murió en la cruz
a. como mártir
b. como nuestro substituto
c. como una víctima inocente de la política
d. como víctima de las circunstancias
________b___________
La muerte substitutiva del Señor Jesucristo en el Gólgota -junto con su resurrección gloriosa- es el evento más importante y significativo de toda la historia. Es el punto divisorio en el cual convergen dos eras – la una que miraba al futuro hacia ella, y la otra que miraba atrás.
Cristo predicho como el substituto del pecador
En todas las Escrituras del Antiguo Testamento, fue anticipada la muerte de Cristo mediante tipos y figuras, y también por medio de declaraciones proféticas directas. Quizás ningún autor del Antiguo Testamento describiera más claramente la Persona y la obra de Cristo que Isaías. Seguramente ninguno predijo en forma más completa que Cristo moriría por los pecados de otros, que este fiel predicador. En el capítulo cincuenta y tres de su profecía enseña la verdad de la substitución por lo menos once veces. En especial abundan las referencias a ella en los versículos cuatro a ocho.
4. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
9. Por cárcel y por juicio fue’ quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Cristo revelado como el substituto del pecador
Luego, yendo al Nuevo Testamento, hallamos que esta gran doctrina se repite una y otra vez. Tres pasajes importantes revelan el énfasis que Dios le da.
1. En II Corintios 8:9 leemos: «Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.»
Cristo era rico en la eternidad pasada, morando en felicidad perpetua en el cielo (Proverbios 8:22-31). Se hizo pobre cuando entró en este mundo como una criatura; cuando vivió con tanta humildad que ni siquiera tenía un lugar propio donde recostar la cabeza (Mateo 8:20); y sobre todo, cuando en soledad y vergüenza murió en el Calvario. Lo hizo todo por nosotros, para que fuésemos bendecidos con las riquezas de la vida eterna y un hogar en el cielo.
2. Otra vez, se nos dice en II Corintios 5:21: «Al que no conoció pecado, por nosotros [Dios] lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.»
De alguna manera que no podemos comprender, Dios hizo que nuestros pecados fuesen puestos sobre el Señor Jesucristo. El Salvador, por supuesto, no llegó a ser pecaminoso, sino que llevó la culpa y la pena de nuestros pecados. Nuestros pecados no estaban en él, sino que estaban sobre él. El sufrió el juicio de Dios por esos pecados, para que Dios tuviera una manera justa de hacemos justos en Cristo.
3. Además, el Apóstol Pedro enfatiza esta misma verdad:
«Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevamos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu» (1 Pedro 3: 18).
Aquí se habla de que el Salvador padece por los pecados.
Pero para que nadie crea que fuera por sus propios pecados, el Apóstol agrega en seguida, «el justo por los injustos.» Sufrió en el lugar de otros, para poder proveer una manera justa de llevados a Dios. Al hacerlo, se le dio muerte en cuanto al cuerpo, pero fue resucitado de los muertos por el Espíritu Santo.
Una redención acabada
En cuanto al sacrificio del Señor Jesús en la cruz, es importante en extremo reconocer que no sólo murió en lugar de los pecadores, sino que también acabó perfectamente la obra necesaria para su salvación. Este hecho glorioso lo anuncian muchos pasajes de las Escrituras. «Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese» (Juan 17:4). «Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu» (Juan 19:30). «Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios» (Hebreos 10:12).
¡Piense por un instante en todo lo que logró su obra en el Calvario!
1. Las demandas de la ley fueron completamente satisfechas (Romanos 3:31). La ley exigía la obediencia absoluta o el castigo de la muerte. Todos los pecadores habían dejado de guardar la ley, así que eran dignos de muerte. El Salvador llev6 la pena que merecían. Por lo tanto, cuando aceptan al Salvador, la ley no puede exigir más. Están muertos a la ley (Romanos 7:4).
2. La justicia y la santidad de Dios quedaron satisfechas (Salmo 85:10). El pecado ha sido castigado. Se ha hallado una manera por la cual los pecadores pueden ser libertados de sus pecados y hechos dignos de estar en la presencia de Dios.
3. La obra redentora de Cristo fue suficiente para salvar a todos los pecadores de todos los tiempos (1 Juan 2:2). Esto no quiere decir que todos serán salvos. Solamente se convierten los que confían en él (1 Juan 5:2). Pero su obra tiene tan infinito valor y poder que, si todos los pecadores creyeran en él, los podría salvar a todos (Hebreos 7:25).
4. Finalmente, el amor de Dios puede manifestarse a los hombres sin afectar su santidad. El ha hallado una manera justa y equitativa de salvar a pecadores.
La responsabilidad del pecador: aceptar la dádiva de Dios por fe
Debe ser obvio, pues, que ya que Cristo ha acabado la obra de redención tan maravillosamente, el pecador no necesita añadir nada a ella. Todo lo necesario para llevar una alma al cielo ya se hizo. Nuestra responsabilidad es aceptar lo que se ha hecho, y recibir por la fe la dádiva de Dios. No podemos añadir nada a una obra acabada. Ya vimos más arriba que la persona no salvada no puede hacer nada para ganar de Dios la vida eterna. Aquí la verdad dichosa es que no tiene que hacer nada.
Cierto cristiano evangélico había instado a un amigo carpintero que aceptara a Cristo como su Salvador personal. El carpintero había resistido todos los ruegos del cristiano, insistiendo que tendría que hacer algo para ganar la salvación, y no aceptarla tan solamente como regalo. El cristiano explicó que la obra de salvación era completa y que sólo había que aceptada, pero el hombre no lo podía creer.
La conversación tuvo lugar en la carpintería. Viendo que su amigo acababa de fabricar una magnífica mesa de caoba, el cristiano resolvió ilustrar su argumento de una manera contundente. Tomó en sus manos serrucho y martillo y se dirigió hacia la mesa, que brillaba con una mano final de cera. Hizo como para dañar la mesa con las herramientas. El artesano se horrorizó. «¡No la toques!» gritó. «¡La echarás a perder! ¡Está acabada!»
«Sí, amigo mío,» dijo el cristiano, «y así es con la obra de Cristo. Está acabada. Si la tocas, la dañas. No puedes añadir nada a una obra acabada.»
El carpintero comprendió en seguida, e inmediatamente recibió a Cristo.
¿Está satisfecho Dios? ¡Mire la resurrección de Cristo!
Queda una pregunta final. ¿Está satisfecho Dios con la obra de su querido Hijo? Nos ha dado una prueba inequívoca de que está completamente satisfecho en que resucitó a Cristo de los muertos (1 Corintios 15:3-8, 12-22).
¿Está justificado el creyente? ¡Mire la resurrección de Cristo!
La resurrección es nuestra garantía.
«Jesús, Señor nuestro… fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación» (Romanos 4:24, 25).
Si el Señor hubiera permanecido en la tumba, no tendríamos esperanza más allá del sepulcro. «Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados» (1 Corintios 15: 17). No hay salvación mediante un Mesías muerto. Pero Dios resucitó a Cristo de entre los muertos como prueba de que su obra fue aceptada, y que todos los que confían en él le seguirán en resurrección.
El calvario – provisión de amor para las demandas de un Dios santo
¿No es verdad, pues, que Dios echó un puente sobre un gran abismo en el Calvario? Su amar proveyó lo que su justicia demandaba. El pecador se apropia la salvación por la fe. Dios le tiene por justo, y entre los dos existe un estado de paz.
Lección 5
En el espacio subrayado a la derecha escriba «Verdad» o «Falso» después de las siguientes declaraciones:
1. La muerte substitutiva de Cristo no fue prevista en el Antiguo Testamento.
_____F________
2. Puesto que la obra redentora de Cristo basta para salvar a todos los pecadores, todos son salvos.
_____F________
3. A causa de la muerte de Cristo en el Calvario, Dios puede demostrar su amor a los hombres sin afectar su santidad.
_____V________
4. La responsabilidad del hombre es aceptar lo que se ha hecho y recibir la dádiva de Dios por la fe.
_____v________
5. Dios tiene por justo al pecador cuando éste toma por la fe lo que el amor divino ha provisto en el Calvario.
______v_______
En el espacio subrayado a la derecha escriba la letra de la contestación correcta.
6. El evento más significativo de la historia es
a. la conquista de Gran Bretaña por Julio César
b. la muerte y resurrección del Señor Jesucristo
c. la conversión de Saulo de Tarso
d. las 95 Tesis de Lutero clavadas en la puerta de la iglesia de Wittenberg
______b_____________
7. En la cruz el Señor Jesús
a. fue hecho pecado por nosotros
b. se hizo pecaminoso por nosotros
c. sufrió por sus propios pecados
d. no tuvo ningún contacto con nuestros pecados
________a___________
8. ¿Cuáles de las siguientes cosas se cumplieron en el Calvario?
a. Se satisficieron todas las demandas de la ley
b. La justicia y la santidad de Dios se satisficieron
c. La redención fue suficiente para todos los pecadores
d. Se cumplió todo lo de arriba
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9. La resurrección de Jesucristo
a. es un mito comparable con aquéllos que se hallan en algunas religiones paganas
b. realmente no tiene nada que ver con el plan de la salvación
c. demuestra que Dios quedó satisfecho con la obra de Cristo en la cruz
d. comprueba que la muerte es «un error de la mente mortal»
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10. La muerte de Cristo en el Calvario es el único sacrificio que requieren nuestros pecados según
a. Isaías 53:7
b. Romanos 3:23
c. Hebreo 4:12
d. Hebreos 10: 12
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Por W.MacDonald
Para definirla el diccionario emplea palabras como «beneficio», «favor», o «benevolencia». Los teólogos definen la palabra con un solo significado bíblico – “-favor inmerecido». Bajo la gracia Dios no nos trata como merecemos, sino según su misericordia, y eso sin referirse a lo que en justicia merecemos.
Durante la guerra de independencia de los Estados Unidos, vivía en Efrata, Pensilvania, un predicador llamado Pedro Miller. Era amigo personal de Jorge Washington. También vivía en el mismo pueblo un hombre llamado Miguel Wittman, quien detestaba al predicador y hacía todo lo posible para difamarle y oponerse a él.
Sucede que Vittman se vio complicado en un acto de traición, fue arrestado y sentenciado a muerte. Cuando Miller lo oyó, caminó a pie todos los cien kilómetros hasta Fi1adelfia para rogar a Washington que perdonara la vida a Wittman. «Pedro», dijo Jorge Washington, «no puedo concederle la vida de su amigo». Miller explicó que Wittman no era amigo suyo sino su enemigo más encarnizado. Al saber esto, Washington, muy conmovido, acordó perdonar al delincuente. Vittman fue liberado y volvió el Efrata con Miller, ya no como enemigo suyo sino como amigo.
¡Esto es gracia! Así es como Dios trata hoya los pecadores.
Corno ya hemos visto, la santidad de Dios fue satisfecha can la muerte de su Hijo en nuestro favor. Ahora nos puede extender su gracia.
¿Por qué tal amor?
Antes de seguir, debemos hacer una pausa reverente para preguntamos «¿Por qué envió Dios a su Hijo unigénito para morir por el hombre pecador? ¿Por qué consintió el Señor Jesús en dar su vida en rescate de muchos? ¿Por qué se dio lo Mejor del cielo a favor de los peores de la tierra? ¿Por qué sirvió una Persona tan digna de Substituto por pecadores tan indignos?
Fue inmerecido
¿Fue porque el hombre lo merecía? ¡Claro que no! El don del amor de Dios fue enteramente inmerecido en cuanto a los pecadores. La criatura no tiene ningún derecho sobre Dios. En verdad hay una absoluta falta de mérito de parte del hombre. El hombre ha quebrantado la ley de Dios y por tanto es enemigo de Dios. Más que suficiente causa hubiera, si Dios le condenara para siempre. Ciertamente no había en el hombre bondad alguna que mereciera el sacrificio del Calvario.
Dios no necesitaba al hombre
¿Fue porque Dios necesitaba al hombre? ¡Qué ridículo! Dios es enteramente independiente y completo en sí. No necesita a nadie ni nada. ¿Necesitaba Dios nuestro servicio? El podría haber fabricado máquinas automáticas que jamás le hubieran desilusionado. ¿Necesitaba nuestra personalidad?, ¿nuestra hermosura?, ¿nuestro talento? Si fuera así, podría haber creado millones más como nosotros que le sirvieran más aceptablemente. ¿Necesitaba nuestro dinero? Él contesta: «Mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud» (Salmo 50:10, 12). Dios hizo que existieran los mundos sin la ayuda del hombre (Isaías 40:1.3, 14; Job 38:4), y ¿acaso necesita ahora la ayuda de esta débil criatura del polvo?
El hombre no buscó a Dios
¿Nos amaba Dios porque le buscamos? Al contrario, decíamos en nuestro corazón, «Apártate de nosotros, porque no queremos el conocimiento de tus caminos» (Job 21: 14). Pablo afirma esta actitud, «No hay quien busque a Dios» (Romanos 3:11). Cuando Dios nos envió a sus mensajeros con el Evangelio, los rechazamos abiertamente. Cuando envió a su Hijo, le echamos fuera de la ciudad y le crucificamos, gritando, «No queremos que éste reine sobre nosotros» (Lucas 19:14). «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados». (I Juan 4:10).
Dios no buscaba recompensa
Pues entonces, ¿nos mostraba misericordia el Señor porque esperaba algo en cambio? Otra vez tenemos que contestar, «No». Los propósitos de Dios en la redención eran completamente desinteresados. El sabía que no teníamos con qué pagar (Lucas 7:42). El sabía que jamás se le podría recompensar un don tan estupendo.
Pero de alguna manera ¿no debía Dios algo al hombre? De ninguna manera. No debe nada a nadie. «Quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas, a él sea la gloria por los siglos» (Romanos 11:3,5, 36).
Hagamos frente al hecho que Dios sabía que estábamos moral y espiritualmente en bancarrota. Sabía que, al no proveer él la salvación como un don libre, incondicional y sin reserva, nunca seríamos convertidos.
No tenía que hacerla. Como Spurgeon lo expresó tan a propósito:
¿Qué le importa al infinito Jehová que tú le sirvas o no? Si te rebelas contra Dios, ¿será él menos glorioso? Si no quieres obedecer al Señor, ¿qué se le da a su felicidad sin par? ¿Brillará su corona menos luminosa, o será su cielo menos resplandeciente porque tú escoges rebelarte contra él?… Si un jején contendiera con aquel alto horno allá, tú ya sabes que sería el fin. Es en tu beneficio que Dios quiere que te rindas a él. ¿Cómo podría ser en el suyo propio?
¿Por qué tal gracia?
¿Por qué, pues, lo hizo? Hay una sola respuesta. Era por gracia indecible, amor sin límite, misericordia vasta, plena y libre (Romanos 5:8). No puede haber otra explicación de por qué el perfecto gozo, felicidad y comunión del cielo se interrumpieran cuando vino el Señor Jesús al mundo como hombre inmaculado y murió sobre la cruel cruz del Calvario para redimirnos para Dios. Gracia maravillosa –es eso lo que fue. Fue que Dios escogió salvamos, simplemente porque lo quiso hacer. Fue que Dios nos amó, sencillamente porque escogió hacerla (Juan 3:16).
¡Gracia insondable!
Ninguno de nosotros puede comprenderlo. Al presente todo lo que podemos hacer es detenemos con reverencia maravillados ante el misterio de Gólgota -y adorar. A través de toda la eternidad Dios nos mostrará más claramente «las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús» (Efesios 2:7).
Como marinero, Juan Newton vivía y trabajaba con una tripulación tan grosera y violenta como jamás saliera al mar. El mismo llevaba una vida corrupta, hundiéndose cada vez más, a pesar de las oraciones de sus amados en casa, hasta que por fin llegó a ser esclavo de un esclavo. Se hallaba, en la parte más baja de su carrera, en el poder de una africana que se deleitaba en hacerle mendigar el pan mismo. Después de su conversión, Newton llegó a ser predicador y renombrado escritor de himnos. Uno de sus himnos más conocidos recuerda los días cuando la gracia de Dios le haló en todo su pecado y necesidad, y mira adelante hacia la eternidad de felicidad que aquella gracia divina hizo posible para su alma:
Sublime gracia del Señor
Que un infeliz salvó;
Fui ciego, mas hoy miro yo,
Perdido y El me halló.
Su gracia me enseñó a temer,
Mis dudas ahuyentó.
¡Oh, cuán precioso fue a mi ser,
Al dar mi corazón!
En los peligros o aflicción
Que yo he tenido aquí;
Su gracia siempre me libró
y me guiará feliz.
Y cuando en Sion por siglos mil
Brillando esté cual sol;
Yo cantaré por siempre allí
Su amor que me salvó.
Tr. C. E. Morales
Lección 6
En el espacio subrayado a la derecha escriba «Verdad» o «Falso» después de las siguientes declaraciones:
1. Dios tendría sobrada razón si nos condenara para siempre.
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2. La Biblia enseña que los hombres buscan a Dios, aún aparte de su gracia.
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3. Dios nos amó simplemente porque quiso.
______V_______
4. Nos es fácil comprender la gracia de Dios para con nosotros.
_____F________
5. Dios sabía que si él no proveía la salvación como un don gratuito, nunca seríamos salvos.
_____V________
En el espacio subrayado a la derecha escriba la letra de la contestación correcta.
6. El significado bíblico de «gracia» demuestra que es
a. un favor inmerecido
b. la actitud que Dios sostiene hacia los que se mueren rechazando su salvación
c. la recompensa merecida que Dios nos da
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7. Dios envió a su Hijo unigénito a morir por nosotros porque
a. merecíamos su intervención a nuestro favor
b. Dios necesitaba un hombre que le sirviera
c. él podía ver lo desesperados que estábamos buscándole
d. él es bondadoso, misericordioso y amante
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8. Como pecador
a. no tengo ningún derecho frente a Dios, porque he quebrantado su ley y me he hecho enemigo suyo
b. tengo derecho sobre Dios, porque todos los hombres son hijos suyos
c. tengo derecho porque Dios me hizo y por lo tanto es responsable por mi pecado
d. tengo derecho sobre Dios, a causa de mis buenas obras y esfuerzos sinceros
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9. El pensar en Gólgota debe
a. tener poco o ningún efecto en nosotros
b. llenamos de reverencia y asombro
c. despertar en nuestro corazón resentimiento contra los que crucificaron al Hijo de Dios
d. inspiramos a mayores esfuerzos para merecer el favor de Dios
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10. Que Dios nos mostrará más claramente en la eternidad las abundantes riquezas de su gracia lo vemos en
a. Juan 1:17
b. 11 Corintios 12:9
c. Efesio 2: 7
d. Colosenses 4:6
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